Venezolanos que han retornado se devuelven a Perú, Colombia y Chile a los 15 días: no aguantan porque no hay trabajo
Unos hermanos venezolanos que había retornado al país, decidieron regresarse a Chile porque no conseguían trabajo. Se fueron caminando, pasando por trochas, expuestos al sol y al peligro: “la esperanza es lo último que se pierde, pero por el momento no hay”.
Arbelys Briceño llevaba 8 días viajando desde Venezuela a Perú. Tiene solo 14 años, pero decidió irse con su hermano porque ya no podían sobrevivir en su país natal. AP habló con ellos en un comedor popular para migrantes, donde les ofrecieron sopa de pollo, «era la primera comida caliente que disfrutaba en días».
6.8 millones de venezolanos han salido por la crisis, según la ONU. Pese a que el éxodo paró con el covid y en el peor momento de la pandemia unos 150 mil venezolanos retornaron, la migración está tomando fuerza nuevamente.
Cuando llegaron a Colombia, Arbelys y su hermano habían caminado 600 kilómetros. Ella no había podido dormir una sola noche completa, tuvieron que pernoctar en una acera en la que había muchos ruidos; se resbaló y se cayó 2 veces caminando por un camino embarrado al cruzar la frontera.
Jhon Álvarez, coordinador de la Fundación Nueva Ilusión, dijo a la agencia que ha visto a muchos venezolanos conocidos en el comedor. “La gente está retornando de otros países — Chile, Perú, Ecuador, Bolivia — nuevamente a Venezuela, pero a los 15 días o el mes no aguantan y vuelven a irse», comentó Álvarez. “Nos dicen que les tocó regresar porque la situación sigue igual o peor. Sí, subieron el sueldo, pero no hay trabajo”.
En Caracas abrieron restaurantes, tiendas de bienes importados, gimnasios y otros negocios. Maduro afirmó hace poco que la economía creció un 17,4% en los primeros tres meses del 2022. Pero Venezuela sigue teniendo uno de los índices inflacionarios más altos del mundo y unos tres cuartos de la población viven con menos de 1,90 dólares por día, lo que representa un nivel internacional de extrema pobreza. Mucha gente no tiene acceso a agua potable ni a electricidad.
“La esperanza es lo último que se pierde, pero por el momento no hay” nada de eso, dijo Frank Fernández en el comedor popular, mientras trataba de contactar a su familia para dejarle saber que había llegado a Colombia junto con un hermano. Se dirigían a Chile, donde Fernández trabajó cuatro años antes de volver a probar fortuna en Venezuela.
Fernández, de 19 años, ganaba 43 dólares diarios trabajando en la construcción en Chile. En Venezuela lo único que consiguió fue un empleo limpiando los vidrios de los autos en una gasolinera.
Él y su hermano caminaron hasta 40 kilómetros (25 millas) diarios hasta llegar a Colombia por uno de cientos de caminos polvorientos de la frontera.