Psiquiatra Luis Rojas Marcos: hablar con otros y los monólogos íntimos, claves del bienestar
Madrid (EFE) / Olivia Alonso.- «A través del habla nos desahogamos y nos liberamos de pensamientos estresantes y de emociones angustiosas».
Así lo asegura el psiquiatra Luis Rojas Marcos en una entrevista con EFE, en la que resalta el poder terapéutico de la comunicación tanto con los otros como con uno mismo porque «los monólogos íntimos nos ayudan a funcionar mejor».
Son algunas de las claves que da Rojas Marcos en su último libro «Estar bien, aquí y ahora» (Harper Collins), un manual para afrontar los momentos de incertidumbre actuales, «cuando el sentido de futuro se resquebraja y el sistema nervioso central nos pone en estado de alerta».
Es un libro que el exresponsable de los servicios de salud mental de Nueva York ha escrito en «colaboración» con sus «colegas tuiteros» a los que preguntó sobre el significado de estar bien. Recibió infinidad de respuestas de las que, junto a su experiencia profesional, dedujo que siempre figura el factor físico, al que se une «el emocional de la tranquilidad».
Pregunta: ¿Qué le ha llevado a escribir un libro para estar bien?
Respuesta: La pandemia de la covid y la situación actual nos llena de momentos cargados de temor indefinido. Más de la mitad de lo que hablamos tiene que ver con el futuro, qué vamos a hacer mañana, el fin de semana o cuando seamos mayores. Pero, la incertidumbre actual nos rompe las expectativas de una existencia segura, predecible y completa y nos pone en guardia.
La guardia permanente debilita al sistema inmunológico y nos predispone a sufrir trastornos digestivos, hipertensión, agotamiento, mal humor, insomnio, tristeza o aislamiento social. Además impulsa a buscar alivio en el alcohol y las drogas.
El covid nos ha arrebatado la capacidad de anticipar el futuro y nos hemos concentrado en el presente y en buscar los recursos para mantener el bienestar físico, psicológico y social aquí y ahora.
P: ¿Es más fácil estar bien para las personas optimistas?
R: Sí, siempre que lo definamos al margen de la visión filosófica del término y lo situemos en su término científico. Una persona optimista localiza el centro de control dentro de ella misma y en una situación difícil dice: yo tengo control y puedo hacer algo por mejorar mi situación, por disfrutar. Lo contrario sería decir lo que Dios quiera.
P: ¿Y si al optimismo le añadimos la autoestima?
R: Entonces, ya tenemos dos pasos importantes dados. La autoestima es cómo te valoras, te quieres y te respetas. Lo contrario, como le pasa a mucha gente joven, es pensar que eres un desastre y que no te guste lo que ves en el espejo.
En psiquiatría la falta de autoestima se considera un problema serio para la felicidad y la estabilidad de las personas.
P: ¿Y qué papel juega el sentido del humor?
R: Es muy importante porque nos ayuda a tratar con temas pasados y ver las incongruencias e inconsistencias de cosas que nos pasan. En España hay muy buen sentido del humor, a veces no nos damos cuenta.
P: ¿Por qué le da tanta importancia a hablar?
R: Está demostrado que los niños que crecen en ambientes parlanchines, en los que se habla mucho -independientemente de la inteligencia- cuando van al colegio funcionan mejor y sacan mejores notas que los que crecen en ambientes silenciosos.
No estamos dispuestos a contar nuestra vida ni a escuchar la de otros. Pero, si estás con personas solidarias, cuéntales lo que te pasó y por qué estas triste. Ayuda un montón, especialmente en el tema del trauma, el hablar, el contar lo que viste, lo que te pasó es un elemento indispensable en la curación o en la superación.
Y también es muy importante hablar a solas, aunque tiene una carga social falsa desde el punto de vista de la normalidad del ser humano. Se cree que es algo extraño o incluso de locos.
Pero las personas que se hablan, se tratan bien, se planifican y localizan el centro de control dentro de ellos funcionan mejor.
P: ¿Se abusa de los fármacos para solucionar la ansiedad y el estrés?
R: Hay un factor positivo en la actualidad. Se ha normalizado sufrir ansiedad o estrés. Ya no se ve como algo que da miedo decir a familia, amigos o en el trabajo. El estrés es una condición física y psicológica de presión ante un mundo que nos exige más de lo que podemos soportar.
Pero hay que tener cuidado con la sobremedicación. Es más fácil decir tómate esto tres veces al día, que siéntate y cuéntame. Los fármacos están bien en un momento de pánico o de dolor, pero el problema es que el cuerpo se adapte y te cree una adición -igual que a las drogas- y que el día que no la tengas te sientes muy mal.
P: Según una encuesta reciente, el 49% de los españoles cree que su salud mental no es buena o que podría mejorar, pero solo tres de cada diez ha acudido a un profesional y el 70% dice que no lo hace por motivos económicos o por sentir vergüenza. ¿Que le parece esta radiografía de salud mental de los españoles?
R: La cifra que se me graba en la mente es que el 51 % dice que está bien, es el número más alto. A este porcentaje hay que añadir a los que les da apuro decirlo, porque en esta sociedad no se usa eso pues parece que presumes, a diferencia de lo que pasa en Estados Unidos, donde se glorifica lo de estar bien.
Además, dentro del 49 % que dice que no está bien, hay un grupo que tiene una esperanza de poder mejorar. La pregunta sería qué vamos a hacer para que mejore.
Todo ello sin olvidar que hay un 70 % en la nube del tabú, del silencio del estigma, que todavía marca la enfermedad mental.
P: ¿Cómo avanzar para superar el tabú de la salud mental?
R: Aun son muchos los que todavía me dicen que no van a psiquiatras y psicólogos porque no quieren que los demás piensen que son personas débiles, impulsivas o que están locas.
La psiquiatría se inventó hace unos 200 años. Antes se pensaba que eran endemoniados o psicóticos y aunque se ha avanzado muchísimo todavía sigue el tabú, que es la gran barrera para que muchas personas que pueden mejorar su situación, no busquen ayuda por el qué dirán.
P: ¿Cuándo hay que pedir alarma?
R: Cuando experimentamos cambios en el estado de ánimo a causa del estrés, ansiedad o desconsuelo que alteran el apetito, el sueño, la concentración, el funcionamiento diario, nuestras relaciones cercanas o la convivencia durante varias semanas.
Otra señal es cuando nos invaden pensamientos, emociones o impulsos que están fuera de nuestro control.
P: ¿Se pueden superas los traumas?
R: No es un 100 %, hay personas que no superan las grandes calamidades, pero hay un grupo, un 30 o 40 %, que sí.
Además, hay personas que en su lucha o en su duelo -por ejemplo tras una muerte cercana- se descubren cualidades que desconocen y que les ayudan a sentirse mejor.
P: ¿Cómo valora la atención psiquiátrica en España?
R: Hacen falta mas psiquiatras. Felicito al Estado por aprobar la psiquiatría infantil, aunque eso sucedió hace solo un año. Está muy bien ese paso, pero dentro del mundo de la salud, la psiquiatría y la psicología están marginadas.