Colombia la grande

Opinión | junio 14, 2022 | 6:20 am.

«No es justo que vecinos y hermanos conserven celos, que puedan prolongar las calamidades públicas» Simón Bolívar

La Gran Colombia fue un Estado multinacional ideado por Simón Bolívar en 1819 e integrado por los actuales territorios de Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador.

Después de las batallas del Pantano de Vargas y de Boyacá, en 1819, se constituye formalmente en el Congreso de Angostura la República de Colombia “La Gran Colombia”, que para entonces la integraban los departamentos de Venezuela, Quito y Cundinamarca (la antigua Nueva Granada), y eran gobernados por Bolívar como presidente, tras su designación por el Congreso de Cúcuta, y con Antonio Nariño como vicepresidente. Cada departamento era gobernado por un vicepresidente, para de esta manera crear una nación unitaria.

Su existencia fue ratificada por el Congreso de Cúcuta, que en 1821 consagró la unión de Venezuela y Nueva Granada en una sola nación. Luego se adhirieron Panamá (1821), Quito y Guayaquil (1822).

En el contexto de la restauración monárquica consagrada por el Congreso de Viena y la Santa Alianza, la independencia de la Gran Colombia solo fue reconocida por los Estados Unidos, Haití, Chile, Argentina, Bolivia, Perú y Gran Bretaña.

La Gran Colombia se disolvió a principios de la década de 1830 debido a las diferencias entre el centralismo de Bolívar y los partidarios del federalismo. Estos últimos defendieron las autonomías regionales y optaron por el secesionismo.

Hechos que posteriormente sacudieron a la naciente república, cuyos conflictos dieron lugar al nacimiento de tres Estados soberanos e independientes: Venezuela, Ecuador y Colombia, que hasta 1903 incluyó a Panamá.

Y el centralismo y federalismo de la época independentista pareciera mantenerse en Colombia, ahora con distinto nombre: izquierda y derecha, La primera marcada por la violencia de la guerrilla por una parte, y la segunda por una corrupta clase política, lo cual mantiene al pueblo colombiano en una diatriba de votar o no votar, incrementando en consecuencia un elevado abstencionismo, cuyo resultado final es impredecible.

«Colombia la grande», como la denominó el Libertador, hoy está a las puertas de la elección de un nuevo gobernante y navega en aguas turbulentas con riesgo de desbordarse peligrosamente y romper el dique de la más inmensa represa de la democracia, con un candidato de la izquierda, Gustavo Petro, exguerrillero y fanático comunista, admirador de Hugo Chávez.

El otro candidato  Rodolfo Hernández, un «outsider» que emergió inesperadamente en la primera vuelta de las elecciones, es un acaudalado empresario de derecha, ajeno al populismo, cuya temeraria participación en la recta final será convencer al 40% de los colombianos que se abstuvieron de votar, en el marco de sinuosas y temerarias acciones, que le obligaron a tomar la decisión de no presentarse en los últimos días, tras afirmar que tiene la certeza de que su vida corre peligro.

Observadores políticos de la hermana nación, presagian como una muy disputada segunda ronda las elecciones el 19 de junio, que enfrentarán  a Petro y  Hernández, cuyos proyectos ilusionaron a la mayoría de los votantes, en la primera vuelta.

No tienen mucho en común, excepto que son la manifestación tangible de un voto «antisistema», de rechazo a muchos baluartes tradicionales de la política colombiana.

Para muchos colombianos «el país necesita cambios, más no lo que ofrece Petro, pero sí autoridad, orden y la prosperidad que ofrece el ingeniero y empresario Hernández».

Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)

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