Refugios de Nueva York colapsan y migrantes venezolanos tocan puertas para pedir comida y ropa
Cientos de migrantes siguen llegando a EEUU y en el distrito de Staten Island de Nueva York, decenas de ellos han decidido buscar ayuda por sus propias manos: pidiendo comida, ropa y trabajo puerta a puerta.
Según reporte de The New York Post, los migrantes no estaban preparados para las temperaturas más frías de la Gran Manzana, y se están alojando en una propiedad en Travis-Chelsea que incluye el Staten Island Inn, el Holiday Inn y el Fairfield Inn and Suites Marriott. Pero el Staten Island Inn ya está completamente lleno con los inmigrantes ilegales convertidos en solicitantes de asilo, y se espera que durante las próximas horas lleguen más autobuses
«No tenemos ropa y no comemos bien, necesitamos un lugar para trabajar», dijo la venezolana Geraldine Silva, de 31 años, a las puertas del Staten Island Inn, al que llegó hace una semana tras ser transportada en autobús desde El Paso. «Estamos esperando la ropa», agregó mientras temblaba del frío junto a un grupo de niños y otros migrantes.
Geraldine tenía puesta una camiseta, pantalones deportivos y cholas.
Vecinos dijeron al medio web que nunca les informaron sobre la llegada de tantos migrantes, y aseguraron que la zona está colapsada por tantas familias necesitadas.
El alcalde Adams declaró el viernes el estado de emergencia en la ciudad por la avalancha de migrantes y advirtió que la afluencia estaba llevando el sistema de refugios de la ciudad a su punto de ruptura y que iba a suponer a los contribuyentes 1.000 millones de dólares para el año que viene.
Un total de 102.067 personas han atravesado durante los primeros 8 meses del año el Darién, la densa y peligrosa selva que separa Colombia de Panamá, rumbo a Norteamérica, de los cuales el 67 % fueron venezolanos, según datos revelados este lunes por la Defensoría del Pueblo colombiana.
«Entre enero y agosto de este año han cruzado la frontera con Panamá 102.067 personas, de las cuales el 76 % son hombres y 24 % son mujeres», se lee en un comunicado de la Defensoría, que alerta de un aumento ingente de personas que han cruzado esta selva, el único punto del continente por donde no pasa la carretera Panamericana.