Linda Loaiza, a ND: El Estado no ha movido un dedo ni ha reconocido el fallo de la CorteIDH
La abogada Linda Loaiza López es conocida por la historia de terror que vivió en manos del «Monstruo de Los Palos Grandes», un hombre que la secuestró durante 4 meses, abusó sexualmente de ella, la torturó y golpeó hasta desfigurarla.
Su historia es de resistencia y lucha, pero no solo contra quien le destrozó la vida, sino contra un Estado apático y cómplice de su crimen: lejos de estar preso, tiene años libre y ella sigue exigiendo justicia, incluso a nivel internacional. Una lucha de 21 años.
Este miércoles se cumplieron 4 años desde que la Corte Interamericana de Derechos Humanos notificó la sentencia condenatoria contra el Estado venezolano por las irregularidades cometidas en el caso de Linda Loaiza. A través de unos mensajes en Twitter, la hoy abogada rechazó que esta sentencia no ha logrado que el Estado hiciera algún gesto reivindicador de su nefasta actuación en el caso.
«Esa sentencia sigue mostrando la cara inocultable de la impunidad sistemática en Venezuela. No es suficiente un fallo internacional como la sentencia de la Corte IDH si el Estado no cumple con ese mandato. Sigue la impunidad abriendo la puerta para la continuidad de estos crímenes contra las mujeres, niñas y adolescentes».
En contacto telefónico con ND, Loaiza, quien conoció el infierno el 27 de marzo de 2001 y fue degradada de todas las formas posibles, arremetió contra la impunidad que práctica el Estado en casos de violencia contra la mujer.
«Ninguna mujer desde que nace hasta que muere está exenta de sufrir algún tipo de violencia. Las víctimas deben ser atendidas en toda situación, recibir apoyo, sin importar quién sea el agresor. Las mujeres no podemos negociar nuestro sufrimiento, tenemos que denunciar estos abusos y estos crímenes sea quien sea el agresor. Nuestra dignidad como ser humano, como persona, como mujer, no puede ser negociable y es lamentable que negociemos al permanecer en silencia. Pero además, el Estado es el responsable de garantizar el proceso judicial. Debemos exigir justicia y que se cumplan nuestros derechos», sentenció.
Por el dantesco crimen que cometió el hijo de Gustavo Luis Carrera, conocido escritor, crítico y miembro de la Academia Venezolana de Letras, solo pasó 6 años preso. Hoy está libre y Loaiza desconoce su paradero. El Estado no hizo nada para protegerla a ella y a otras mujeres. Y él se encuentra libre.
«Yo me he dedicado a la búsqueda de justicia y eso es competencia de las autoridades, del sistema de justicia que hoy tanto se aluda de defender derechos de la mujer y vemos como a diario eso solo queda en Twitter barato, en letra muerte y no en la ejecución ni en la práctica que es lo que debería estar haciendo, sancionando a los responsables de cometer estos delitos. Vemos ante la mirada cómplice del Estado como cada día se infla la cifra de femicidios. Y esto es culpa de las grandes fallas de un sistema de justicia, la grosera impunidad y complicidad de la sociedad en la que vivimos», reclamó.
Un reporte del diario español El País, titulado «El testimonio de Linda Loaiza nos revela la cara más atroz de Venezuela», recogió las injustificables irregularidades del caso:
«Como Linda no tenía dinero, poder ni influencias políticas, el sistema de justicia que debía protegerla fue indolente ante su padecimiento. Cincuenta y tres días después de ser rescatada, Carrera Almoina no había sido detenido. Cuando ya fue imposible sostener su libertad, recibió la medida de casa por cárcel. Tres años y tres meses debió esperar Linda Loaiza para que comenzara el juicio. Las audiencias se diferían. Los sorteos de selección de los jurados no avanzaban. Se amenazó a los candidatos a jurados y 50 jueces se inhibieron. Después de seis años, el caso había pasado por 97 jueces, 16 fiscales y solo concluyó tras una huelga de hambre de 13 días en el TSJ», escribió Sergio Dahbar, editor del libro de Loaiza «Doble crimen, tortura, esclavitud sexual e impunidad».
«La fiscal encargada de la investigación exhibió todos los prejuicios posibles contra la víctima. La llamó promiscua y colombiana, explotando el machismo y los estereotipos xenofóbicos de la sociedad venezolana. La obligó a firmar una declaración con la presión de un policía armado. Las lesiones más aberrantes de Linda fueron invisibilidades y no fue presentada ninguna prueba que estableciera que esas lesiones habían sido causadas por el acusado. Por ejemplo, la fiscal no mostró fotos que tenía en su poder en las que Carrera Almoina aparecía con Linda y otras víctimas. Ni solicitó que se realizaran pruebas de Luminol, necesarias para determinar la presencia de sangre en la escena del crimen. Carrera Almoina fue juzgado no por lo que realmente había hecho, sino por privación ilegítima de libertad y lesiones gravísimas. Tras dos juicios fue condenado a seis años de prisión. Hoy se encuentra en libertad».
¿Qué debía hacer el Estado según la justicia internacional?
Loaiza aseguró que desde que la Corte Interamericana de Derechos Humanos le notificó al Estado que debía tomar una serie de medidas que dieran una pequeña gota de justicia a su persona, no ha habido ningún gesto y mucho menos un acercamiento, pese a que esta es la primera sentencia que la CIDH emite contra el Estado venezolano por delitos de violencia de género y también por delitos de esclavitud sexual y tortura cometidos por un particular.
Indicó que el Estado debía reconocer públicamente las violaciones a los DDHH que se cometieron en su caso porque el Estado permitió y facilitó esos delitos. Debía cumplir a nivel interno el fin del proceso judicial, juzgar a los funcionarios que actuaron indebidamente durante la investigación. Pero además, debería brindar ayuda gratuita e inmediata y cumplir con la reparación monetaria que se exige.
Otra de las medidas era que el Estado cumpla con su deber de publicar estadísticas sobre el tema relacionado a los derechos de la mujer, crear el reglamento de la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, que hasta el sol de hoy no existe. Debe velar por que haya en cada estado tribunales de violencia contra la mujer. Dictar cursos permanentes y obligatorios de conformidad con la sentencia e incorporar al currículum de estudios un programa de educación permanente bajo el nombre de Linda Loaiza.
«Todos los lapsos de esa sentencia y esos 27 puntos vencieron sin que el Estado haya movido un dedo o haya reconocido este fallo internacional. El sistema de justicia no ha actuado conforme a derecho para investigar y sancionar a Luis Antonio Carrera Almoida quien es hoy una amenaza para la sociedad», subrayó.
Un infierno en vida
Linda Loaiza fue secuestrada en el año 2001 por Luis Antonio Carrera Almoina, conocido como el «monstruo de Los Palos Grandes», por la zona en la que residía. Durante casi 4 meses, fue golpeada con palos, quemada con cigarrillos, torturada, mutilada y violada en múltiples ocasiones.
Ella tenía 18 años de edad. El 19 de julio de ese año fue liberada y rescatada por la policía y vecinos de Chacao.
Exámenes forenses practicados revelaron hematomas en los párpados con desvío del ojo derecho, triple fractura de mandíbula, traumatismos craneoencefálicos, fractura de costillas, marcas de quemaduras en la piel, deformidad en los labios, mordeduras en las mamas, desgarramientos de la matriz y de un ovario, lesión tumoral del páncreas y graves alteraciones psicológicas. Estuvo año y medio hospitalizada y fue operada más de 15 veces.