Milei: Sin ajustes, Argentina será como la oscuridad de Chávez y Maduro
Javier Milei asumió como presidente en Argentina y durante su discurso explicó a su país las medidas que deberá ejecutar para superar la crisis económica que calificó como la peor de la historia, y advirtió que, de lo contrario caerán en la oscuridad de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela.
Anunció que su gobierno implementará un «plan de shock» para reducir el déficit fiscal y combatir la inflación que incluye un ajuste fiscal de 5 puntos del PIB en el sector público nacional, una reforma del Banco Central para reducir su capacidad de emisión monetaria y una reducción de impuestos. Afirmó que ningún gobierno recibe una «herencia» peor de la que él está recibiendo.
«En estos días, muchos se ha hablado de la herencia que vamos a recibir. Dejen que sea muy claro en esto. Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros. El kirchnerismo, que en sus inicios se captaba de tener superávit gemelos, esto es, superávit fiscal y externo, hoy nos deja déficit gemelos por 17 % del PBI», precisó. «A su vez, de esos 17 puntos del PBI, 15 corresponden al déficit consolidado entre el Tesoro y el Banco Central. Por lo tanto, no existe solución viable en la que se evite atacar al déficit fiscal. Al mismo tiempo, de esos 15 puntos de déficit fiscal, 5 corresponden al Tesoro Nacional y 10 al Banco Central, por lo que la solución implica, por un lado, un ajuste fiscal en el sector público nacional de cinco puntos del PBI, que a diferencia del pasado, caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado».
Destacó que es necesario limpiar los pasivos remunerados del Banco Central, los cuales son responsables de los 10 puntos de déficit del mismo. De esta manera se pondría fin a la emisión de dinero, y con ello a la única causa de la inflación empíricamente cierta y válida en términos teóricos. Sin embargo, dado que la política monetaria actúa con un rezago que oscila entre 18 a 24 meses, aun cuando hoy dejemos de emitir dinero, seguiremos pagando los costos del desmadre monetario del gobierno saliente. Haber emitido por 20 puntos del PBI como se hizo en el gobierno saliente no es gratis. Lo vamos a pagar en inflación, alertó.
Milei recordó que en los últimos 12 años, el PBI per cápita ha caído 15% en un contexto donde Argentina acumuló 5.000 % de inflación: «Hace más de una década que vivimos en esta inflación, este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina».
«A su vez, luego del reacomodamiento macro que vamos a impulsar, el cual será menos doloroso cuanto mayor sea la caída del riesgo país y cuanto mejor sea nuestra contención desde el Ministerio de Capital Humano, la situación comenzará a mejorar. Esto es, habrá luz al final del camino. En el caso alternativo, la propuesta sensiblera progresista cuya única fuente de financiamiento en la emisión de dinero derivará en una hiperinflación que llevará al país a la peor crisis de su historia, sumado a que nos meterán en una espiral decadente que nos equiparará con la oscuridad de la Venezuela de Chávez y Maduro».
Prometió que este ajuste caerá sobre el Estado y no sobre el sector privado.
Asimismo, subrayó que el gobierno saliente de Alberto Fernández le ha dejado hiperinflación y es prioridad «evitar semejante catástrofe que llevaría a la pobreza por encima del 90 % y la indigencia por encima del 50 %».
Recalcó que Argentina no tiene una solución alternativa al ajuste.
«En el plano cambiario, la brecha oscila entre el 150 % y el 200 %, niveles también similares a los que teníamos en el Rodrigazo. A su vez, la deuda con importadores supera los 30.000 millones de dólares y las utilidades retenidas a las empresas extranjeras alcanzan los 10.000 millones de dólares. La deuda del Banco Central e YPF suman 25.000 millones de dólares y la deuda del Tesoro Pendiente suma unos 35.000 millones de dólares adicionales».
«Esto es, la bomba en términos de deuda asciende a 100.000 millones de dólares que habrá que sumar a los cerca de 420.000 millones de dólares de deuda ya existente. Naturalmente, a estos problemas hay que sumarle también los vencimientos de deuda de este año, donde los vencimientos de deudas en pesos son equivalentes a 90.000 millones de dólares y 25.000 millones de dólares en monedas extranjeras con organismos multilaterales de crédito».
La economía de Argentina no crece desde el 2011, apuntó, y el empleo formal en el sector privado se mantiene estancado en 6 millones de puestos de trabajo, llegando a la locura que el mismo es superado en un 33 % por el empleo informal.
«No debería sorprender a nadie que los salarios reales se hayan destruido, ubicado en torno a los 300 dólares mensuales, los cuales no solo son 6 veces inferiores a los de la convertibilidad, sino que de haberse mantenido la tendencia de aquellos años, o como lo decían ellos, el maldito neoliberalismo, hoy oscilarían entre 3.000 y 3.500 dólares por mes. Nos han arruinado la vida. Nos han hecho caer por 10 veces nuestros salarios. Por lo tanto, tampoco nos debería sorprender que el populismo nos esté dejando 45 % de pobres y 10 % de indigentes. Luego de dicho cuadro de situación, que a todas luces parece irremontable, debe quedar claro que no hay alternativa posible al ajuste.
«Tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo. En primer lugar, porque desde el punto de vista empírico, todos los programas gradualistas terminaron mal, mientras que todos los programas de shock, salvo el de 1959, fueron exitosos. En segundo lugar, porque desde el punto de vista teórico, si un país carece de reputación, como lamentablemente es el caso de Argentina, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal, haciendo que el mismo sea recesivo. En tercer lugar, y no por ello menos importante, para hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento».
En este punto, remarcó que no hay recursos: «Lamentablemente, tengo que decírselos de nuevo, no hay plata. La conclusión es que no hay alternativa al ajuste, y no hay alternativa al shock. Naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá esta inflación, es cierto, pero no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años».