Cualidad y cantidad

Opinión | julio 5, 2022 | 6:26 am.

Uno de los aspectos interesantes de nuestra realidad es el no interrelacionar la cualidad y la cantidad de los asuntos y llegar, entonces, a conclusiones y decisiones erradas.

Si compramos un cartón de huevos y uno sale malo (la cualidad) podríamos decidir no comprar más de esa marca ni en esa tienda. Por su parte, podría ser que esa marca tiene un índice increíblemente bueno y de cada dos millones de huevos en esa granja solo sale uno malo y además tiene el récord del de mayor calidad entre todos los productores de huevos del país, así que posiblemente, al no considerar la cantidad, la decisión no habría sido la correcta.

Hace un tiempo se puso de moda hablar de los productos agrícolas genéticamente modificados. Se mostraban fotos de enormes mazorcas de maíz, tomates gigantes y cuanta cosa vegetal hubiera (la cualidad), hasta se hablaba de terminar con el hambre en el mundo en corto tiempo. Pero lo cierto es que, por la razón que fuese, la cantidad de esos increíbles productos nunca ha aparecido. Si hubiésemos tomado decisiones en base a la cualidad habríamos fracasado.

Muchos conectan el uso de las energías renovables con la desaparición de los hidrocarburos (la cualidad), pero lo cierto es que cuando vemos las proyecciones (la cantidad), a pesar del uso de las nuevas fuentes de energía la demanda de petróleo y gas seguirá subiendo por muchas décadas. Hasta el duro carbón seguirá en escena con un importante porcentaje de la torta energética mundial. El porqué de esto tiene relación con el tremendo aumento de la población y también con la mejora en la calidad de vida.

Para los fanáticos de los deportes este problema no parece existir pues el equipo (la cualidad) siempre es querido y defendido a pesar de que no ganen ni un solo partido (la cantidad). También las madres quieren a sus hijos (la cualidad) aunque hagan centenares de travesuras (la cantidad).

Pronto los partidos de oposición van a ir a un escenario de confrontación entre la cualidad y la cantidad durante el proceso de realización de elecciones primarias para elegir un candidato único para la presidencia de Venezuela.

Habrá varios candidatos que tratarán de mostrar sus mejores virtudes para que la votación les sea favorable (la cualidad) pero solo uno de ellos será elegido por el mayor número de votos (la cantidad). Por supuesto los perdedores no quedarán muy contentos como en todas las primarias, pero rápidamente tendrán que cerrar filas alrededor del ganador, sonreír, y prepararse para la confrontación electoral más importante, repito, la más importante de toda nuestra historia patria.

Otro aspecto significativo es el de las reservas de algunos líderes para participar en donde estén otros líderes a los que consideran han actuado inmoralmente (la cualidad), pero lo cierto es que para ganar las elecciones debemos ser muchísimos (la cantidad) así que hay que olvidarse de pendejadas y participar en las primarias y apoyar de frente al que resulte ganador.

Bolívar no le dijo a Páez: mira sácame esos lanceros criminales de tus filas porque ellos estuvieron con Boves destripando gente. En una guerra hay que sumar y juntarse con cuanto bicho de uña quiera hacerlo pues el objetivo realmente moral es salir del régimen y no el de proteger nuestras opiniones personales, aunque sean bien justificadas.

La creencia de que podemos ganar ampliamente las elecciones existe pues un 80% quiere un cambio (la cualidad), pero solo con la cantidad es que se gana, de manera que la abstención puede (la cantidad) echarnos una gran vaina y eso no lo podemos permitir.

Después de salir de Maduro vendrán otros enfrentamientos entre la cualidad y la cantidad. El primero será el deseo de que todo mejore pronto (la cualidad) que deberá enfrentarse la realidad de que la cantidad de recursos es muy baja y habrá que esperar mucho en el difícil proceso de recuperación.

Pero aquí estamos. Tenemos una real oportunidad de salir de estos delincuentes mediante un método civilizado y debemos hacerlo. Hay que volver al entusiasmo, a la gritería y a la confianza en nosotros mismos.

La hora de la patria llega. Vuelvan caras.

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