Primer ministro belga critica a papa por encubrimiento de abusos en la Iglesia en dura bienvenida
El primer ministro de Bélgica arremetió el viernes contra el papa Francisco por el terrible legado de abusos sexuales y encubrimiento de la Iglesia católica, exigió “medidas concretas” para limpiar el pasado y poner los intereses de las víctimas por delante de los de la institución, en una contundente bienvenida al pontífice al inicio de su visita oficial.
El discurso del primer ministro, Alexander De Croo, fue uno de los más duros dirigidos al papa en un viaje al extranjero, donde los delicados dictados del protocolo diplomático suelen dejar las críticas fuera de los discursos públicos. Pero hasta el rey Felipe tuvo duras palabras para Francisco al exigir a la Iglesia que trabaje de “forma incesante” para expiar los delitos y ayudar a las víctimas a sanar.
Su tono puso de manifiesto la crudeza que sigue teniendo el escándalo en Bélgica, donde dos décadas de revelaciones de abusos y el encubrimiento sistemático han devastado la credibilidad de la jerarquía eclesiástica y contribuyeron al declive generalizado del catolicismo y de la influencia de la en su día la poderosa Iglesia católica.
Francisco aplaudió al final de la intervención de De Croo y se espera que más tarde en el día se reúna con víctimas en privado. “Esta es nuestra vergüenza y humillación”, reconoció en una respuesta improvisada.
“Hoy, las palabras no bastan. Necesitamos también medidas concretas”, dijo De Croo ante el pontífice argentino y una audiencia formada por miembros de la realeza, el clero y la política en el Castillo de Laeken, la residencia de la familia real belga.
“Las víctimas necesitan ser escuchadas. Necesitan estar en el centro. Tienen derecho a la verdad. Las faltas deben reconocerse”, agregó. “Cuando algo sale mal, no podemos aceptar que se encubra (…) Para poder mirar hacia el futuro, la Iglesia debe limpiar su pasado”.
Las revelaciones sobre el horrible escándalo de abusos en Bélgica han salido a la luz con cuentagotas durante un cuarto de siglo, y en 2010 el Vaticano permitió que el obispo con más años en activo en el país, el de Brujas, Roger Vangheluwe, renunciase sin castigo alguno tras admitir que había abusado sexualmente de su sobrino durante 13 años.