Censura en Rusia y la invasión a Ucrania
La cobertura informativa de conflictos armados siempre constituirá una actividad peligrosa. De las estadísticas parece deducirse que, cuanto más amplio es el acceso de los periodistas a una zona de guerra, mayor es su número de fallecidos. Las empresas y los sindicatos de los medios de comunicación pueden atenuar los riesgos existentes mediante la formación y la preparación; sin embargo, al final, los periodistas, tanto como la verdad, seguirán siendo víctimas de la guerra.
La invasión de Rusia a Ucrania es el principal tema en toda la prensa escrita en el ámbito mundial, tanto en el segmento impreso, como online. Sin embargo, a través de las distintas cabeceras se pueden encontrar enfoques diferentes a la última hora con respecto al conflicto iniciado en torno al Donbás, y que ha ocasionado cientos de fallecidos, un éxodo masivo y el paso de miles de ucranianos a la frontera con Polonia. Putin, con veinte años como presidente, no ve con buenos ojos la información que reseña la prensa internacional independiente. El presidente de Rusia, rubricó la ley que castiga con graves multas y penas de prisión la difusión de “información falsa” sobre las FFAA y los llamamientos a adoptar sanciones contra el país, informó el Kremlin. Solo la prensa oficial puede decir lo que es “verdad”.
La periodista rusa Marina Ovsyannikova decidió aparecer en medio del informativo nocturno del Canal Uno de la televisión rusa con un cartel en el que había escrito: “No a la guerra. Os están mintiendo, no os creáis la propaganda”. Ahora se enfrenta a una pena de hasta quince años de prisión, en virtud de la nueva ley contra las críticas a las acciones de las fuerzas armadas, que ha aprobado la Duma por indicación de Putin.
El informativo en el que se coló es uno de los programas más vistos e influyentes de la televisión rusa. Pero no informa de la guerra en Ucrania, porque Putin ha prohibido utilizar este vocablo y dice: “lo único que hay en el país vecino es una operación militar especial para liberar a Ucrania de drogadictos y neonazis que practican un genocidio. El autócrata del Kremlin ha encarcelado a más de 150 periodistas, ha conseguido que los medios internacionales abandonen el país y ha bloqueado Twitter y Facebook.
Aun así, el vídeo de la intervención de la periodista con la pancarta ha sido ampliamente difundido por canales como Telegram. Protestas como la de Ovsyannikova demuestran lo cierto en que estaba Nelson Mandela cuando proclamó que “la persona valiente no es la que no siente miedo, sino aquella que es capaz de sobreponerse a su miedo”.
Carlota Guindal y Joaquín Vera, en un trabajo para la prensa española, destacan la desinformación sembrada por el invasor a lo largo de veinte años en el poder. Dicen: “Vídeos de chicas despampanantes en TikTok, fotografías de instagramers con millones de seguidores o mensajes en cadena en WhatsApp o Telegram. Cualquier red social de masas les sirve para denunciar “injusticias” de lo más variopintas: supuestas granjas de bebés en Ucrania, Volodímir Zelenski con la bandera nazi o militares ucranianos con símbolos esotéricos vinculados a la Alemania de Adolf Hitler”.
Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Meta, un conglomerado estadounidense de tecnología y redes sociales, habló sobre el bloqueo que ha sufrido Facebook en Rusia y tildó de “dictador” a Vladímir Putin. «Las redes sociales son malas para los dictadores, por eso Putin nos derribó», dijo Sandberg. Esta es la primera vez desde que Rusia invadió Ucrania que un ejecutivo de Meta critica específicamente a Vladímir Putin por su nombre, y la primera vez que Sandberg o cualquier otro ejecutivo de alto rango llama a Rusia una «dictadura». «La parte más aterradora de todo esto es la falta de acceso… Cuando caemos en Rusia, la gente está perdiendo la capacidad de comprender realmente lo que está sucediendo. Creo que es una verdadera lástima que estemos caídos y que otros servicios estén caídos, porque ahora no sabemos qué tipo de información está disponible allí y está mucho, mucho, mucho más restringida”, dijo Sandberg.
En la lógica de la guerra, el anticipar por los medios más salvajes el terror del enemigo ahorra muchos esfuerzos. El apoyo de una prensa libre e indomable, como debe ser siempre en una democracia, ha sido esencial para establecer y denunciar la violación de principios y valores básicos y para preservar esa norma sin la cual no existe verdadera institucionalidad democrática.
Dicen algunos cronistas del mundo antiguo que César Augusto, censor número uno del Imperio, Romano, era sordo del oído izquierdo. “El dictador, cualquier dictador, llega realmente a quedar sordo de un oído, y el otro suele quedar reservado a los aduladores”, decía Cicerón.
Coordinador Nacional del movimiento Político GENTE