Bolívar y la revolución traicionada (II)
«Siempre los tiranos se han ligado y los libres jamás. ¡Desgraciada condición humana!» Simón Bolívar
En el artículo de la semana pasada referimos importantes aspectos y detalles que muestran al Libertador en denodada lucha revolucionaria con total entrega y sin claudicar, en procura siempre de que la América Meridional mantuviese incólume el perfil de su propia identidad.
Bolívar predicó un angustioso llamado para advertir la amenaza del fenómeno transcultural, por la manía de querer copiar modelos de desarrollo político, que no se correspondían con la realidad sudamericana. ¡ Que visión futurista! . Nada que ver, con lo que quienes dicen rendir homenaje al único Padre de la Patria, realizan perversamente con una revolución socialista, mal llamada bolivariana.
En Bolívar surgió permanentemente la advertencia en relación a los peligros de las imitaciones que pudiesen ser capaces de transformar el sentido de la verdadera identidad nacional.
La escasez, en sus condiciones más extremas, castigaba con implacable saña a los ejércitos republicanos, pero la tenacidad de Bolívar, «el hombre de las dificultades» como se auto calificó en cierta ocasión, le permitió vencer los obstáculos que se le presentó en circunstancias adversas, que tuvieron lugar en territorios inhóspitos.
Hacen mal uso del nombre de Bolívar quienes, con su revolución, se erigen como herederos de su legado, pues su conducta y acción contradicen todo cuanto predicó el Padre de la Patria, quien con su talento y visión política advirtió su angustia, cuando el 14 de febrero de 1823 comunicaba a Santander: «yo tiemblo amigo delante de lo futuro, más horrible me parece el porvenir que lo pasado». Fueron vanas las advertencias del Libertador, para impedir las amenazas que orbitaban peligrosamente sobre la estabilidad de su obra, la misma que hoy echan por tierra seudos revolucionarios, ultrajando su nombre a diestra y siniestra.
No se debe dejar pasar por alto que el fracaso de la integración impulsada por Bolívar ha tenido, en el transcurso del tiempo, connotaciones especiales en toda la América Latina. A la vista tenemos: Cuba, Nicaragua, Chile, Bolivia, Argentina, Brasil y Colombia, países en los que el credo bolivariano se enfrenta a realidades contrapuestas.
En su dilatada carrera militar, Bolívar, el ideólogo y estadista planteaba a comienzos del siglo XIX, en plena lucha independentista, lo que puede considerarse como las únicas alternativas sobre las cuales ha amasado siempre cada pueblo su destino, las que se refieren a las acciones de una lucha que beneficie al conglomerado con una mayor suma de felicidad, seguridad social y estabilidad política.
Bolívar fundó periódicos, más no los clausuró, por ello su labor periodística trascendió mucho más allá de la creación de «El Correo del Orinoco «, «El Peruano» o de la «Gaceta de Bogotá «, medios en los que fijó posiciones mucho más elevadas que las de dictar normas y recomendaciones para la confección de un periódico. Su trayectoria en el ámbito periodístico, hizo de la imprenta un poderoso instrumento con el que advirtió que la anarquía es peor que la guerra; que la América es ingobernable, y profetizó que estos países del continente sudamericano «caerán indefectiblemente en manos de tiranuelos imperceptibles». Sin duda alguna, la observación respecto al manejo de la prensa, con acierto y justicia, tiene fundamentos éticos de invalorables proporciones.
Tenía razón el Libertador cuando en uno de sus discursos planteaba: «La esclavitud es hija de las tinieblas, un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga abusan de la credulidad y de la inexperiencia, de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico; adoptan como realidades las que son puras ilusiones»
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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