Del puerto de Mariel al infierno del Darién
Dos eslabones de una cadena de errores que marca el ejercicio totalitario del poder. La huida de cubanos de hace algunas décadas es la génesis del horror del venezolano de hoy. Ambas realidades sociopolíticas son el resultado de modelos fracasados.
En la década del ochenta el gobierno cubano aprovechó la coyuntura para enviar a los Estados Unidos, a casi doscientos mil compatriotas, desde el 15 de abril hasta el 31 de octubre de 1980. Todo comenzó por el asalto a la embajada de Perú en La Habana, por parte de un grupo de civiles, que usaron un autobús público. Trataron de entrar al recinto diplomático de manera violenta. La policía de régimen fue rebasada por el ímpetu libertario de un buen grupo de personas.
Fidel Castro presiona para que les entreguen a los manifestantes. El gobierno peruano les concede protección diplomática y más de diez mil cubanos penetran la embajada. Castro autoriza a que los exilados en Estados Unidos puedan llevarse a sus familiares. Grandes cantidades de personas salieron desde el puerto de Mariel, muchos de ellos personas de mala conducta.
Fidel Castro limpió así la casa trayéndole un grave problema de seguridad a la administración Carter. El éxodo terminó aliviándole el grave problema político que desbordaba a Cuba en aquel momento.
Reconociendo que la coyuntura histórica es diferente, es innegable que el infierno del Darién, guarda alguna similitud: en el sentido de haber sido utilizada por el gobierno para deshacerse de potenciales enemigos, los venezolanos que marchan por las inhóspitas guaridas del averno, vestidos de cenagosas aguas, que llevan todo el peso de la huida, son el mejor ejemplo de un gobierno fracasado, han preferido el riesgo de morir en la selva, que aceptar vivir bajo el yugo de un régimen que les castró las oportunidades.
Cada uno con una sórdida historia de dolor, que tiene un solo autor: el desgobierno de Nicolás Maduro Moros. Sus erradas políticas económicas, el asfixiante modelo que auspician, generan estas semillas amargas que se han esparcido por nuestro hemisferio. Como podemos observar estos regímenes producen estos episodios traumáticos que son el zarpazo a la sociedad.
En Cuba la gente prefiere morir en las mandíbulas de un tiburón que estar bajo la abrigo de un gobierno tiránico. En Venezuela está ocurriendo algo similar, es huir de su tierra donde los acosa la necesidad. Quieren vivir mejor, tener libertad y medios para progresar. Mariel y Darién son hermanos siameses, nacieron del mismo útero involutivo del socialismo.
@alecambero