Colombia nos sigue ganando en deportes
En todas las instalaciones deportivas del país, atletas, entrenadores y dirigentes se hacían las mismas preguntas: ¿Cómo pasó esto?, ¿Vamos a seguir siendo segundones?, ¿Cómo explicar que Colombia casi nos triplica en medallas de oro (171 a 61)? ¿Quiénes son los responsables de este fracaso? ¿No y que éramos Potencia Deportiva?, ¿Generación de Oro?, ¿Venezuela se arregló?… y lo más grave es que, ninguna autoridad daba respuesta sobre la actuación del país en los recién finalizados XIX juegos Deportivos Bolivarianos de Valledupar.
– Un entrenador que caminaba de un lado a otro expresó: No puede ser, no puede ser. No logro entender cómo después de más de cuatro décadas, 48 años para ser más exactos (1961-2009), siendo campeones de estos juegos, ahora Colombia nos tiene jodidos desde al año 2013.
– Otro entrenador intervino para agregar que, en esos 48 años Colombia era el segundón detrás de nosotros y ahora el papel se invirtió. De la IV edición a la XVI ocupamos el primer lugar y en los últimos nueve años nada que ver. En Valledupar, fuimos superados en medallas al obtener solamente 61 de Oro, 69 de Plata y 78 de Bronce y nuestro principal rival obtuvo 171 Oro, 104 Plata y 79 Bronce quedando así una diferencia en el total de, 146 medallas a favor de los colombianos. En las estadísticas de los deportes, el resultado es más dramático: De 45 eventos solamente pudimos conquistar el primer lugar en 3 deportes (Esgrima, Judo y Lucha) lo que vendría a representar un infimo 3% de rendimiento contra un 93% en contra.
– Tratando de contribuir en la búsqueda de explicaciones a lo ocurrido, un atleta intervino para decir que considera la suspensión de los Juegos Nacionales como una de las causas fundamentales de esta nueva derrota. Puesto que, los juegos eran y siguen siendo el evento principal para la incorporación de nuevos valores atléticos en la conformación de nuestras selecciones nacionales para la participación en los Ciclos Olímpicos.
– Un dirigente interrumpió para darle la razón al joven atleta. Si prestan atención, la suspensión de los juegos por nueve años coincide plenamente con el desplazamiento de nuestro país del primer lugar en los Juegos Bolivarianos. Los Nacionales fueron suspendidos en el 2013 y ese año perdimos la supremacía en los bolivarianos. Volvimos a perder en el 2017 y para esa fecha los juegos nacionales seguían suspendidos y este año Colombia nos volvió a joder y los juegos siguen suspendidos. Algunos dirán que este año se realizaron los nacionales, lo cual es cierto, pero hay que decir que lo realizado fue una “parodia” o un engaño populista para tratar de tapar la incapacidad e incompetencia de las autoridades deportivas del régimen: Ninguna de las Direcciones de Deporte del país contaban con recursos presupuestarios para la preparación y participación de los atletas representativos de sus estados en la parodia gubernamental. Sumado a esto la multiplicación de las sedes (7 subsedes) lo cual ocasionó insuperables gastos para las delegaciones, los equipos que lograron clasificar en los eventos zonales, posteriormente fueron informados que estaban eliminados y en los deportes individuales les comunicaban que por órdenes del IND debían reducir sus delegaciones.
– Otro dirigente deportivo intervino para agregar que se identificaba con lo expuesto como una de las causales de la derrota en los bolivarianos, pero que se veía en la obligación de agregar la corrupción en los manejos de los dineros públicos asignados al deporte. Todas las Federaciones Deportivas nunca recibieron los presupuestos necesarios para el desarrollo de sus Programas Operativos Anuales (POA), El destino de los recursos del Fondo Nacional del Deporte hasta este momento es desconocido, nadie entrega cuentas del manejo de esa cifra millonaria de bolívares. Las Selecciones Nacionales no tienen el apoyo necesario para sus concentraciones o intercambios y en materia de pasaportes o reserva de vuelos la incompetencia de las autoridades deportivas es manifiesta: Atletas y delegaciones se han quedado varadas porque estos detalles no fueron resueltos. Internacionalmente por las reiteradas ausencias en eventos nos llaman “El país Forfait”. Quedan para la historia como ejemplo de ineptitud gerencial, los casos de la Copa Mundial de Esgrima en Canadá, la inasistencia del Voleibol masculino y femenino a sus compromisos en la Liga Mundial, el Softbol en el XV mundial celebrado en Canadá y el Boxeo que no pudo asistir al clasificatorio para los Juegos Centroamericanos celebrado en México.
Para terminar, solo quiero agregarles que los atletas que conforman nuestros equipos representativos carecen de un Programa de Asistencia Integral que les garantice el pago oportuno de sus becas, asistencia médica, estudios, transporte y alimentación.
-No olvidemos, expresó uno de los entrenadores, a “la diáspora” de atletas y entrenadores que han emigrado para otros países ante la crisis que hoy vive el país y que han conseguido poder trabajar y competir en otras latitudes. Igualmente, con mucha indignación y dolor quiero señalarles que la seguridad social de los trabajadores del sector deportivo obreros, empleados y entrenadores activos y jubilados ha empeorado progresivamente, los contratos colectivos están congelados desde el año 2000, salarios de hambre, no se les reconoce la homologación de las pensiones y jubilaciones, se mantiene cerrada la Escuela de Entrenadores, los seguros HCM que por sus pírricas coberturas, prácticamente los mantienen en condiciones de «condenados a muerte», los manuales clasificadores de cargos no son aplicados y los pasivos laborales duermen el sueño del burócrata, en la larga espera de su cancelación. Salarialmente son discriminados frente a los chulos entrenadores cubanos.
Ahora entendemos, expresaron todos, por qué el Ministro del Deporte, en la rueda de prensa antes de los Juegos Bolivarianos, mandó a sacar al periodista Irving Guanipa cuando este preguntó sobre aspectos informativos de los juegos. Igual ocurrió con Julio Barazarte quien preguntó sobre los pronósticos de medallas y la respuesta del ministro, al estilo dictatorial de Juan Vicente Gómez, fue “Chito”, sáquenlo del salón.
A lo largo y ancho del país quedó claro, entre todos los participantes del sector deportivo, que las causales que hacen posible que Colombia nos siga jodiendo en los juegos bolivarianos son, en primer, lugar la corrupción, la incapacidad e incompetencia de las autoridades deportivas del régimen que pretenden tapar sus errores, falta de programas y su desconocimiento de la materia deportiva solo con consignas demagógicas o populistas tales como Generación de Oro, Somos Potencia Deportiva o Venezuela se arregló.
Este régimen es un caso típico de “cacocracia gubernamental”. Es el caso de los ineptos en el poder. Las cacocracias (los gobiernos de los malos) proliferan en sistemas políticos degradados y caóticos que repelen a los talentosos y les abren paso a los peores ciudadanos, a los menos preparados o a los enchufados.
Superar esta tormenta perfecta de problemas que afectan al deporte requiere un cambio de gobierno, planes y programas para restituir integralmente los Juegos Nacionales, un programa de Asistencia Social para los atletas y entrenadores, acabar el flagelo de la corrupción, fortalecer la autonomía del sector deportivo federado, recuperar nuestras instalaciones deportivas, una ley de deporte que limite la dualidad de cargos en las organizaciones, que elimine la reelección indefinida, que prohíba la elección de funcionarios públicos de libre nombramiento y remoción en la dirigencia deportiva, un acuerdo con el sector universitario para la formación de entrenadores, el manejo transparente del Fondo Nacional del Deporte, la descentralización del programa Deporte para Todos y un presupuesto acorde con las necesidades del sector deportivo.