Los tres futuros de nuestro petróleo
Nuestra industria petrolera venezolana tiene tres opciones por delante y su futuro dependerá de cuál camino se escoja. Las tres opciones son: la ruta del Marasmo, la Chucuta y la de la Transformación. Cada camino determinará un futuro muy diferente. Para la industria petrolera… y para Venezuela.
Las buenas noticias para Venezuela es que el petróleo seguirá siendo negocio por un tiempo suficiente para hacer una industria productiva, y que la negociación – cambio de sanciones por democracia – avanza. Aunque no parezca; pero necesidad obliga… a ambos bandos.
Factores que ayudan al crecimiento de la industria petrolera
– Cada vez son menos los especialistas que dicen que al petróleo le quedan pocas décadas en primer plano. Las energías alternas no han crecido como se esperaba. Además, la captura y almacenamiento de carbono (CAC), parece alargar el horizonte del petróleo.
– Por otro lado, la invasión rusa a Ucrania ha replanteado de manera muy significativa las fuentes energéticas de Europa. Los europeos de ninguna manera seguirán dependiendo en forma tan determinante de Rusia. Necesitan más gas y más petróleo. Por ello, Biden insiste en conversar con Maduro. No busca energía para USA – no la necesitan- sino para Europa y en general occidente, en el mediano plazo.
– Las reservas de Venezuela, muy cuestionadas por los más conocedores del tema, siguen siendo muy cuantiosas. Saquen cuentas, en un escenario de 3 millones de barriles por día, las reservas disminuidas, alcanzarían … hasta para más de treinta o cuarenta años. O sea…
La negociación
– La “revolución” intenta cambiar su ruta. La destrucción del país es tan gigantesca que el socialismo ha quedado atrás. Ahora son capitalistas – claro, autocráticos- y han aplicado un “paquete” a los ingresos, la salud, la comida y la seguridad de los venezolanos, que sería la envidia de cualquier drástico plan de ajustes latinoamericano, de aquellos que se aplicaron en los años ochenta. El gobierno no tiene dinero. Por ello, a pesar de lo que fanfarronea, negocia con Biden, y con malcriadeces y a regañadientes, va a México. Necesitan dinero y la fuente más próxima … es la industria petrolera.
– Biden necesita que Venezuela recupere su posición de surtidor confiable. Que a mediano plazo la industria petrolera pueda ayudar a satisfacer las nuevas necesidades de Europa. Además, le urge recuperar al Mar Caribe como área de influencia. Su estrategia es: cambiar Sanciones por Democracia.
Ante estas premisas, los escenarios que puede transitar la industria petrolera venezolana son:
– Ruta Marasmo … o todo sigue igual:
Todo sigue como está. Venezuela un mes produce 700.000 bd. Al mes siguiente 600.000. Vende el petróleo con descuentos. Produce combustibles al mínimo de los requerimientos de un país desinflado, o por debajo. Sigue quemando gas. Y continúa la inseguridad energética: sin combustible, sin gas para cocinar, con cortes de luz… Los rusos y los iraníes amagan con invertir, pero no salen con nada (como hasta ahora), y la producción y el desmantelamiento de las refinerías sigue igual… o peor.
Para evitar la devaluación de la moneda, el gobierno continúa inyectando dólares al sistema… y cuando se acaban, el bolívar se dispara, y vuelve la hiperinflación. Y para contener a las masas… más represión (modelo cubano).
Este escenario Marasmo, es el producto de no negociar.
– Ruta Chucuta … o pequeños brincos para adelante y ara atrás:
El gobierno hace gestos parciales e inconclusos de democracia (con los presos políticos, los inhabilitados, unas pocas facilidades electorales), y Estados Unidos extiende licencias a Chevron y a algunas empresas de servicios, además permiten trabajar a Eni y Repsol. La “revolución” legisla que los privados puedan ser mayoría en las empresas mixtas, y Pdvsa pasa algunos “esfuerzos propios” a empresas mixtas. La producción se incrementa hasta 1 millón de barriles diarios. Venezuela puede vender hidrocarburos sin descuento. Los ingresos petroleros suben. Los grandes inversionistas siguen limitados, por las sanciones que aún no han sido levantadas, y sobre todo porque el gobierno no da señales ni de seguridad jurídica, ni de comportamiento, que les garanticen el retorno de su inversión. Pdvsa sigue siendo una empresa disminuida, y con riesgo de empeorar sus resultados. El país continúa sin enfrentar soluciones serias a su problemática. Inflación, autocracia, crisis de los servicios… hambre.
– Ruta Transformación… difícil pero deseable:
El gobierno da señales claras de democracia. Estados Unidos levanta todas las sanciones. Los tribunales se independizan del gobierno. Éste da muestras de transparencia. Se interviene a Pdvsa con el Plan Táctico de Emergencia para estabilizar sus funciones. Se aprueba una LOH que incluya Agencia de Energía, Rondas de Licitación, contratos flexibles y proactivos. Los inversionistas petroleros vienen a Venezuela con miles de millones dólares… se crea una industria petrolera capaz de producir unos 3 millones de barriles por día, de producir al tope en sus refinerías y de satisfacer la Seguridad Energética de los venezolanos. La industria petrolera transmite su energía creadora al país. La democracia, el liberalismo y las reglas claras sirven de plataforma para una nueva Venezuela.
Este escenario implica un cambio drástico de modelo político. O que el gobierno niegue lo que ha sido en estos veinticuatro años. ¿Será posible con ellos?
Tres futuros posibles
Marasmo, nos acercaría al modelo de los jefes cubanos. Chucuto, sería como el gatopardo, cambios para que en fondo todo siga e igual. Y Transformación… de la industria petrolera y del país.
Estos tres escenarios hacen un efecto espejo con Venezuela porque hacia donde vaya la industria petrolera irá el país.
El futuro se hace hoy. Organizados, con estrategia y sentido histórico. Es hora de empezar a construirlo. Ya basta de desesperanza. Nuestros hijos se fueron, el poder adquisitivo es de hambre, los servicios ni les cuento. ¿Qué más tiene que pasar?
Sin caer en marasmos y sin concepciones chucutas… el futuro se construye hoy. Usted, su vecino y yo. Exijamos a los líderes… y seamos líderes. Tenemos derecho a una Venezuela de primera.