Entre murciélagos y 8 años sin luz empezarán clases en escuela de Maracaibo
Este lunes 2 de octubre, está previsto que inicie el año escolar y eso solo se traduce en desidia para los alumnos que tienen que asistir a la Unidad Educativa «Niños Trabajadores» General Rafael Urdaneta, ubicada en el sector Gallo Verde, de Maracaibo, porque tiene 8 años sin luz y con una plaga inminente de murciélagos.
Un reporte especial del medio marabino Versión Final, reveló en diversas fotografías, la grave situación que vive el centro educativo.
Docentes afirman que han recibido reiteradas y múltiples «falsas promesas» de distintas entidades, en colaborar para otorgar el transformador correspondiente, que dejó de funcionar en el 2015 y, hasta la fecha, no ha sido sustituido.
La institución, que arriba a sus 43 años tras ser fundada por el presbítero Rafael Márquez, desde el traslado a su nueva ubicación que anteriormente estuvo ubicado en la urbanización La Trinidad, cuenta con al menos tres edificios de dos plantas cada uno, que se mantiene en pie debido a la labor de quienes hacen vida en la escuela, a través de «granitos de arena» con los que ayudan a menguar las carencias en el lugar.
No obstante, pese a los esfuerzos realizados por los allegados al colegio Rafael Urdaneta, la delincuencia ha entorpecido las labores de recuperación, quienes azotaron el sitio mayormente durante los dos años de pandemia, y desvalijaron las áreas del comedor y la cocina, llevándose ollas, fogones industriales, mesas, sillas, platos y cubiertos; hasta los inodoros de los baños.
También fueron destruidas las ventanas de múltiples salones y el agua del tanque subterráneo, que estaba reservada para la limpieza de las áreas, fue utilizada por los malhechores para bañarse «como en una piscina».
El profesor Alexander de la Hoz, precisó que antes del tiempo de confinamiento fueron hurtadas 55 computadoras que se encontraban en desuso debido a la falta de electricidad. La que otrora contó con maquinaria para ofrecer talleres de carpintería u otros oficios, hoy conserva sus vestigios en un oscuro pasillo, luego que los amigos de lo ajeno retiraran los artefactos que servían para tal fin.