Petro: Todos los que excluyen a la ONU desencadenan dictaduras y genocidios
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que los países que se oponen a la presencia y el trabajo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en sus territorios son responsables de dictaduras y genocidios, y los equiparó con figuras históricas como Adolf Hitler, Jorge Videla, Benjamín Netanyahu y Augusto Pinochet.
Las declaraciones de Petro se produjeron en medio de la polémica por las solicitudes de ambos organismos internacionales para que la Corte Suprema de Justicia de Colombia elija pronto al próximo Fiscal General, tras la finalización del periodo de Francisco Barbosa y la interinidad de Martha Mancera.
“Todos los que excluyen a la CIDH y a la ONU de sus países no solo lo hacen porque no quieren saber de Derecho Internacional Humanitario, sino porque desencadenan dictaduras y genocidios”, escribió el mandatario en su cuenta de la red social X el pasado miércoles 14 de febrero.
“Son los Videla, Netanyahu y Pinochets de hoy. Son los aprendices de Hitler”, agregó.
Petro se refirió así a una declaración del exvicepresidente y exembajador de Colombia en Estados Unidos Francisco Santos, quien dijo a la revista Semana que “si fuera presidente en 2026, se me van; toca mandarlas al carajo”.
El jefe de Estado también criticó a la “extrema derecha” por considerar que la ONU y la OEA son “comunistas” y por querer prescindir del derecho internacional para “bombardear niños en todas partes”, “entregarle la justicia a la mafia” y “destruir los derechos humanos de los colombianos para hacer negocios”.
Las palabras de Petro coincidieron con la decisión del Gobierno de Venezuela de suspender las actividades de la Misión del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Caracas, instalada en 2019, y de ordenar la salida de su personal en 72 horas.
El canciller venezolano, Yván Gil, acusó a la oficina de la ONU de “instrumentalizar” su trabajo en contra del Ejecutivo de Nicolás Maduro y de convertirse en el “bufete particular del grupo de golpistas y terroristas que permanentemente se confabulan contra el país”.
La medida del régimen venezolano se produjo un día después de que la oficina de la ONU expresara su “profunda preocupación” por la detención de la activista Rocío San Miguel, crítica de Maduro y acusada de “terrorismo”.