Los días contados
La situación nacional es crítica. Estudios serios de opinión señalan que 55% de la población vive en pobreza extrema y un poco más de 90% en pobreza. Después de 24 años de gobierno de más de lo mismo, la gran mayoría está harta y quiere un cambio. El colapso es general. Mientras tanto la oposición tiene que cuidar la realización de las primarias. Lo sucedido en la primera convocatoria electoral en la UCV es una campanada de alerta. Si las primarias llegarán a fracasar el mensaje sería muy negativo y no tendríamos un candidato con un respaldo lo más unificado posible. El gobierno juega a sabotear las primarias opositoras y la oposición tiene que blindarlas.
El año que viene será de grandes definiciones o hay un cambio definitivo o tendremos cuando menos una oligarquía política que se sigue perpetuando. Para quedarse para siempre deberá seguir el rumbo tiránico de Daniel Ortega en Nicaragua. De resto no tiene otra opción. En este escenario las sanciones internacionales se incrementarán y la economía estará aunque suene difícil decirlo peor de lo que está hoy. Para la gran mayoría ha quedado claro después de más de 60 presos por corrupción, que se estaba saqueando a PDVSA y esa es la principal causa de la debacle. Además de la ineficiencia. El haberse alineado con países como Rusia, China y Cuba ha tenido también graves consecuencias.
Es hora de hacer todo lo que se pueda para generar el cambio. La oposición necesita unión, unión y más unión para enfrentar a un adversario que ha demostrado ser capaz de todo. Además necesita incrementar la presión social. Hay que retomar la calle y defender a capa y espada al que resulte triunfador en las primarias.
En materia internacional Maduro hace un periplo que les puede salir caro a quienes lo han recibido. Lula salió con las tablas en la cabeza al argumentar que la oposición es la responsable de crear una narrativa falsa que señala a Maduro como dictador. Su viaje a Turquía lo asimila con Erdogan como autócrata. Por otra parte, al llegar a Arabia Saudita, la monarquía teocrática acababa de impulsar un recorte de producción petrolera que cae muy mal en los países no OPEP que ahora tendrán que pagar más cara su energía. Con este último país Maduro busca alternativas para aumentar la producción petrolera en Venezuela, que ni siquiera cumple su cuota OPEP. Las refinerías nacionales están en estado calamitoso. En fin, el tiempo apremia y Maduro va a concentrarse en todo aquello que le sirva para lograr el año que viene otra reelección. Quizá este periplo sea el último en sus mandatos. Es imposible con elecciones justas que Maduro pueda continuar en el poder. Barinas marcó el camino…
@OscarArnal