Ledezma cuenta en nuevo libro detalles de sus días de cárcel, las torturas y la fuga
El exalcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, presentó su nuevo libro titulado La Tumba, donde describe sus días en la cárcel de Ramo Verde y El Helicoide, donde estuvo más de mil días y donde conoció de cerca la realidad del sistema carcelario del país.
«Un preso tiene que prepararse para vivir con la soledad. En ese oscuro panorama coexistente con custodios, internos, religiosos, animales. Debes aprender la lírica carcelaria, a esperar pacientemente a la familia y estar prevenido a verla sometida a vejámenes», explicó Ledezma en la presentación del libro, en Madrid, donde asistió el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez Almeida.
Antonio Ledezma detalla en este libro el encierro en El Helicoide, también como emprendió su fuga del país el pasado 16 de noviembre de 2017 y quiénes participaron en esa evasión. Cómo traspasó las alcabalas y los inconvenientes que tuvo que sortear en ese recorrido de más de 1.000 km hasta llegar al Puente Simón Bolívar, y posteriormente su llegada a Colombia.
El exalcalde puntualiza cómo estando preso la cárcel de Ramo Verde, “veían cada domingo un callejón forrado de alambres y decorado con concertinas en su cúspide, tasajeando el viento, y concertinas en sus faldas a ras del suelo, como abriendo la barriga de la tierra. En medio de este ensayo de campo de concentración, una fila de seres visitantes con una mirada que se cuidaba por ocultar la tristeza que los hacía prisioneros de un pesimismo erizado en cada brazo que apenas movían para sostener las pesadas cargas donde venía la alegría pasajera de los que aguardaban a sus seres queridos con esos manjares que saben a gloria”.
El Helicoide era un centro comercial, conocido en todo el mundo, según lo explica Ledezma en su libro. Se trataba de una atracción turística que hasta el magnate Nelson Rockefeller quiso comprar, luego pasó a ser sede del Sebín, institución a la que describe como uno un centro de desprecio y carencia de derechos humanos.
Otra cárcel que describe Ledezma en su libro es la que dirige el Dgcim, donde «igualmente se le aplican a los detenidos tratos crueles e inhumanos», dice.
«Esas torturas las ejecutan los custodios preparados para cumplir esas tareas en las instalaciones de esa ergástula ubicados en una zona de Caracas conocida como Boleíta. Un nuevo sótano, el Cuarto de Los Locos, en la misma sede de la Dgcim, es un lugar con 16 celdas pequeñas, con puertas de láminas de hierro que permanecen cerradas, con una pequeña ventanilla por donde pasan los alimentos. Son celdas con espacio para dos personas y a veces estuvo con 3 y hasta 5 detenidos, donde tenía que evacuar, dormir y comer en el mismo lugar. Otro cuarto de tortura, llamado El Ataud, en donde meten a los presos con las manos esposadas hacia atrás, de medidas 60cm x 60cm x 12.75 de alto, donde permanecen de pie, durante 12 horas, con restricción de alimentos, agua, sueño y aseo personal. Varios militares, inclusive mujeres, han sido llevados a ese cuarto de tortura. En los sótanos de la Dgcim se construyeron otras celdas de torturas conocidas como el Tigrito, el Ascensor, la Nevera y La Casa de los Sueños».
También menciona lo que representa para los presos que son trasladados a Fuerte Tiuna, instalación militar en donde existen unas celdas insalubres de una casa vieja que llaman «La Venezuela de Antier», donde permanecen aislados, sin atención médica, sin actividades recreativas ni deportivas y solo salen al sol media hora una vez por semana.