La casa de Los Gómez
Un domingo de abril en la mañana se apareció en mi apartamento de Playa Grande, La Guaira, mi amigo Neko Sadel. La falsa excusa de su sorpresiva visita fue que lo llevara a comprar pescado fresco y barato por las cooperativas de Catia La Mar.
Pero la verdadera razón de su llegada era revisar mi biblioteca para ver qué libro encontraba sobre Juan Vicente Gómez que él no hubiera leído. En su hurgar por los estantes solo halló un par de viejos folletines porque todos los demás, que son unos cuantos, se los había tragado con la voracidad del que no quiere dejar de conocer hasta el último detalle del personaje cuya vida escudriña.
Luego vino el café junto con Lucy, mi mujer, y María Mercedes, la suya, para animar la cháchara de rigor del porqué de su ansiosa búsqueda: Neko había escrito «La casa de los Gómez«. Un genial y extenso texto, cargado de humor e ingenio, pleno de vicisitudes e intrigas que Pepitona y Rísquez, tejiendo los cabos sueltos de la historia, dan forma al drama para teatro en el cual retrata magistralmente en sermo vulgaris la vida del brioso personaje cuya mano de hierro curiosamente enguantada había controlado el poder en Venezuela durante 27 años consecutivos, y no quería dejar de leer nada que se hubiese escrito sobre el feroz «Amo del poder», como lo llamó Domingo Alberto Rangel.
Quiso su generosidad conocer mi opinión sobre su obra, sin ser yo experto alguno en eso del teatro sino más por andar en el oficio de jurungar el pretérito y haberme leído una que otra de las biografías sobre el «Tirano liberal», según decir del historiador Manuel Caballero.
La obra de Neko sobre Gómez describe los intríngulis del poder, la psicología del personaje, el ambiente de la época con la sencillez que comunica los asuntos más complejos.
Me enteró entonces del damatis personae que hace la obra sobre las tablas y la agradable sorpresa fue mayor, pues Neko no solo había escrito un excelente guion sino que había logrado reunir un extraordinario grupo de reconocidos actores encabezados por Tania Sarabia, Alicia Plaza, Rolando Padilla, Henry Soto, Mario Sudano, Marcos Moreno, Wilfredo Cisneros, Carlos Manuel González, Nerea Fernández, Pedro Medina, Antón Figuera, Marianela González, pero también algunos nombres que sorprenden por venir del oficio de la comunicación social como el de Aymara Lorenzo, Omar Lugo y el de Marianela Salazar que ya había andado en las tablas hace años con sus «Monólogos de la vagina». Dejando la producción la dejó a cargo de Alejandro Blanco Uribe, Gisela Capellín y Carolina Rincón.
Y por si fuera poca su audacia, a Neko le vino en ganas mostrar lo que aprendió en la actuación de la mano de Héctor Manrique para decir en la obra: ¡Aja! ¡Tarazona, haga pasar a la señorita Mimí!, personaje de la obra que desde la ficción de unas «Memorias del general Gómez» sirve de conducto para que los hechos de la terca realidad lleguen con gracia al público y desnuden lo que es un dictador.
En el guion de Neko «La casa de los Gómez» la ficción es la arteria, el conducto por dónde fluye el drama de la historia real y concreta, el texto se las trae. No dejen de ver la obra, los días de oscuridad que hoy vivimos lo ameritan.