Desafíos silenciosos: La brecha en la detección del VIH en Venezuela
En el complejo panorama de la salud pública en Venezuela, se revela un desafío silencioso: la brecha entre los casos reales de VIH y los diagnosticados. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 2023, 110 mil personas en Venezuela vivían con el virus, pero solo 74 mil tenían conocimiento de su condición. Este desequilibrio refleja obstáculos significativos en la detección temprana y el acceso a pruebas cruciales.
Desde 2019, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria ha sido un pilar importante, asegurando antirretrovirales gratuitos para 57 mil personas seropositivas. Sin embargo, la situación se complica en la fase de diagnóstico.
Las pruebas PCR para VIH y sífilis, suministradas por diversas organizaciones internacionales, son insuficientes y limitadas a algunos centros de salud, según denuncian Acción Solidaria y Azul Positivo a La Prensa de Lara. Este déficit lleva a que aproximadamente 36 mil personas desconozcan su estado serológico, una realidad alarmante en un país donde, en promedio, cuatro de cada 10 personas son portadoras del VIH sin saberlo, según ONGs locales.
Johan León, director de Azul Positivo, destaca el temor psicológico que rodea las pruebas de VIH, contribuyendo a la evitación a menos que sea estrictamente necesario. La falta de disponibilidad en centros de salud públicos agrava el problema, reduciendo las posibilidades de una detección temprana.
En 2019, en Zulia, el 90% de quienes buscaban ayuda ya estaban en fase SIDA, revelando la urgencia de abordar la detección temprana. Las pruebas se realizan solo en casos necesarios, obligando a muchos a recurrir a laboratorios privados, donde los costos oscilan entre 15 y 20 dólares, una barrera financiera para aquellos con bajos ingresos.