La ética, determinante de la libertad

Opinión | mayo 7, 2022 | 6:24 am.

No solo de Venezuela, también en cualquiera de los conflictos bélicos convencionales y no convencionales de curso actual en el globo terráqueo. Porque más allá del discurso interesado sobre el pragmatismo como base del ejercicio político la realidad demuestra cómo la ausencia de la ética en la política solo conduce a la barbarie.

En tal sentido la invasión de la Federación de Rusia contra Ucrania es reciente ejemplo de lo antedicho, entendiendo que su resolución pasa igualmente por alternativas conforme a la ética, la ética cristiana para ser precisos. Quienes contaban con la aquiescencia de la comunidad democrática internacional ante semejante violación del Derecho Internacional Público obviaron que la sobrevivencia misma de la democracia estaba en juego.

En el caso de Venezuela, resulta innegable que nuestro presente político está signado por la ausencia de la ética cristiana, no solo en el accionar del régimen de facto socialista algo que no extraña considerada como fuere la filosofía inherente a esa doctrina, siempre contraria a la humanidad; peor aún resulta esa ausencia desde el bando demócrata llamado precisamente a contrastar con la barbarie socialista. Observamos cómo esa dirigencia demócrata desde los inicios del régimen de facto socialista el 11 de abril de 2002, destacó por su incoherencia entre la palabra y los hechos, dando al traste con todos y cada uno de los fundados intentos de restablecer el orden constitucional incluyendo el más importante de ellos: El Referendo Revocatorio Presidencial del año 2004.

A lo largo de todos estos años la sociedad venezolana, hoy secuestrada por el régimen de facto socialista, ha sido testigo y protagonista de esa falta de ética cristiana, convalidando la generalidad de absurdos entre los que destacan llamados exitosos a una abstención electoral, fundados siempre en la inexistencia de un Poder Electoral legítimo, para luego dar paso a convocatorias de participación comicial bajo la dirección de la misma autoridad otrora repudiada.

Si lo anterior no bastara para ejemplificar la inviabilidad de un accionar político siempre de espaldas a la ética más elemental, señalemos entonces la más reciente incongruencia de la dirigencia opositora venezolana, que apoyada por minorías pretende hoy la cohabitación nacional con el régimen de facto socialista, a pesar de ser ella misma protagonista de la campaña que llevó a la comunidad democrática internacional a calificar al socialismo criollo como Estado Forajido. Oración y trabajo.

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