A un año de su partida física: lecciones del padre Francisco Virtuoso al país
A un año de la partida física de quien fue rector de la UCAB durante más de una década, cinco profesionales que lo conocieron y trabajaron con él reflexionan sobre el legado del jesuita, politólogo e historiador en lo educativo, político, espiritual, económico y comunitario.
Hace un año la UCAB y Venezuela perdieron a un hombre ejemplar: el padre Francisco José Virtuoso, S.J. El 20 de octubre representó un triste episodio para la comunidad universitaria y la sociedad civil, que lo despidieron de forma afectuosa.
El sacerdote jesuita asumió la rectoría de la UCAB en el año 2010 y había sido ratificado para un cuarto período cuando, a sus 63 años, perdió la batalla contra una enfermedad crónica.
Durante más de una década, dirigió con sabiduría y discernimiento la casa de estudios confiada a la Compañía de Jesús. Pero, más allá de la universidad, el rector fue un hombre comprometido con los sectores vulnerables, así como con las diferentes causas sociales que la universidad y la Iglesia católica llevan adelante.
«Venezuela saldrá del atolladero en que se encuentra si somos capaces como sociedad de asumir, personal y colectivamente. nuestra responsabilidad y de hacernos cargo de la situación que padecemos. Todos tenemos mucho que aportar en el ámbito en que nos movemos para el cambio que deseamos. La sociedad tiene que activarse en la búsqueda de soluciones desde los sindicatos, gremios, partidos, organizaciones comunitarias, actuando con autonomía, reivindicando sus derechos, ofreciendo alternativas y construyendo capacidades para los cambios necesarios», dijo en una de sus múltiples intervenciones públicas.
Un hombre de fe y compromiso
Nacido en Caracas en 1959, Francisco José Virtuoso, S.J., se ordenó, en 1990, como sacerdote de la Compañía de Jesús, congregación a la que ingresó en 1977. En 1986 obtuvo el título de licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad Rafael Urdaneta (Maracaibo) y en 2003, se doctoró en Historia en la UCAB.
Su trabajo en la universidad destacó por la búsqueda constante del fortalecimiento académico, la contribución al desarrollo de Venezuela y la formación integral de la juventud. Además, promovió investigaciones para diagnosticar y superar la crisis socioeconómica y política. La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) es la más emblemática de esas iniciativas, aunque no la única.
Antes de ser rector, ejerció como director del Centro Gumilla, institución de investigación y acción social de la Compañía de Jesús. Allí también fue director de la revista SIC, en la que publicó decenas de trabajos sobre la realidad social, política y económica.
Fundador de la asociación civil Ojo Electoral e integrante de agrupaciones como el Frente Amplio Venezuela Libre, por décadas Virtuoso participó en proyectos de articulación y participación social. Uno de esos fue el Proyecto Catuche, iniciativa de autogestión y rehabilitación urbana desarrollada en el barrio del mismo nombre, en Caracas, donde además fue guía pastoral y con cuya comunidad se mantuvo vinculado hasta el día de su muerte.
Las enseñanzas del padre Virtuoso trascienden espacio y tiempo, representan años de estudio, excelencia, fe y amor inequívoco hacia el prójimo y Venezuela. Por ello, cinco profesionales de la universidad -cercanos al padre- reflexionaron sobre sus enseñanzas en cinco ámbitos de la vida.
1.- Vivir la fe metido en la realidad en la realidad del mundo
El padre Alfredo Infante, S.J., provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela, considera que el rector Virtuoso vivió su fe vinculada a la vida y la historia. «Estaba convencido de que Dios habla al corazón humano, pero hay que discernir su paso y su dirección. Por eso, fue un hombre que desde su fe buscó dar respuesta a los grandes desafíos que la humanidad presenta. Y, en concreto, a los desafíos de nuestro país», dijo el también educador, filósofo y activista de derechos humanos,
«Responder a esos desafíos requiere una sólida preparación, una gran capacidad de escucha y de diálogo para buscar caminos junto a otros. También, fue un hombre con una conexión espiritual con las comunidades populares; que caminó en la defensa de los derechos humanos de los más vulnerables. Creo que la comunidad de Catuche lo recuerda como un pastor que acompañó, consoló y los puso a soñar una vida mejor. No me queda la menor duda que el padre Virtuoso fue un auténtico seguidor de Jesucristo, que como el Jesús del Evangelio ‘pasó por la vida haciendo el bien’. (Hch 10:37-38). El padre Virtuoso da testimonio de un modo de vivir la fe metido en la realidad del mundo. Entre la gente, buscando hacer más humana esta humanidad», afirmó.
2.- Superar la cultura rentista
Ronald Balza, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, citó unas palabras que ofreció el padre Virtuoso a modo de prólogo para un libro que coordinó hace ocho años: Venezuela 2015, economía, política y sociedad. Para el economista, en esa frase está la lección en materia económica del rector, la cual guarda relación con la inquietud que tenía el padre sobre la necesidad de repensar el modelo de desarrollo del país y trabajar en una reforma estructural condujera a la nación a la modernidad.
«Modernidad en cuanto que sinónimo de eficiencia, productividad, trabajo y esfuerzo colectivo para producir riqueza, redistribuida con criterio de justicia y equidad para crear oportunidades para todos, con reglas claras, bajo el amparo de un Estado de derecho. Entre otras muchas cosas, eso es lo que cualquier venezolano en su sano juicio buscará y cualquier político que quiera ganar elecciones ofrecerá. ¿Por qué, entonces, nos cuesta tanto caminar como sociedad en esa dirección?», recordó Balza las palabras textuales del capítulo escrito por Virtuoso.
El decano citó además el llamado que el rector hizo, en ese prólogo, a superar la cultura rentista-populista, «que con el correr de los años ha profundizado un conjunto de disposiciones subjetivas espontáneas frente al hecho económico que nos dificultan asumir la racionalidad moderna del desarrollo. Y lo más grave es que las élites políticas que en el pasado reciente y en el presente han gobernado y gobiernan al país han visto en esa cultura, en sus valores, percepciones y disposiciones, la clave para mantenerse en el poder«.
3-Buscar soluciones por una educación democrática, libre y de calidad
El director de la Escuela de Educación, Carlos Calatrava, indicó que, en el ámbito educativo, el padre Virtuoso legó un profundo compromiso por la educación de calidad, pero también aseguró que le dio voz, actividad y presencia a la búsqueda de procesos educativos novedosos.
«Formó parte de incontables iniciativas sobre la búsqueda de la excelencia educativa, trabajó en alianza con otros sectores, dentro y fuera de la universidad. Tuve el inmenso placer de estar en algunas instancias convocado por él, pero siempre con el objetivo claro: hacer posible una educación de calidad, democrática y en libertad para todos los venezolanos por igual«, indicó Calatrava.
El docente recordó que en 2010, en su primer año como rector, convocó un congreso internacional sobre la realidad de la educación superior en Latinoamérica y cuáles serían los retos del sistema educativo de cara al futuro. Este encuentro quedó plasmado en un libro publicado por la universidad.
«Las lecciones que nos deja nuestro querido Francisco José Virtuoso son: perseguir un objetivo claro, en este caso mejor calidad de la educación; buscar los mecanismos necesarios para lograrlos, si es trabajo en alianza o contacto con los antagónicos; profundizar el trabajo con los parecidos; vincularnos con nuevas realidades. Buscar, a partir de un objetivo claro y un fin preciso en mente, resolver los problemas. También, agrupar gente, servir de imán, factor de inclusión y no de rechazo. Y, evidentemente, permitir que las diversidades que tenemos todos se expresen en la construcción de proyectos comunes», afirmó Calatrava.
4- Construir consensos e impulsar el cambio con el ciudadano como centro
Benigno Alarcón, abogado, profesor y director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, celebró la sencillez, calidez y el trabajo de construcción de alternativas de cambio democrático con la ciudadanía como protagonista.
«Era un hombre sencillo, siempre estaba disponible para todo el mundo; un hombre de calle, cercano a la gente y en los últimos tiempos se volvió una constante el tema de la esperanza. Virtuoso se fue con la tristeza de no haber visto un cambio político en Venezuela. Me lo dijo muchas veces cuando ni siquiera se asomaba la enfermedad que acabó con él. Me dijo que había que sembrar la esperanza porque en la medida en que desaparece, desaparece todo; la gente sin esperanza deja de luchar y él decía que la esperanza es lo último que se debe perder», dijo el director.
El politólogo recordó que, más allá de generar expectativas acerca de las posibilidades del cambio, el rector trató siempre de involucrarse en la generación de los cambios políticos en el país.
«Eso hizo de Virtuoso no solo un líder en la Iglesia y en la universidad, sino también un líder en lo político; uno que buscó interactuar e incidir sobre las acciones y opiniones de otros líderes políticos; y trataba de siempre de que la razón, la inteligencia, las buenas decisiones prevalecieran en la interacción política», apuntó.
Pero Alarcón no solo recuerda al padre Virtuoso de esa forma, también lo recuerda como un hombre de acción, conciliador y mediador; también como alguien que creía en el reencuentro y la unión. Incluso, fue capaz de generar iniciativas que funcionaron como punto de encuentro en el liderazgo político.
«Él se entregaba en cuerpo y alma a las causas en las que creía. Una lección en lo político que dejó para la universidad es el sentido de compromiso y acción. Virtuoso se comprometía y buscaba involucrar a la comunidad y a la universidad, era un hombre de construcción de consenso. Algunas iniciativas tenían que ver con el bienestar social, así como con la lucha política para tener una democracia en el país. Además, sentía que hay que luchar por lo que es correcto. Luchó hasta el último minuto con todos los recursos que tenía a mano«, afirmó.
Por cierto que Alarcón adelantó que el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB pasará a llevar el nombre del fallecido rector. Esto tras ser aprobado en Consejo Universitario.
5.- Trabajar con el y por el otro
Adle Hernández, psicóloga y directora de Extensión Social, ofreció la lección que -a su juicio- dejó el padre Virtuoso en uno de los aspectos en los cuales la universidad destaca: la vinculación permanente con las comunidades. Recordó que este es un principio de los sacerdotes jesuitas y del cristianismo, pero que, con su apoyo y guía, la comunidad ucabista tomó y convirtió en valores fundamentales.
«El padre Virtuoso fue una persona que realmente creyó en la democracia, no declarativamente, sino que trabajó toda su vida por fortalecer la ciudadanía, el trabajo en red. Fue un hombre que creyó en la importancia del liderazgo comunitario y en las posibilidades de transformación desde el trabajo conjunto entre diversos sectores de la vida pública: comunidades organizadas, empresas privadas, universidades, Estado. Virtuoso creía en dialogar para entendernos y también en que hay que trabajar para lograr lo que queremos en todos los niveles y ámbitos posibles; en buscar siempre las formas de mejorar la calidad de vida, de fortalecer la ciudadanía y de persistir para lograr los objetivos desde una visión ética y humana», señaló.
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá