Venamcham: Venezuela está retornando al mundo de la importación y exportación
El gerente general de la Cámara de Comercio Venezolano-Americana (Venamcham), Luis Vicente García, aseguró en entrevista con AFP, que Venezuela está resurgiendo en el mundo de la importación.
«Venezuela estuvo desaparecida del mundo de la importación y el mundo de la exportación por un tiempo, pero está retornando», dijo García, haciendo hincapié en que, efectivamente, hay un punto de inflexión y que la importación de alimentos y productos agrícolas de Estados Unidos va en ascenso.
Las importaciones totales de alimentos e insumos agrícolas en Venezuela subieron a 2.400 millones de dólares en 2021, 31.2 % más que en 2020, además, logró frenar la recesión del PIB que venía con una caída en siete años consecutivos de 80 %, reseña el reportaje realizado por la agencia de noticias.
De acuerdo con un informe publicado en abril por el Departamento de Agricultura estadounidense, consultado por AFP, las compras en EEUU llegaron a 634 millones de dólares, solo detrás de los 934 millones de las compras a Brasil, aunque lejos de los 1.400 millones anuales que se registraban entre 2014 y 2020.
El informe precisa que productos como cerales, pastas, vegetales o frutas procesadas, así como licores y alimentos para criar animales, son los de mayor interés para importar.
«Las oportunidades para que los exportadores estadounidenses de alimentos y productos agrícolas entren y se expandan en el mercado son cada vez mayores», expresa el documento.
Las importaciones venezolanas, además, se han visto favorecidas por exenciones de aranceles a alimentos desde 2018.
El gobierno de Nicolás Maduro, en el pico de la crisis, culpaba a las sanciones de la escasez de productos básicos que provocaba kilométricas filas en supermercados, denunciando un bloqueo.
Petróleo al margen
Estados Unidos no reconoció la reelección de Maduro en 2018 y un año después lanzó una batería de sanciones contra el gobierno socialista para provocar su caída, incluido un embargo petrolero.
Antes, entre 2017 y 2018, las sanciones fueron individuales, con congelación de cuentas bancarias y prohibición a ciudadanos y empresas estadounidenses de hacer negocios con decenas de funcionarios estatales.
El intercambio comercial entre Venezuela y Estados Unidos bordeó 38.000 millones de dólares en 2008, según Venamcham, en tiempos en que el país norteamericano era el mejor cliente del crudo venezolano.
Venamcham reporta que el intercambio sigue aumentando: trepó 27,72% en el primer trimestre de 2022 frente al mismo periodo del año anterior.
La flexibilización de un férreo control de cambio ha sido decisiva, así como el impulso al consumo que traen las remesas, que según estimaciones privadas oscilan entre 2.500 y 3.000 millones de dólares anuales, provenientes de millones de migrantes que huyeron de la crisis.
El gobierno, que prácticamente monopolizaba las importaciones alimenticias, abrió las puertas a privados por sus problemas de flujo de caja.
«Quizás hace dos o tres años (el gobierno) le dice a la empresa privada: ahora tú eres el que vas a importar», subraya García.
Y hay movimientos políticos: el 17 de mayo, la administración de Joe Biden anunció la flexibilización de ciertas sanciones para promover negociaciones entre Maduro y la oposición, suspendidas desde octubre pasado.
Las importaciones son vitales para Venezuela. La producción nacional cubre 50% del consumo de maíz blanco -base de la alimentación de los venezolanos- y 45% del de arroz, según la gremial de productores Fedeagro.
«Cuando vinieron las sanciones (…), hubo una reacción: yo no voy a participar en ese mercado», recuerda García.
Y pese a que alimentos y medicinas han estado exceptuados de las sanciones, el miedo a represalias fue un obstáculo.