Crisis alimentaria en Venezuela: Un sistema «quebrado» para 2024
En su reciente visita a Venezuela, el relator especial de la Organización de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, dejó al descubierto la crítica situación del sistema alimentario en el país. La nutricionista Susana Raffalli, tras la visita de Fakhri, advirtió que el sistema alimentario venezolano está «quebrado» para el año 2024, y la preocupación por el derecho a la alimentación persiste de manera alarmante.
Las cifras más recientes de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) revelan que en 2021, Venezuela ostentaba la tasa de subalimentación más elevada de la región, con un 22,9 % de Índice de Prevalencia de Subalimentación (IPS). Raffalli destacó que, aunque esta cifra representa una mejora con respecto a 2019, sigue siendo tres veces mayor que el promedio de inseguridad alimentaria en América del Sur, situándose en un preocupante panorama de crisis alimentaria.
“Estuvimos peor en 2019, esto viene mejorando, pero tener 22,9 % (de IPS) es consistente todavía con no contar con una situación alimentaria plena. Este 22,9 % es tres veces el promedio de la región. El promedio de inseguridad alimentaria de América del Sur es de 8,6 %. O sea, Venezuela no solo está en una inseguridad alimentaria plena, sino que sus cifras triplican a sus pares regionales y se acerca al porcentaje de subalimentación de algunos países de África”, mencionó Raffalli al medio Efecto Cocuyo.
Durante su visita, Fakhri constató la crítica situación del sistema alimentario venezolano, con un indicador clave de salubridad, el PIB agrícola, disminuyendo más del 75 % en los últimos 25 años. Raffalli detalló la desaparición de centenares de miles de pequeños productores y el cierre de pequeñas industrias, lo que ha llevado a que la industria alimentaria del país funcione solo al 30 % de su capacidad.
La nutricionista también señaló la precariedad en la seguridad alimentaria en instituciones dependientes del Estado, como prisiones y centros de salud. La Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) de noviembre de 2023 reveló que el 76 % de las instituciones hospitalarias en Venezuela no ofrece una alimentación adecuada a los pacientes, exacerbando la crisis alimentaria en el país.
Tras su visita a cinco estados venezolanos, Fakhri declaró en rueda de prensa el 14 de febrero su preocupación por la dificultad de las personas para acceder a suficiente comida, ya sea por bajos ingresos o la falta de suministro en sus comunidades. Identificó a los niños menores de cinco años, adolescentes y mujeres, especialmente embarazadas o en período de lactancia, como los grupos más vulnerables.
Raffalli compartió estadísticas alarmantes con Fakhri, indicando que aproximadamente seis o siete millones de familias venezolanas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, con dos millones en situación severa. La desnutrición infantil aguda es una realidad en 2024, afectando a al menos 134 mil niños, con otros 285 mil en riesgo. Raffalli subrayó que muchos niños enfrentan múltiples crisis de desnutrición, afectando su crecimiento y desarrollo.
El retardo del crecimiento, consecuencia directa de la desnutrición crónica, afecta a tres de cada diez niños atendidos por Cáritas. Esta situación, según Raffalli, no solo limita el desarrollo físico de los niños, sino que también tiene consecuencias a largo plazo en su desempeño escolar y en la probabilidad de alcanzar la universidad. La nutricionista enfatizó la importancia de abordar este problema para evitar que estos niños se conviertan en padres y madres de la pobreza en el futuro.
“Tenemos ahorita en Cáritas niños con tres o cuatro ingresos al programa. Es decir, se van a su casa bien alimentados y saludables y a los seis – nueve meses regresan al programa otra vez en el hueso. Entonces, un niño que en sus primeros cinco años de vida tiene tres o cuatro crisis de desnutrición aguda por supuesto que no puede crecer bien”, dijo Raffalli.
Fakhri reconoció algunos esfuerzos del gobierno venezolano en el tema alimentario, pero criticó el programa Clap, considerándolo un sistema de clientelismo más que una solución eficiente. Recomendó al gobierno elaborar un plan de acción urgente basado en la legislación vigente, reenfocar los programas alimentarios hacia la producción local y mejorar el sistema de protección social del país. Raffalli añadió que se debe aumentar el valor del trabajo y redimensionar la protección social para hacerla más justa y eficiente.