«Es más grave ser gay que corrupto»: En las Fanb usan prueba de polígrafo para detectar militares homosexuales
Militares de la Fanb confesaron las terribles experiencias que sufrieron cuando sus superiores se enteraron de que son homosexuales y condenan que esto es «más grave» que ser corruptos o ladrones. Uno de ellos incluso fue obligado a enfrentarse a la prueba del polígrafo tras ser detenido varios días.
Un reporte especial de AFP recoge los testimonios de un capitán y un teniente de la Fanb: el primero pidió la baja tras años de presiones y el segundo fue expulsado, pese a tener expedientes limpios. Fueron perseguidos, acorralados, discriminados y humillados.
«Actos contra natura» pueden acarrear tres años de cárcel y una salida deshonrosa, según el Código Orgánico de Justicia Militar vigente, lo que obliga a militares homosexuales a ocultarse. Tras varias reformas, la más reciente en septiembre de 2021, el código mantiene inamovible este artículo, pese a pedidos de derogación hechos por activistas ante el Parlamento, de mayoría oficialista. «Es más grave ser gay que ser corrupto», lamenta José, como pidió ser llamado este capitán de la Guardia Nacional, de 36 años. «Hay militares corruptos, ladrones, narcotraficantes, con procedimientos, que los sancionan y siguen trabajando luego como si nada», dice José, quien guarda en su celular una fotografía donde se observa una zona pelada en su cabeza. «Era tal la presión que se me caía el cabello».
Polígrafo y juicio
En 2017, José fue investigado por sus superiores porque no era casado, ni tenía hijos -requisitos para ascenderlos-. José mantenía una relación secreta con un hombre. Contó que lo detuvieron 4 días, los peores de su vida, relató entre lágrimas.
«¿Tú tienes novia?», recuerda le preguntaron una y otra vez, con saña. «El último día de la investigación me hicieron la prueba del polígrafo, me encerraron en un cuarto, me conectaron a unas máquinas, prácticamente sin ropa, conectado con chupones en los dedos, en las manos. Me preguntaron lo más íntimo. ¿Cómo vamos a tener aquí a un marico?», dice que le repetían para obligarlo a firmar un documento en el que aceptaba ser gay. «Como no tuvieron una prueba firme (…), se dedicaron a humillarme».
La historia de Rafael es similar. Un encuentro casual en su apartamento le costó su carrera. Su acompañante, otro militar, intentó matarlo después de intimar tras una noche de tragos. «Me dijeron que pidiera la baja para evitar la humillación, me dijeron que se estaba investigando que yo era gay y no puede haber gais en la Fuerza Armada».
«Tú verás si la haces por la vía fácil o la difícil», relata que le dijeron, recordando vejaciones que incluyeron una prueba forense anorrectal sin su consentimiento.
Fue citado por la Fiscalía militar para informarle que era investigado «por homosexual». «Si no acepta la baja lo vamos a tener que procesar y va a ir preso de dos a tres años. Tiene dos opciones: pedir la baja o lo imputamos», cuenta que le indicaron en el tribunal militar. Rafael aceptó ir a juicio.
Pero fue expulsado mediante un proceso disciplinario y el juicio no prosperó al estar ya fuera de la Fanb.