Elecciones primarias presidenciales: Retos y oportunidades
Con el nombramiento de la Comisión de Primarias se cumple otra etapa del largo y complejo proceso para que las fuerzas verdaderamente democráticas tengan un solo representante en las elecciones presidenciales que deberían efectuarse en algún momento entre 2023 y 2024 según disponga el régimen.
La constitución de 1999 no contempla una fecha definida y ese es uno de los tantos retos que enfrenta la oposición real: las elecciones pueden ser en cualquier momento. Hay que prepararse lo más pronto posible.
Uno de los temas más inesperados y complejos que deberá decidir la Comisión es si usará el CNE o no para recoger los votos de los venezolanos que viven en Venezuela y los pocos registrados en el exterior donde hay consulados.
Hace 10 años, Henrique Capriles, Pablo Pérez, Maria Corina Machado, Diego Arria y Pablo Medina no tuvieron problema en usar al ente controlado por el gobierno para recoger y contar los votos. El CNE estaba presidido por Tibisay Lucena, cuyas acciones eran groseramente pro gobierno. Solo había un Rector no oficialista, Vicente Díaz. En el CNE actual hay dos Rectores de indiscutible talante democrático. Las elecciones presidenciales, en las cuales todos los precandidatos democráticos quieren participar, las regirá el CNE.
Aún con estas variables en juego, algunos líderes y opinadores se han manifestado en contra de que se use este ente especializado en las primarias, aún cuando sería cercanamente monitoreado por la Comisión, los partidos, la sociedad civil y la ciudadanía en general.
¿Por qué usar el CNE? Porque cuenta con una infraestructura necesaria para unas elecciones nacionales complejas y muy competitivas con potencialmente gran cantidad de candidatos. ¿Puede la sociedad civil organizar estas elecciones? Probablemente sí pero las mismas razones que imperaron en 2012 para usar el CNE, ahora se mantienen y hacen necesario ese apoyo. En todo caso los ciudadanos debemos acatar lo que la Comisión, compuesta de intachables personas, decida al respecto.
El tema del voto de los ciudadanos en el exterior también ha causado polémica. Muchos le exigen a la Plataforma Democrática, a algunos partidos y ahora a la Comisión que los ciudadanos emigrados voten en las primarias y también en las elecciones presidenciales. Claramente ese es el deseo de todos los demócratas venezolanos.
La Comisión trabajará en hacer lo posible que el máximo de los estimados 4,5 millones de electores que están fuera de Venezuela ejerzan su derecho al voto en las elecciones primarias. Respecto a las elecciones presidenciales ello depende de las trabas que coloca la legislación actual y que el CNE no puede desconocer.
Hasta los momento solo votarían quienes estén inscritos en un consulado y el mismo esté operando. En países como los EEUU no hay consulados venezolanos. En otros países los hay pero muchos venezolanos no cuentan con la documentación de residencia que exige la Ley de Procesos Electorales. No podemos pedir a la Comisión cosas fuera de su poder. Los ciudadanos debemos exigir al gobierno que cambie la ley y que le ordene a sus Rectores del CNE que hagan los mayores esfuerzos para recoger la voluntad de los venezolanos en el exterior.
Sobre quiénes pueden participar en esta elección como candidatos se han tejido algunos mitos, probablemente generados por el gobierno a través de sus aliados “opositores”. El Sr Omar Barboza ha expresado en forma inequívoca que habrá la mayor amplitud para todo el que quiera participar pueda hacerlo. Inclusive se aceptarían inhabilitados lo cual parecería un contrasentido pero se ha querido mostrar que lo que se desea es que los ciudadanos escojan su candidato sin limitaciones. El tema de lo que se exigirá para participar en términos de representatividad se maneja un número de firmas que respalden la candidatura. Es necesario que se solicite este requisito para que no se inunde de precandidatos sin ningún soporte una elección que será de por sí compleja.
Un tema que será un reto de resolver para la Comisión de Primaria son los costos que implican llevar a cabo esta elección. Se han escuchado estimados de 4 ó 5 millones de dólares estadounidenses para cubrir el proceso. ¿De dónde vendrán esos recursos? En 2012 con un entorno económico favorable los pre candidatos cubrieron el costo de las primarias. Es esta Venezuela depauperada alguno aspirantes se pueden sentir presionados si se les exige una contribución. Pero es necesario tener los fondos ya sea que se hagan las elecciones con o sin CNE. De hecho se ha estimado que sin CNE serán mayores los costos porque hay que crear toda una infraestructura.
Otro reto es que una vez escogido el candidato el régimen lo inhabilite a él o ella y a sus posibles sucesores. Solo la ciudadanía activa y la presión internacional pueden evitar que algo así ocurra. Al menos se debe diseñar un protocolo que rija como se harán las sustituciones ante una situación de esta naturaleza.
Es previsible que haya otros candidatos que no se midan en las primarias y se lancen con el apoyo de sus partidos, organizaciones o recolectando firmas. Algunos podrían hacerlo de buena fe impulsados por algún tipo de mesianismo. Otros serán aupados por el régimen para dividir las mayoritarias fuerzas democráticas del país. Ante este escenario se espera que los electores se nucleen alrededor del candidato elegido democráticamente en las primarias aun cuando hayan sido militantes o simpatizantes de organizaciones disidentes de la unidad o al servicio encubierto del régimen.
Es el elector el que deberá mostrar una gran madurez y no dispersarse como esperan los mesías, los ingenuos y los saboteadores tarifados. Hay que iniciar una gran campaña de concientización del electorado para que se nuclee alrededor del candidato que sea electo en las primarias y así lograr la unidad desde abajo que tanto pregonan muchos.
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