Rosinés Chávez, el costo de vivir 8 años y estudiar en un instituto privado en París

A pesar de las fotos que se viralizaron de la hija menor de Hugo Chávez Rodríguez, feliz frente a la prestigiosa y exigente universidad pública de La Sorbona, lo cierto del caso es que Rosinés Chávez se graduó en el ILERI, un instituto privado de Relaciones Internacionales y  Ciencias Políticas donde la licenciatura se alcanza en tres años y su costo es de  unos 8.000 dólares anuales.

Para el joven venezolano promedio no es barato vivir ni estudiar en París, una de las ciudades más caras del mundo. Pero allí se mudó la hija del revolucionario Hugo Chávez porque, según explicó su mamá y ex primera dama Marisabel Rodríguez cuando se reveló la información,   “antes de que pregunten, mi hija sí viajó en su derecho a estudiar, ya que por ahora acá (en Venezuela) muchos opositores, como ustedes, la acosan”, dijo.

Eso fue en 2016,  y empezó a correr el rumor de que la hija de Chávez iría a estudiar en La Sorbona, una de las universidades públicas más exigentes y prestigiosas del mundo.  Pero ahora, ocho años después, Marisabel reveló el reciente logro de su hija al graduarse de Internacionalista, foto donde se las ve acompañadas por el embajador  ante la ONU, Jorge Valero, y se observa al fondo del salón las siglas del Instituto ILERI el cual le otorgó la licenciatura luego de tres años de estudios.

“Instantes imperecederos con la gratísima compañía de nuestro excelentísimo embajador de Venezuela, ante la Unesco, Jorge Valero, en el acto de grado de mi hija Rosinés Chávez internacionalista #MiMuchachaSeGraduo», fue el mensaje de Rodríguez en Twitter.

Según explica IERI (https://www.ileri.fr/) en su portal, el costo anual ronda los 8 mil dólares, más unos 800 dólares por la inscripción. Pero si la joven quisiera ampliar sus estudios, ILERI le ofrece otros dos años más por 9.500 dólares cada uno.

Cabe imaginar que en estos ocho años fuera del país, Rosines primero debió estudiar francés para poder ser admitida en cualquier universidad o instituto educativo, un gasto que se debe agregar a su vida en París, donde los costos promedios de estudiar francés varían entre 1.000 dólares por un curso de verano o 1.900 dólares semestrales si se inscribe en clases intensivas.

A todo lo cual habría que sumar el  costo de vida anual (alquiler, servicios públicos, transporte, comestibles), para los cuales – si se vive como un estudiante común y corriente-, se deben calcular 1.500 dólares al mes de alquiler y otro tanto en el resto.  Pero aquí no se  cotizan las salidas a comer, a museos o conciertos, lo que aumentan  los gastos: 25 dólares por entrar a una discoteca (sin el consumo) , 10 por visitar un museo, 40 dólares por una cena en un restaurante mediano y 12 por subir a la Torre Eiffel.

Pero si el asunto es ir a un concierto de un artista famoso o irse de shopping para lucir una cartera Chanel y un reloj Cartier, los gastos se disparan más allá de lo que pudiera costar la dotación de cualquier hospital caraqueño.

Tras la publicación de la ex primera dama, las críticas no se hicieron esperar, ya que decenas de usuarios fustigaron que la joven viva en París y haya tenido la posibilidad de culminar sus estudios, mientras más de 6 millones de venezolanos han salido del país pero “pelando bola” y cuando la educación venezolana está por el piso.

@AzarVzla escribió “estudios pagados gracias a la corrupción de su padre y toda su familia. ¿Por qué no habrá estudiado en la Universidad Bolivariana?”.

Por su parte, Dejanira Silveira calificó de “legado de miseria” lo que “dejó” Chávez: profesores arruinados y pobres no tienen ni como comprar comida. “Rosinés manda a decir desde París a todos los chavistas que sigan rodilla en tierra, llevando sol como teja para conseguir a bolsita de comida, que no desmayen”.

“Rosinés Chávez obtuvo título en una universidad de Francia, nada que ver con UBV, Unefa, ni universidades territoriales. Más de 6 millones de venezolanos también salieron del país, pero pelando bola”, fustigó @ysmaelsolorzano.

• Los montos fueron expresados en dólares y no en euros, para facilitar el entendimiento del lector.