50 años de Serenata Guayanesa
En el ADN de los venezolanos de las últimas tres décadas del siglo XX y de estas dos primeras décadas del nuevo milenio, hay, al menos, una canción de Serenata Guayanesa.
Tengo varias que me encantan y me llevan a momentos muy felices de mi vida, sobre todo cuando mis hijas eran pequeñas y veníamos de Maracay, donde vivíamos, a Caracas, cantando a todo leco en el carro, o simplemente, cantábamos en la casa con el disco a lo que daba el volumen del aparato de sonido, que no era poca cosa. Mi favorita es “El Papagayo”: “Quiero hacer un papagayo, volador, multicolor…” Aunque, ¿cómo no nombrar “La pulga y el piojo”, “Alumbra, cocuyito”, “Calipso de El Callao”, “El niño criollo”, “Corre, caballito” y tantas otras que me emocionan, me conmueven, me encantan?…
Cincuenta años se dice muy rápido, pero es un largo camino para cualquier artista. En este caso, los fundadores fueron el cuatrista y tenor Hernán Gamboa, los hermanos Pérez Rossi, Iván y César, ambos barítonos, cuatrista el primero y percusionista el segundo, y Mauricio Castro, tenor y cuatrista. El grupo surge casi por casualidad: fueron invitados a cantar en la residencia del entonces gobernador de Bolívar, Manuel Garrido Mendoza, quien los aupó a que grabaran un disco de música guayanesa. Un visionario. Desde entonces, el grupo, que no tenía nombre, pero que adoptó el de su primer LP, Serenata Guayanesa, se convirtió en uno de los referentes de la música venezolana de primerísima calidad.
Cuando Hernán Gamboa -quien falleció en 2016- decidió seguir su carrera como solista, el grupo incorporó al médico Miguel Ángel Bosch y más recientemente, a Sabin Aranaga. Son muchos los solistas y grupos que han cantado con Serenata Guayanesa en el transcurso de estos años y lo volverán a hacer este próximo fin de semana, en el Teatro Teresa Carreño, el 16 de julio a las 4 pm y el 17, a las 11 am, en el marco del Día del Niño. Los invito a que asistan y lleven a los más jóvenes de la casa, para que se enamoren de las canciones que marcan nuestra identidad, nuestro legado y nuestra tradición.
El grupo no estuvo exento de críticas cuando Iván Pérez Rossi se declaró chavista… Entonces, literalmente, pagaron justos por pecadores, aunque el inmenso talento de Pérez Rossi debería haber estado por encima de esas diatribas, que tanto daño nos han hecho como sociedad.
Espero que nos unamos todos a celebrar estas primeras cinco décadas de Serenata Guayanesa, que más que guayanesa, se convirtió en una serenata venezolana. Se lo merecen ellos, nos lo merecemos nosotros.
@cjaimesb