La CPI no debió admitir la demanda de Guyana sobre el Esequibo
El Esequibo o Guayana Británica es una región de 159.542 kilómetros cuadrados. Históricamente siempre ha sido territorio venezolano desde los tiempos coloniales y los inicios de la etapa republicana. Venezuela posee títulos históricos y legales que definen su origen republicano, conforme al Uti Possideti Iuri (posesión legal) donde la titularidad le otorga los derechos originarios soberanos.
El artículo 10 de la Constitución Nacional, reza: “El territorio y demás espacios geográficos de la República son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad”.
El Esequibo siempre ha sido ambicionado por las grandes potencias
La intervención británica en el Esequibo se incrementa a mediados del siglo XIX y en 1831 se conforma la Guayana Británica. El Reino Unido, desde los primeros años de la independencia de Venezuela del yugo español, dirigió su mirada hacia el territorio Esequibo aplicando su política expansionista, con sus flotas de barcos desplegándose por los mares del mundo, hacía prácticamente indetenible su expansión con su poderío económico y militar, haciéndose valer, por las armas o por medio de los tribunales. Es así como deciden ir hacia el control de la navegación de los grandes ríos, entre ellos está el más imponente, inmenso y caudaloso río Orinoco, que por lo demás es cercano a sus islas del Caribe.
En 1834 Gran Bretaña reconoció la independencia de Venezuela, reconociendo con ello el legítimo derecho que le asiste a Venezuela sobre los territorios que fueron de la Capitanía General de Venezuela.
En el Laudo Arbitral de París todos los Árbitros eran de Gran Bretaña
El Laudo Arbitral de París de 1899 fue orquestado por el Imperio Británico y la Corona, quienes acordaron que debía estar integrado por cinco árbitros, dos británicos nombrados por la Reina, como los británicos se negaron a sentarse en una mesa a discutir con los venezolanos, considerándonos unos indios, sudacas, decidieron que el Gobierno de Estados Unidos nombrará dos árbitros para que “representarán a Venezuela”, y el quinto árbitro fue un ruso, que por lo demás era miembro de la Corte Británica.
Londres aprovechó la situación de desventaja que presentaba el Estado venezolano y con el poderío político y el dinero del Reino Unido lograron que los jueces inobservaran y no le dieran valor a la documentación histórica de los orígenes del territorio, a las evidencias técnicas, a los mapas, a los principios del Derecho y al Derecho Internacional Público, que demuestran fehacientemente, que el Esequibo es de Venezuela. Es así como validaron los mapas alterados, el cambio de los linderos, hicieron toda su tramoya y firmaron el mencionado Laudo Arbitral.
No hay crimen perfecto. Se confesó el despojo territorial a Venezuela
Uno de los árbitros norteamericanos consciente de lo que había hecho y que se había prestado para ese despojo territorial, donde amputaron una parte importante del territorio a Venezuela, escribió todo lo sucedido en ese Laudo Arbitral de París, con una condición que se publicara la carta después de su fallecimiento.
Es así como a finales de los años 40 del siglo pasado, falleció el estadounidense Severo Mallet-Prevost, uno de los árbitros y abogado representante de Venezuela en 1899. Se cumplió su deseo y se hizo pública su confesión póstuma donde el jurista admitía que la decisión de París “fue injusta para Venezuela y la despojo de un territorio muy extenso e importante, sobre el cual la Gran Bretaña no tenía, en mi opinión, la menor sombra de derecho”. Igualmente, denunciaba las componendas entre los británicos y el quinto árbitro ruso que dictaminó el fallo en el Laudo Arbitral.
El dictador Marcos Pérez Jiménez planteó la recuperación del Esequibo con los militares
Desde ese momento Venezuela reclamó la revisión y solicitó la nulidad del Laudo de París. En los años de 1950 el dictador Marcos Pérez Jiménez planteó la anexión de la Guayana Británica o la recuperación del Esequibo por la fuerza con militares. En la web encontramos la entrevista que le hizo el periodista Oscar Yánez.
Venezuela denuncia en la ONU la nulidad del Laudo de París de 1899, y se firma el Acuerdo de Ginebra
El año 1962 Venezuela denunció formalmente en la Organización de Naciones Unidas (ONU), la nulidad del Laudo de París, por ser un acto “nulo e irrito”. Pasaron cuatro años de lobby y reuniones con los cancilleres y representantes de la ONU, para que el 17 de febrero de 1966, Venezuela firmará con el saliente Imperio Británico el Acuerdo de Ginebra.
Las Partes acuerdan buscar soluciones definitivas a la controversia de los límites, aplicando el mecanismo de la paz negociada, de mutuo acuerdo y en armonía, beneficiosa para las partes. Se acordó una comisión mixta, dos representantes de Venezuela y dos de Guyana para buscar el arreglo.
También se acordó que Guyana mantendría la autoridad sobre el Esequibo, pero al mismo tiempo se considera un territorio reclamado por Venezuela. El Acuerdo no contempla la explotación del área en reclamación. El mes de mayo, tres meses más tarde, Guyana obtuvo su independencia del Imperio Británico.
Los militares venezolanos tomaron la Isla de Anacoco
La década de 1960 fue de gran convulsión entre los dos países. El 12 de octubre de 1966 los militares venezolanos por la fuerza tomaron la Isla de Anacoco (es una isla fluvial de 8 km2), evacuaron y desalojaron todo el personal civil y militar guyanés que se encontraba en Anacoco. El primer Ministro de Guyana, Forbes Burnham, presentó las protestas al gobierno venezolano y a los organismos internacionales, a lo que el Canciller venezolano Ignacio Irribarren Borges, le salió al paso y respondió: “La Isla de Anacoco es territorio venezolano en su integridad y la República de Venezuela siempre ha estado en posesión de ella”. Hasta el presente sigue bajo el control de la Fuerza Armada venezolana.
En 1970 se firma el Protocolo de Puerto España
En 1966 la Guayana Británica se independiza del Reino Unido y surge un país joven que es la actual República Cooperativa de Guyana.
El 18 de junio de 1970, para resolver la controversia territorial entre Venezuela y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre la frontera limítrofe entre Venezuela y Guayana Británica firmado en Ginebra el 17 de febrero de 1966, se reúnen los países Venezuela, el Reino Unido y la República Cooperativa de Guyana y firmaron el Protocolo de Puerto España. Ahí se decide congelar por 12 años parte del Acuerdo de Ginebra. En 1983 se presenta un impasse y Venezuela no ratifica el protocolo de Puerto España.
La figura del “Buen Oficiante” de las Naciones Unidas
En 1987 ante la imposibilidad de hacer una negociación directa con Guyana, se recurrió a la figura del “Buen Oficiante” de las Naciones Unidas, a través del Acuerdo de Ginebra, el cual fue elegido y aceptado por las partes.
El mecanismo del “Buen Oficiante” era para buscar la solución amistosa del diferendo. El histórico reclamo territorial de Venezuela contra Guyana hizo crisis cuando Guyana el 2015 firmó un contrato de explotación petrolera en la zona de reclamación con la Exxon Mobil.
El Buen Oficiante y la relación amistosa funcionó hasta el año 2018 cuando Guyana demandó a Venezuela.
Es importante destacar que la economía guyanesa se basa principalmente en la exportación de Oro, madera, bauxita, azúcar, arroz y camarones, estos rubros superan el 60 % de su producto interno bruto.
El Acuerdo de Ginebra se mantuvo durante 49 años
Con la creación de Guyana como República en 1966, Venezuela realizó las negociaciones económicas con su vecino país, intercambiando cereales, granos, minerales con la mayor normalidad y éste le pagaba con petróleo, siempre dentro del marco del Acuerdo de Ginebra.
Durante 49 años, las diferencias, los sesgos y contratiempos, siempre se resolvieron de forma amistosa, como dos vecinos que buscan desarrollarse. Ese matrimonio duró hasta el año 2015, cuando las transnacionales petroleras comenzaron a explotar el petróleo y articulan una estrategia jurídica para desconocer el Acuerdo de Ginebra, para resguardar y garantizar sus intereses. La República de Guyana se ha prestado para ello.
Aparece el petróleo y Guyana firma concesión con la Exxon Mobil
El año 2015 el Gobierno de Guyana informó que había firmado concesiones con la empresa petrolera norteamericana Exxon Mobil y que iniciaría de inmediato labores de perforación en yacimientos ubicados en aguas en disputa territorial con Venezuela. Sobre espacio territorial marítimo en discusión, no determinado, violentando el gobierno de Guyana con esa acción el Tratado de Ginebra y el Derecho Internacional.
La disputa entre los países vecinos se reavivó. Todo cambia porque las transnacionales petroleras comienzan a instalar sus bases de operaciones en alta mar, frente al Esequibo, esa es un área, una zona que posee una riqueza inmensa, con unos yacimientos petrolíferos que superan los 11.200 millones de barriles de crudo. Ahora no se trata de dos naciones fronterizas que necesitan resolver un problema territorial, sino que entran en juego las grandes transnacionales del petróleo tratando de imponer sus políticas para controlar y disponer de las grandes riquezas.
Guyana demanda a Venezuela ante la Corte Internacional de Justicia
El 29 de marzo de 2018, la República Cooperativa de Guyana representada por Bufetes internacionales, bajo el auspicio de las transnacionales del petróleo, Gran Bretaña y Estados Unidos, interpuso una demanda contra Venezuela ante el Juez de La Haya en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), para desconocer el Acuerdo de Ginebra firmado en 1966. La Guayana Esequiba, es un territorio de más de 159 mil kilómetros cuadrados que se disputan ambos países. El Presidente Nicolás Maduro, en representación de Venezuela, declaró que no participaba en ese procedimiento por considerar que la CIJ “carece manifiestamente de jurisdicción sobre una acción planteada unilateralmente por el país vecino, que no cuenta con el consentimiento de Venezuela”.
La Corte Internacional de Justicia debió respetar el Acuerdo de Ginebra
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) tomó una decisión apresurada o parcializada, ya que no debía haber admitido la demanda que de manera unilateral presentó Guyana contra Venezuela sin haber cumplido los requisitos del consentimiento de las partes.
Guyana mintió al afirmar que Venezuela había dado el consentimiento para dirimir el asunto en esa instancia, para ello, manipuló e hizo uso de viejas declaraciones del canciller Ignacio Irribarren Borges del Gobierno presidido por Raúl Leoni (1963 a 1968). Las mentiras y manipulaciones haciendo valer un falso consentimiento para darle solidez a la demanda contra Venezuela, se corresponde con la componenda entre la Exxon, el poderío de Washington y Londres. La CIJ debió respetar el Acuerdo de Ginebra.
La realidad de hoy es que Venezuela reclama su espacio territorial heredado de la independencia, por un lado, y por el otro, Guyana en sociedad con las grandes potencias como son Estados Unidos, el Reino Unido y las transnacionales petroleras.
La crisis energética generada por la guerra Rusia y Ucrania hacen que el petróleo venezolano y guyanés se haga más apetecible.
Abogado penalista, Magíster en Derecho Constitucional Comparado y Doctor en Leyes y Relaciones Internacionales
@mariovaldez1