En modo de primarias
Hace diez años, exactamente, estábamos en lo mismo en un proceso de elecciones primarias de la oposición; mientras el gobierno hacía lo imposible, para que no se efectuara, tomando en cuenta el efecto febril, que despierta en la población un evento de esta naturaleza, dada la motivación proselitista que las maquinaras partidistas llegan a estimular en sus bases militantes, y así el candidato se catapulta; que sería, por lo demás, el impulso que se necesitaría para imponerse en la justa presidencial, que estaría pendiente, como en este caso para el 2024.
Eran los momentos, en los que veíamos a un Hugo Chávez con la cara hinchada y morada, producto de la quimioterapia, que le aplicaban los cubanos, a propósito del tratamiento contra el cáncer, que se le seguía en una de sus clínicas, y los intereses, que se movían detrás suyo lo estaban reventando, como opinaba uno en aquellos momentos, en tanto que candidato del oficialismo; pues se creía que el hombre iba a sobrevivir y se iba a imponer en las elecciones presidenciales de ese año 2012. Sonaba por entonces el nombre de María Corina Machado, que ahora luce como una de las favoritas a imponerse en estas primarias, pautadas para el mes de octubre, y donde, al final, terminó por ganar Henrique Capriles Radonsky.
Aún había un cierto fervor por Hugo Chávez, a quien lo había venido favoreciendo una bonanza petrolera, que ese año 2012 llegaría a su máximo histórico, al rondar los precios del crudo en unos 119 dólares, y todavía se producía más de un millón de barriles de petróleo; es decir, estaba fondeado el hombre y, en ese sentido, a Chávez le había ido muy bien con su política de lo que se llamó la Gran Misión Vivienda, y por eso sus allegados lo reventaban, como decía, pues lo que daba era grima ver aquel hombre soplado con una cara de marrano; que lo que tenía era que estar en absoluta reposo.
El hecho es que Nicolás Maduro en las presentes circunstancias, aun cuando pudiera estar favorecido por la situación en alza, que presentan los precios del petróleo, no cuenta con esa producción, que se tenía en aquel momento; el aparato productivo del país está quebrado; consecuencia, precisamente, de la política de invasiones y expropiaciones, que había llevado a cabo Chávez en los años precedentes a ese 2012, y que ya comenzaba a proyectarse en las cuentas de la administración pública; pues en ese año ya está presente la depresión económica, que heredará Maduro, al registrase una caída del PIB; aun cuando no se sentía, porque era el momento en que Chávez se ufanaba, de que podía salir a comprar al mundo de todo lo que se consumía en el país; una política que, por supuesto, estaba llamada a quebrar al empresariado nacional; cuyas consecuencias las estamos pagando en el día de hoy, pero que en aquel momento era necesario poner en práctica, si era que quería ganar las elecciones; como, en efecto, sucedió; mientras Maduro hoy en día enfrenta a un pueblo en la calle, reclamándole un salario digno; una sociedad sumida en la pobreza, hambrienta, sin salud y bienestar.
Incluso, la participación en esas primarias había sido tan masiva, que Jorge Rodríguez, al oír los resultados, voló, y cantó que aquello había sido un fraude, si tomamos en cuenta que Capriles Radonski gana con más de 1 millón 800 mil votos, seguido de Pablo Pérez, quien había obtenido más de 800 mil votos, mientras María Corina obtenía más de 100 mil votos, es decir, se partía de una base electoral de 3 millones de votos; aparte de que ese proceso se había llevado a cabo en una forma casi clandestina, tomando en cuenta que sobre un sector de la población, en especial, los trabajadores de la administración pública, pesaba la amenaza, de que si participaban en ese proceso serían despedidos; por lo que se habló de una “lista infame”, es decir, se garantizó que los cuadernos de votación serían incinerados en el acto, una vez contado el último voto, a los fines de evitar una nueva “lista Tascón”, que era el equivalente de aquélla, y lo que indignó más a Chávez, y ameritó persecución contra la presidenta de la entonces comisión electoral Teresa Albánez, que llevó a cabo lo prometido.
He allí el momento en que toda la oposición está unida, y apenas concurre a esa elección, además de los recién nombrados, Diego Arria y Pablo Medina; mientras que hoy en día hay una retahíla de nombres; una oposición muy fragmentada, muy intervenida por el gobierno, y muy “enmerdé” ante la opinión pública.
Recuerdo que Ana Nuño decía que María Corina era la más idónea para ganar esa justa, pero que la veía muy cuesta arriba, porque era mujer, blanca y burguesa.
No hay que pasar por alto que a esta señora le han propinado palizas, además de ser ridiculizada y ofendida en la cadena de medios impresos y audiovisuales del oficialismo; sobre todo, esos cómicos que tienen programas en VTV; en una página de humor que tienen en un pasquín que reparten en el Metro de Caracas… y, entre tanto, esta ha sido una señora que se ha mantenido muy combativa, y ahora los números le vienen a dar; sobre todo, porque apeló a la diferenciación del G-4, y se ha mantenido coherente en esa línea; como cosa extraña le vienen a dar los números a Benjamín Rausseo, El Conde Del Guácharo, si se toma en cuenta que en algunos encuestas, en lo que se refiere a los candidatos de la oposición, ambos puntean; cuando, por lo demás, ha sido tema de tratamiento del programa de Diosdado Cabello, y de ahí para abajo, y lo que crea mucha suspicacia; aparte de que han salido a relucir una serie de pruebas de su intimidad con el chavismo, al punto de prestarse el tercio, para reclamar por la liberación de Alex Saab.
Se trata de un señor que no tiene partido político; como tampoco ha tenido esa presencia, que sí se le ha visto a María Corina y a otros precandidatos; que han asumido cargos de representación como el propio Capriles Radonski, quien intenta de nuevo. Uno se pregunta qué se traerá entre manos el gobierno con esta carta.