Sofía Grosso: De La Pampa a los escenarios más prestigiosos del mundo
Desde las vastas llanuras de La Pampa hasta los resplandecientes escenarios de las ciudades más icónicas del mundo, Sofía Grosso ha trazado una trayectoria impresionante en el mundo del teatro y la danza. Nacida en General Pico, esta bailarina argentina de 22 años ha llevado la riqueza cultural de su tierra natal a lo más alto del arte escénico, convirtiéndose en una figura emergente y respetada en la danza internacional.
El inicio de la carrera de Sofía fue marcado por la influencia de su abuela, quien la introdujo al ballet a la temprana edad de cinco años. A medida que crecía, su pasión por la danza se profundizaba bajo la tutela de destacados maestros en Argentina. Lis García Alomar le enseñó los fundamentos del ballet, jazz y flamenco, mientras que Karen Ruppel le introdujo al mundo de la danza contemporánea. Esta amplia formación inicial fue crucial para Sofía, proporcionándole una base sólida sobre la cual construiría su carrera.
Después de graduarse como profesora de danza a los 17 años, bajo la supervisión de la madre y hermana del renombrado bailarín Julio Bocca, Sofía comenzó su transición hacia los escenarios internacionales. Su primer gran desafío y oportunidad llegó en el Teatro Empire de Buenos Aires, un lugar con una rica tradición teatral que ha visto pasar a muchos de los grandes nombres del arte escénico de Argentina. Actuar en el Empire fue un punto de inflexión para Sofía, donde no solo refinó su técnica, sino que también aprendió a conectar con audiencias diversas, un paso esencial en la carrera de cualquier bailarina.
Su talento y determinación llevaron a Sofía Grosso a Nueva York, donde se presentó en el Teatro Pregones, un espacio conocido por su fusión con el Puerto Rican Traveling Theater y reconocido como un baluarte de la cultura latina. Este teatro ha sido aclamado por su contribución a las artes con numerosos premios y distinciones. En Pregones, Sofía participó en «Barba», una obra que exploraba la vida del percusionista Fernando Barba. Este proyecto marcó su debut en el exigente mundo del Off Broadway y presentaba desafíos significativos, no solo en términos de habilidad técnica sino también de conexión emocional, desafíos que Sofía superó con creces, ganándose el respeto de la crítica y el público.
La obra «Barba», una destacada producción de R.Evolución Latina dirigida por Luis Salgado, contó con el invalorable aporte de Matthew Steffens como asistente coreográfico y de Valeria Cossu como asistente de dirección, ambos miembros fundamentales de R.Evolución Latina. La dirección musical, a cargo de Carlos Bauzys, un cercano amigo de Fernando Barba, enriqueció el espectáculo con autenticidad y emotividad. La obra, escrita por Kim Bixler, logró capturar con maestría la esencia y el espíritu de la historia, amplificando la experiencia teatral para el público.
El éxito en Nueva York abrió nuevas puertas para Sofía, llevándola a Washington D.C. para actuar en el Teatro GALA, un centro conocido por su dedicación al teatro profesional bilingüe y multicultural. En GALA, Sofía brilló en «Momia en el Closet», una producción que le permitió explorar temas de profunda relevancia cultural y social, consolidando su reputación como una intérprete versátil y emocionalmente resonante. El GALA, frecuentemente reconocido con premios Helen Hayes, proporcionó a Sofía una plataforma única para celebrar su herencia argentina en un escenario internacional.
Durante su trayectoria, Sofía ha contado con la guía de mentores influyentes como Robert Taylor, cuya contribución ha sido fundamental en su desarrollo artístico. Taylor es conocido por su destacado trabajo en producciones de Broadway como «Bob Esponja: el musical». Asimismo, Luis Salgado, quien brilló en el elenco de «In the Heights», ha sido otra figura clave en el camino de Sofía. Sin embargo, es importante reconocer también la influencia de sus primeras profesoras, Geli y Lis García Alomar, quienes le inculcaron el amor por la danza desde el principio de su formación. Estas maestras fueron las que le enseñaron a Sofía a amar y valorar profundamente el arte de la danza, sentando así las bases de su pasión y dedicación hacia esta forma de expresión.
Hoy en día, Sofía Grosso sigue brillando con su talento en múltiples proyectos internacionales. Cada nueva actuación es una oportunidad para demostrar su habilidad para encarnar roles complejos y ejecutar coreografías que requieren no solo precisión técnica sino también una expresión emocional auténtica. Su capacidad para capturar la atención y los corazones de las audiencias en todo el mundo no solo la ha establecido como una de las bailarinas más destacadas de su generación, sino que también ha inspirado a futuras generaciones de artistas a seguir sus pasos.
Con cada paso que da, Sofía no solo continúa su ascenso como una de las estrellas más luminosas en el escenario mundial, sino que también lleva consigo la esencia de su patria, mostrando la rica cultura argentina a través de la universalidad del lenguaje de la danza. Sofía Grosso no es solo una bailarina; es una embajadora de su cultura, una narradora del movimiento, y una verdadera pionera que redefine el paisaje del teatro y la danza internacional.
Con información de NP