Reivindicar a la política
Por supuesto que me refiero a la Política con P mayúscula y no a la politiquería tan desacreditada en estos tiempos. En el sentimiento general hay una seria decepción con respecto a los partidos políticos, viejos y nuevos. Nos afecta a todos los que hemos dedicado la mayor parte de nuestras vidas a ellos. En este mundo, como en cualquier escenario que revisemos, hay de todo. Malos, regulares y buenos.
Vale la pena destacar que desde 1958 a esta parte, sesenta años y algo, han desaparecido dos generaciones completas de políticos y la tercera, a la cual pertenezco, está bastante reducida en número y en condiciones adecuadas para actuar como en el pasado. Sin embargo hay que hacerlo aferrados a principios y valores imperecederos. Recordar siempre que a la Política se viene a servir y no a servirse en lo personal o en lo grupal. Servirle a terceros, a la comunidad en la cual nos desenvolvemos y, fundamentalmente, a cada persona humana que la integra.
La dignidad de la persona, el fortalecimiento de la sociedad civil mediante la protección a la familia y la justicia social como instrumentos para alcanzar el bien común son algunas de las motivaciones básicas en nuestra lucha. Para alcanzar esos objetivos y mantenerlos más allá de cualquier circunstancia negativa, es indispensable contar con un Estado que los comparta. Sólo así alcanzaremos la altura de un país con seguridad integral, educación adecuada a todos los niveles, libertad económica, garantía plena para el trabajo y el crecimiento integral tan necesario en este tiempo.
La Venezuela de hoy está muy lejos de alcanzar esos propósitos. Está muy mal y mientras el régimen actual exista, seguirá caminando hacia peor. Es bueno recordar aquello dicho muchas veces. ´”Los países nunca tocan fondo”. Esto solamente sucede cuando lo que se hace mal termina y se empieza a trabajar correctamente, en la dirección adecuada.
La Iglesia Católica, en boca de sus máximas autoridades, nos hace un oportuno llamado a refundar la República, a reconstruir la Nación para hacer posible el desarrollo necesario y garantizar una paz estable.
Esa es la Política que debe orientarnos. Necesita de políticos nuevos y viejos dispuestos. De allí nuestra nueva invitación a todos cuantos tengan sensibilidad y compartan los enunciados que hemos señalados, para que vengan a la Política y la desarrollen en todos los ámbitos en los cuales se desenvuelven. Dentro o fuera de partidos que también deberán hacer méritos para ganarse la P mayúscula que nunca han debido perder.
La liberación nacional es necesaria. Ponerle punto final a la usurpación que nos ha convertido en país de cuarta o quinta categoría. A los efectos mundiales, sólo comparable con Cuba y Nicaragua. ¡Por Dios! Con perdón de los sufridos pueblos de esas naciones.
@osalpaz
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