El colmo del Estocolmo
Al momento de escribir estas líneas estoy en Estocolmo, participando como observador en las elecciones parlamentarias suecas realizadas el 11 septiembre de 2022.
Me es imposible estar en Estocolmo siendo un ex preso político y no encontrar un paralelismo entre algunos lideres de la oposición venezolana y el famoso síndrome de Estocolmo; esa consecuencia de situaciones de secuestro donde los rehenes desarrollan un sentimiento positivo con sus captores, los rehenes afectados por este Síndrome llegan a justificar y colaborar con sus captores, incluso en contra de la policía, llegando a justificar las acciones criminales y terminan colaborando mutuamente.
Es muy común en secuestros, conflictos armados, incluso entre los presos y sus carceleros.
Yo, en mi caso, recuerdo que no odiaba a los custodios. Algunos hasta me caían bien. No sé si fue mi forma de ser o que sufrí de Estocolmo, pero lo que sí sé es que cuando venia el custodio, que el día anterior me suspendió la visita familiar por una semana o me negó la ida al gimnasio el día anterior, “siempre por órdenes superiores” el día que ese mismo custodio me venia a abrir la puerta para salir de mi celda y poder ir una hora al gimnasio, me contentaba igual que una mascota de apartamento cuando el dueño le enseña el collar para salir al parque.
Pero hay limites. Recuerdo cuando estando preso me llamaron (varias veces) para ofrecerme ser candidato a las parlamentarias fraudulentas del 2020 y les dije que así no, que quería salir de la celda, pero una libertad a cualquier costo no quería, hay límites. Asumo que en mi caso si tenia Estocolmo era leve, porqué salir de la celda es el objetivo de todo preso.
Hoy veo varios liderazgos con el “Síndrome de Estocolmo”, no solo de la oposición “splenda” (light), incluso opositores que respeto y creo serios, afectados por el Síndrome de Estocolmo.
Asumen de manera muy prematura y desde una ingenuidad abrumadora (que ellos justifican en base al pragmatismo y antecedentes históricos) que el régimen debe elegir al candidato de la oposición, que Maduro no va a entregar a un “incómodo”. Como si las dictaduras se caracterizaran por entregar el poder.
Algunos “líderes” con Síndrome de Estocolmo más severo, y te dicen: “yo soy mejor candidato”, fíjate que yo sí estoy habilitado. Es decir, que no ser visto como un riesgo por esta dictadura, es su gran virtud?
Ojo, una cosa es ser de oposición y sufrir de Síndrome de Estocolmo y otra cosa ser un colaborador del régimen, intentando hacerse ver como “oposición”, estos son traidores más bien mercenarios al servicio de Maduro.
En resumen bien sean opositores splenda o con el síndrome, cometen un error cuando asumen estas posiciones “ingenuas” sin tener tan siquiera una fecha de primarias, mucho menos fecha cierta de elección presidencial, es mas algunos dicen:
“¿primarias, para qué? si las gana igual no lo van a dejar participar. El hombre soy yo, ya que Maduro a mí si me acepta”.
Señores. Esta es la misma dictadura que asesinó a Fernando Albán, que ajustició a Oscar Pérez después de haberse rendido, que mantiene más de 300 presos políticos civiles y militares, así que no me vengan con el cuento que fulano está habilitado.
Les recuerdo que este régimen inhabilitó a Freddy Superlano una semana después de haberles ganado en Barinas. ¡Por favor no se engañen!. En dictadura todos podemos estar inhabilitados, presos o perseguidos, solo falta dar la orden.
Esto es una dictadura. Ese debe ser el punto de partida. Entender que el problema es Maduro y todos juntos debemos enfrentarla. No es un tema de izquierda o derecha, mucho menos de chavismo y oposición.
Hoy tenemos a un Maduro pidiendo a gritos que le quiten sanciones. Hay una oportunidad.
Si sabemos que a Maduro lo único que le interesa es que le quiten las sanciones, por favor no se lo demos gratis. Maduro debe soltar algo a cambio, algo en concreto. No una promesa de fecha de elecciones. ¡Eso es un caramelo! nos dan la fecha y el día de la elección Maduro vuelve a ser Maduro, el dictador y nos vuelven a robar la elección.
Creo que si Maduro no suelta presos políticos mucho menos soltará el poder.
En cambio si liberan presos políticos, cesa la persecución, regresan los partidos a sus legítimos líderes y nos dan fecha de la elección, pudiera creerse que es posible una transición hacia la democracia.
En paralelo debemos organizarnos, debemos definir el cronograma de las primarias para el primer semestre 2023 y todos los venezolanos, estén donde estén, debemos votar.
En lo personal votaré por un candidato que no sufra del síndrome de Estocolmo, no apoyaré a un candidato que se dedique más a criticar a la oposición que a Maduro. Mi candidato debe enfrentar el problema real que no es otro que Maduro, ese es el problema.
Y muy importante, un líder que a la hora de la chiquita, a las 6pm del día de las elecciones cuando cierren los centros, no le tiemble el pulso y nos llame a la calle a defender la victoria, que no se le aflojen las piernas.
Ganar la elección con la fuerza de una contundente mayoría y perderla por un líder con síndrome de Estocolmo sería el colmo del Estocolmo.