El libro de Maxim Ross y el futuro de Venezuela
01Me impresionó positivamente la charla del economista Maxim Ross sobre su libro: “El fin de la Petrolia y una nueva Venezuela”. Tocó tópicos fundamentales que los venezolanos tenemos que resolver para abordar con éxito el futuro.
En su charla, Ross puntualizó en temas relativos a las ideas, causas y los resultados que hemos obtenido como sociedad petrolera, y esbozó algunas propuestas para el futuro.
Creemos que éste es un tema fundamental, cuyos tópicos el autor integra de una manera sistémica. Porque la verdad es que estamos enfrentando un profundo fracaso como país, que no se va a resolver milagrosamente, sino luego de profundizar en las causas, de cambiar los paradigmas que haya que cambiar, y de proyectar un futuro que sirva de Visión para una nueva Venezuela.
A continuación, mostraremos, de manera libre y con algunas opiniones agregadas, los puntos esbozados por Maxim Ross, con la idea de promover en el país una importante discusión acerca de estos temas fundamentales.
1.- Rol de la Petrolia del Táchira
La Petrolia del Táchira fue algo más que un quijotesco intento, como algunos han querido vender. Fue una empresa petrolera integrada. A Pedro Rafael Rincones lo envió el doctor Manuel Antonio Pulido (médico, ingeniero y militar) a Pensilvania, a objeto de estudiar la dinámica de las nacientes empresas petroleras. Rincones estudió metódicamente el nuevo proceso, se trajo un taladro de madera, gerenció la empresa y hasta publicó el primer periódico empresarial. Agregamos que siempre hemos considerado que ese señor debería ser simbólicamente reconocido como el primer ingeniero de petróleo de Venezuela.
La Petrolia fue producto del capital nacional, menos de veinte años después del pozo del coronel Drake. Ross plantea que los gobiernos no estimularon esos capitales porque no les convenía una sociedad civil fuerte. Drama que hoy está vivo.
La primera Ley de Hidrocarburos (1920) fue cuestionada por las transnacionales porque daba prioridad a los dueños del suelo para las concesiones. De allí las dos nuevas leyes del 1921 y 1922. Y la vergonzosa frase de Gómez: “hagan ustedes las leyes porque son los que saben de petróleo”.
¿Cómo hubiera sido el desarrollo petrolero de Venezuela si esa primera empresa hubiera poseído reservas como las del Zulia? ¿O si a partir de allí se hubieran estimulado los capitales nacionales para que invirtieran en petróleo?
Ross agrega, con razón, que la fecha aniversaria del petróleo venezolano no debe ser Barrosos ni Zumaque, sino Petrolia del Táchira.
2.- Sembrar el petróleo
Ross plantea que la frase “Sembrar el petróleo” la acuña Uslar Pietri preocupado por el mal uso que se le daba a la renta petrolera. Y que expresaba nostalgia por la agricultura. Y asocia con la expresión de años después, de Pérez Alfonzo, referente a disminuir la producción. Dice que le parecía absurdo eso de cerrar campos.
En cuanto al mal uso de la renta, podemos agregar que las concesiones se repartieron entre amigos y familiares de Gómez, y que el dictador cuando murió era tal vez el hombre más rico de una Venezuela llena de paludismo y con un promedio de vida de 34 años.
Igual agregamos, para la necesaria discusión, que el Efecto Venezuela de Pérez Alfonzo resultó profético. Resultamos, la igual que el mendigo del ejemplo de JPPA, una sociedad intoxicada por disponer de más dinero del que podíamos manejar.
3.- El rentismo, ¿una media verdad?
Ross plantea que fuimos mucho más que una sociedad rentista. Que el negocio petrolero requirió de técnicos, gerencia, estrategia y políticas, para ser exitoso. Que el petróleo fue un negocio como cualquier otro, y que fue bien manejado. Que decir que fue solo rentismo trajo consecuencias sociales que afectaron nuestra siquis social y, agregamos, afectaron nuestra autoestima. Que generó políticas como “acabar con el rentismo” y buscar máximo ingreso al fisco. Que nuestra verdadera realidad fue: renta y trabajo.
4.- Enclave externo, ¿cosa extraña?
Ross asoma que el petróleo fue un enclave, y que los venezolanos tardamos mucho en integrarnos a esa realidad. Que siempre fue una “cosa extraña” en la mente de muchos venezolanos, lo que generó políticas nacionalistas en contra de las petroleras que en ocasiones tomaron visos de antimperialismo, anticapitalismo, marxismo y (malos entendidos, agregamos) de soberanía. Ilustró con la figura de Diego González: los venezolanos veíamos a las petroleras como una gasolinera.
5.- Estado rico, pueblo pobre
El flujo del dinero iba al Estado, que se fue convirtiendo en absolutamente poderoso, minimizando a la sociedad civil, que resultó en un apéndice. Esto fortaleció el presidencialismo. Hizo un Estado rico y un pueblo pobre. Y le dio demasiado poder a los presidentes. Su libro termina con una frase que reza que Juan Bimba nunca fue reivindicado.
6.- ¿Por qué no superamos la “trampa” del petróleo?
Ross plantea que no hubo culpables, ni mal intencionados, ni culpa de la corrupción. Pero que faltó visión a largo plazo, especialmente después del boom petrolero de los setenta. Que no se fortaleció una empresa privada, que nunca hubo capitalismo.
Qué el país sólo se puso de acuerdo en ocasión del Pacto de Punto Fijo, y que hoy no ve posibilidades de algo similar que permita superar este profundo conflicto político que padecemos. Que la salida de Pérez en 1993, por conflictos con políticos (nombró a Uslar y a Caldera), fue un hito para la destrucción de la democracia.
Nosotros agregamos, que nos afectó la llamada “enfermedad holandesa”, reforzada por el “efecto Venezuela” y para remate, a última hora con Chávez, el síndrome de Estocolmo.
7.- El viernes negro
Ese día se fundieron los efectos de las equivocaciones de las políticas de los años anteriores. Agregamos que en diez años pasamos del boom, a la deuda, la devaluación y la inflación. Ross explicó que los gobiernos esperaban los altos precios sin guardar nada, que con bajos precios devaluaban y provocaban inflación, y que la pobreza llegó a pingües niveles. Que los partidos dejaron de pensar en soluciones y se concentraron en pelear por el poder. Eso le facilitó el camino a Chávez.
8.- Socialismo “socialistón”
Todos los gobiernos de la democracia (menos CAP2) fueron socialistoides. Cuando CAP asomó su paquete ni los empresarios querían ser capitalistas. Estaban criados como contratistas del todopoderoso Estado. Agregamos la profética frase de Uslar Pietri: cuando bajen los precios del petróleo Venezuela será un caso de la Cruz Roja Internacional.
9.- Propuestas para una salida
Ross plantea que hay que hacer lo contrario de lo que se ha hecho. Más empresa privada, más libertades económicas, economía sostenible, menos Estado, y una meta muy seria de superar la pobreza como fórmula para acabar con tanto caudillo y mesías que hacen retroceder al país.
10.- La destrucción de Chávez
Ross dijo que Chávez utilizó un modelo equivocado. Que culpó al inexistente capitalismo de todos los males. Que nunca invirtió ni en el país ni en Pdvsa. Afirmó que la destrucción de Pdvsa se inició con Chávez.
Nosotros agregamos que trajo un proyecto de poder (modelo lobo feroz para comerte mejor), y por eso hemos llegado a este casi ex país, que urge recuperar.
En síntesis, el libro de Maxim Ross integra, creo que como nunca antes, planteamientos desde la óptica histórica, social y económica, que es indispensable estudiar, conversar, discutir y si es posible acordar, para trazar un esquema del país que debemos construir los venezolanos.
Un libro imprescindible que ojalá los líderes lo utilizaran como cabecera. Es justo y necesario.