El síndrome de Estocolmo en Venezuela
El síndrome de Estocolmo es un término utilizado para describir una experiencia psicológica paradójica en la cual se desarrolla un vínculo afectivo entre los rehenes y sus captores. Sin embargo, no existe actualmente una unificación de criterios con respecto a su diagnóstico y características, e incluso a su denominación de “síndrome”.
Según datos del Federal Bureau of Investigación (FBI) de EEUU, alrededor del 27 % de las víctimas de 4.700 secuestros y asedios recogidos en su base de datos experimentan esta reacción. Las víctimas que experimentan el síndrome muestran regularmente dos tipos de reacción ante la situación: por una parte, tienen sentimientos positivos hacia sus secuestradores; mientras que, por otra parte, muestran miedo e ira contra las autoridades policiales, o quienes se encuentren en contra de sus captores. A la vez, los propios secuestradores muestran sentimientos positivos hacia los rehenes.
Conocido esto podemos sugerir, muy a pesar de que muchas personas posiblemente nos califiquen de pesimistas o negativos, que el venezolano al parecer cayó en el síndrome de Estocolmo:
Esta sintomatología, perversa por lo demás, puede traducirse en un fenómeno paradójico pues el pueblo venezolano ha desarrollado un vínculo positivo hacia su captor, que es el régimen , como respuesta al trauma del cautiverio.
Buscar comida en la basura y pedir limosna, vistiendo una franela con los ojos de Chávez y la figura del Che Guevara, es una de las maneras de aceptar y tapar todos los males que sufre, y cuando un pueblo llega a tales extremos y se deja engañar con maquillajes ficticios (Clap, bonos de hambre y falsas promesas), se torna más difícil salir del pantano ignominioso en que se vive actualmente en el país.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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