LVL: 13% puede pagar un concierto como el de Camila y Sin Bandera porque gana en dólares
Reporte de Anaisa Rodríguez y Elías Rivas.- En medio de la Venezuela que apenas muestra signos débiles de recuperación, con un sector económico sumamente golpeado por la inflación y que hace maromas para costear los productos de la canasta básica, existe un porcentaje de la población que sí tiene acceso regular a divisas, que tiene ahorros, negocios y que se puede permitir gustos como asistir a conciertos y fiestas.
Así lo explica en entrevista con ND, el director de Datanálisis, Luis Vicente León, quien no muestra señales de asombro al saber que, por ejemplo, las entradas para un concierto de Camila y Sin Bandera, cuyo valor está entre 60 dólares y 5.000 dólares (para una mesa de 10 personas) se agotaran en menos de 48 horas.
Luis Vicente León destaca que es importante entender que en un país no todas las personas son iguales, ni tienen los mismos ingresos. Es allí –a su juicio- donde se evidencian este tipo de casos particulares. «Son las divisiones clásicas de la sociedad, y además, los venezolanos también se dividen por acceso o no acceso a divisas», comentó a ND vía telefónica.
«Si bien es cierto que Venezuela ha tenido un proceso de crisis terriblemente compleja, quizás la peor crisis que recuerda América Latina en su historia; también es verdad que una parte de la población muy grande de Venezuela, y que llegó a representar hasta 26% de la población total en el pasado, pertenecía a estratos altos: A, B y C. Esa población con altísimos ingresos construyó ahorros durante muchísimo tiempo en el exterior, porque no ahorraban en Venezuela y siempre tuvo recursos producto de esta inversión».
León subrayó que debido a la crisis -económica y migratoria- ya no es 26 %, pero sí al menos 13 % de la población.
«Esto significa que millón y medio de personas tienen recursos aquí, tienen recursos en el exterior, ingresos elevados, tienen negocios y además, han revivido su actividad en Venezuela en moneda extranjera porque a partir del año 2020, el país se dolarizó desde el punto de vista operativo y no solamente están dolarizados los costos, sino también los ingresos vinculados a esos costos. Así, la población comenzó a tener una rotación de dinero que también tiene efecto cascada, y un trabajador del sector privado también recibe dólares como bonificaciones», resaltó.
«Si bien es cierto que solo el copito de la población puede pagar una entrada costosísima para un VIP de 5.000 dólares, en cambio, una entrada que cuesta 50 a 120 dólares es mucho más accesible para la mayoría».
Además, León precisó que la persona que compra este tipo de entradas siente que puede o debe hacerlo y ahorra para su diversión y disfrute. «La gente quiere ir a estos conciertos porque pasó muchísimo tiempo encerrada por la pandemia. Esto le da la posibilidad de expandirse. Es una clase media que hace esfuerzos para estar allí porque se quiere sentir incluido. Es como la población que compraba zapatos deportivos de goma hasta en 400 dólares porque quería ser incluido. Era un símbolo y es un poco lo que estamos viendo hoy», concluyó.
¿Por qué tan costosas?
Ante el despertar de la industria productora de eventos en Venezuela, luego de más de dos años paralizada tanto por la pandemia del Covid-19 como por la crisis económica, el venezolano se pregunta ¿Por qué las entradas para estos eventos son tan caras, incluso más que en cualquier otra parte del mundo?
El director general de Evenpro, Danny Goncalves, respondió a esa interrogante en entrevista con Shirley Varnagy.
“Los precios en Venezuela van a depender de la capacidad. El artista siempre va a tener un valor”, dijo Goncalves.
Se refirió a las productoras de Venezuela como las “mejores”, haciendo énfasis en que tienen equipos de alta calidad y de última generación, lo que ha generado que artistas de talla internacional como Justin Bieber o Beyonce, hayan visitado al país.
Recalcó que 95 % de todas las agencias del mundo que se dedican al entretenimiento se basan en giras y “a veces se complica Venezuela por el tema de conectividad aérea”.