Diplomáticos «a la carrera»
«Si no hay respeto sagrado por la patria, por las leyes y por las autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo» / Simón Bolívar
Durante la discusión previa a la renovación por dos años, por parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, de la Misión que investiga crímenes de lesa humanidad en Venezuela, cuya propuesta recibió 19 votos a favor, 5 en contra y 23 abstenciones, hubo varios momentos de tensión en la sala, pero uno de ellos llamó la atención cuando la delegación chavista interrumpió el acto mientras hablaba la representante de Estados Unidos.
“Es importante tener un informe equilibrado y medido. En los informes, la misión documentó abusos de derechos humanos, tratos inhumanos y degradantes…”, decía la estadounidense Michèle Taylor, cuando su par de Venezuela la cortó violentamente y pidió que su país sea “respetado”.
Federico Villegas, presidente del Consejo, pidió disculpas a Taylor por el pedido de palabra solicitado del representante venezolano, Héctor Constant Rosales, a quien le pidió que moderara sus formas al pedir la palabra, pues en su interrupción señaló: “Mi país no aceptará ningún tipo de mención a su gobierno ni a su Estado que atente contra nuestra dignidad ni contra el vocabulario tradicional de las Naciones Unidas».
Villegas respondió con alto agradecimiento protocolar para agregó: “Lo invito a que, en la próxima ocasión, utilice el tono calmado en su explicación y no la forma intempestiva en la que pidió el punto de orden, que no era necesario. Con solo levantar la pancarta le hubiera dado la palabra”.
Este bochornoso acto perpetrado por el representante del régimen socialista marxista y mal llamado bolivariano muestra que los «diplomáticos» socialistas no cuentan con una formación multidisciplinar enfocada en el derecho, el comercio y los idiomas extranjeros y mucho menos conocimientos en derecho internacional y relaciones exteriores, que bastante les ayudaría a ser diplomáticos.
Trabajar como representante diplomático de una nación es una gran responsabilidad. Los gobiernos buscan a buenos profesionales, por cuanto la formación es imprescindible para alcanzar el éxito deseado.
Un diplomático debe contar con una formación pluridisciplinar, pues debe saber actuar en caso de conflictos internacionales, para conseguir defender los intereses diplomáticos y comerciales de su país en el exterior.
En Venezuela, desde la creación de la carrera de Estudios Internacionales, en la Universidad Central de Venezuela y otras, han egresado cientos de profesionales, hombres y mujeres, que en tiempos de la llamada cuarta República prestaron sus valiosos servicios a la democracia. Hoy día, se desempeñan en otras actividades y muchos han emigrado, tras la llegada al poder del Socialismo del Siglo XXI, que los desestimó para que ocuparan su lugar personas cuya única credencial, es la de ser militante y activista del proceso rojo rojito. Nada que ver con la hoja curricular, de quien aspira un cargo en la cancillería venezolana.
No se debe dejar de soslayo que representar a un gobierno en otro país, es una gran responsabilidad, pues para un buen ejercicio de las labores diplomáticas, es necesario que quien lo representa tenga una sólida formación profesional, moral y ética.
La diplomacia tiene su razón de ser como herramienta para la resolución pacífica de controversias. Como se basa en la negociación, sus caminos no suelen ser los más directos y rápidos. Pero la Historia está llena de ejemplos que prueban su eficacia.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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