La patología política en Venezuela
Según profesionales de la medicina psiquiátrica, la patología en política se utiliza para comprender la reproducción y extensión de problemas como la corrupción, la violencia, la inseguridad pública, la traición, la exclusión social, la demagogia populista, el recurso político a la mentira y el engaño, o el predominio de la propaganda sobre la propuesta política.
Desde esta perspectiva, la pérdida de credibilidad social de las instituciones y actores políticos, en general de la idea misma de la política, es inseparable de la existencia de gobiernos que han permitido, o se han beneficiado de la extensión pública de las patologías políticas.
Expresan, en un primero orden, la dicotomía orden y desorden, tal como se desprende de la obra de Friedrich. Luego refieren la relevancia del concepto de patología política y las funciones que cumplen en la vida política, cuando éstas no están profundamente extendidas. Desde esta perspectiva, proponen la idea de implosión patológica como una forma de aproximarse al potencial destructivo de las patologías políticas, cuando éstas se combinan. Finalmente, revisan el concepto de impunidad, como una patología especialmente destructiva, factor de implosión patológica, tomando como punto de partida, casos caracterizados como impunidad alta y muy alta por el Índice Global de Impunidad.
La psiquiatra Rebeca Jiménez, especialista en Neuroinmunología y Medicina Cuántica, enjundiosa investigadora de este tema, refiere que por las razones anteriormente señaladas, al venezolano «lo han desmontado emocionalmente».
“En poco más de un año el venezolano ha modificado su estado emocional. De la rabia que en 2017 desató la convicción de que la crisis le arrebataba su capacidad de administrar sus ingresos y su futuro, pasó ahora a la resignación, al estado burnout o síndrome de estar quemado, generado por el estrés y que implica cansancio y rendición no solo ante la crisis económica, sino también ante los deteriorados servicios públicos”.
Un cambio patológico que el gobierno ha causado, asegura, y recomienda a los venezolanos mantenerse activos a punta de solidaridad. “A los ciudadanos nos han desmontado emocionalmente como lo hicieron con el Estado, y no nos hemos dado cuenta de eso”.
Este estado emocional se consolidad, entre otras razones, por la escalada en el precio de la divisa, su presión al alza de los precios internos, y el consecuente deterioro del poder adquisitivo de los asalariados y de quienes dependen de otras rentas fijas.
Pone de manifiesto la médico que el callejón sin salida a que Maduro ha conducido la economía, queriendo ganar méritos con la liberalización de precios y de la divisa, pero sin alterar la esencia del régimen de expoliación que instauró su mentor Hugo Chávez, quien llegó al poder con una prédica populista y patriotera que prometía redimir al “Pueblo»
La escalada en el precio de la divisa, su presión al alza de los precios internos, y el consecuente deterioro del poder adquisitivo de los asalariados y de quienes dependen de otras rentas fijas, pone de manifiesto el callejón sin salida a que Maduro ha conducido la economía. Quiso ganar méritos con la liberalización de precios y de la divisa, pero sin alterar la esencia del régimen de expoliación que instauró su mentor desmontando el Estado de Derecho.
Por todas las razones anteriores, el ciudadano está en un jaque mate psicológico, social, económico, al que han llevado progresivamente y solo busca sobrevivir.
Herodes no era persona de principios, y sus valores eran los propios de un sicópata, ya sabemos que existen enfermedades mentales que privan a quienes las padecen de un mínimo de conciencia. Para estas personas alienadas, el fin justifica los medios y su único fin son sus personales y enfermizos intereses. En el fondo de todo dictador subyace siempre un psicópata.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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