Armando.Info: El viacrucis de los desaparecidos (y de quienes los buscan)
Armando.Info/.- No es gratuito que los tormentos a los que la contrainteligencia militar y otros cuerpos de seguridad someten a sus detenidos suelen ocurrir en sitios informales y en medio del trasiego de rehenes entre esos sitios: se trata de una dimensión invisible donde no hay institucionalidad y nadie rinde cuentas ante la ley. Las desapariciones transitorias, a veces de horas y otras de semanas, mortifican a los familiares de los detenidos y se han vuelto un preámbulo casi obligatorio para las causas de índole política en la justicia chavista.
Horas. Días. Semanas. En una detención como la que describen los testimonios de los familiares de los desaparecidos en Venezuela luego de una aprehensión irregular, dar con el paradero de la víctima es una búsqueda prolongada por estaciones y centros policiales y de seguridad del Estado: “No está aquí”. El detenido queda fuera del radar de sus familiares y abogados.
Nueve días estuvo N.R. -familiar de una víctima de desaparición forzada, que pidió reservar su nombre por razones de seguridad- recorriendo las morgues de distintos hospitales y la de Bello Monte, en el sureste de Caracas, en búsqueda del cuerpo de su hermano, quien fue sometido a una desaparición forzada pocos días después de declararse la pandemia de la covid-19. También visitó las dos sedes capitalinas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la principal de Plaza Venezuela y la de El Helicoide, así como la de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), en Boleíta Norte. En ninguno de estos lugares obtuvo respuesta.
“Me mandaban fotos de motorizados arrollados”, relata que ocurría luego de publicar en sus redes sociales una foto de su familiar anunciando que estaba desaparecido.
Lejos de ser una excepción o un episodio vinculado con la improvisación o el azar, la desaparición forzada es un patrón común en las detenciones de disidentes políticos, una rutina donde los centros de detención clandestina, que como se mostró en la primera entrega de esta serie de reportajes están dispersos en zonas residenciales de Caracas, son un punto clave.
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