Elecciones primarias, retos de la oposición
La mayor parte de los sectores democráticos han ido decidiéndose por la participación en las próximas elecciones presidenciales. En condiciones normales es lógico participar en elecciones para escoger los gobernantes y los legisladores de los diversos niveles geográficos: nacional, regional y municipal. Sin embargo en Venezuela no existen las condiciones que garanticen una elección democrática y por eso hay que analizar la participación en cada oportunidad que se presenten elecciones.
En estos momentos existen muchas organizaciones políticas democráticas de tamaño modesto que para ganarle las elecciones presidenciales al gobierno necesitan unirse y aglutinar el fuerte rechazo que tiene la actual administración que ya pasa de las dos décadas en el poder.
Sin duda la forma más idónea para aglutinar a los inconformes es con un candidato presidencial de amplia aceptación en los sectores democráticos.
Esta aceptación se logra con un proceso electoral de primarias donde se escoja libremente el candidato presidencial unitario. Muchos han planteado que si el ganador no logra la mitad de los votos emitidos se organice una segunda vuelta. Aunque es deseable una decisión clara de los votantes hay que tomar en cuenta que estos procesos tienen costos y requieren organización, logística, seguridad y los sectores democráticos se encuentran muy limitados en este sentido.
Unas primarias hechas en un país en las condiciones que está Venezuela implica retos que no se tienen países con instituciones más sólidas como y que usan las primarias, como Argentina o Colombia.
La reciente elección del gobernador de Barinas nos muestra algunos de los retos que pueden presentarse a nivel nacional donde hay mucho más en juego. Si en fecha cercana a las elecciones, el régimen inhabilita al candidato presidencial, ¿será este sustituido por el segundo más votado? Y si hay más inhabilitaciones que se hará, ¿quién será el candidato?
Resistirse a aceptar las inhabilitaciones sería inútil y nos dejaría sin participación, algo que desea el gobierno. Habrá que tener planes de contingencia para inscribir otros candidatos de acuerdo a criterios que se acuerden con las organizaciones políticas y sociales que apoyan al abanderado escogido. También hay que efectuar la escogencia del candidato, ya sea en una o dos vueltas de la forma más rápida posible porque no se descarta que el gobierno, observando que no se ha escogido candidato, proponga elecciones muy adelantadas como lo hicieron en 2018.
Las acciones urgente a hacer son: escoger el candidato unitario lo más pronto posible (en 2022 o a más tardar a inicios de 2023), definir si será una vuelta o dos dependiendo de los recursos disponibles y tiempos involucrados, y establecer un sistema de sustitución de candidatos ágil y ampliamente aceptado para poder responder las posibles acciones del gobierno.
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