Ecuador dice adiós a las mascarillas
Quito.- Las autoridades ecuatorianas anunciaron este jueves el fin del requisito de portar mascarillas en todo el país, más de dos años después de que se implantara esta normativa con el inicio de la pandemia de la covid-19.
«Tengo el gusto de anunciar que, desde hoy, en Ecuador dejará de ser obligatorio el uso de la mascarilla», dijo el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, en una comparecencia junto a integrantes del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional, entidad encargada de evaluar y gestionar la situación epidemiológica.
La decisión regirá a partir de este mismo jueves tanto para espacios abiertos como cerrados, por lo que el mandatario se quitó la mascarilla para escenificar el fin de esta obligación, que estaba vigente desde que el 6 de abril de 2020 las autoridades dispusieran su uso obligatorio en todo Ecuador.
Lasso justificó la decisión adoptada por las autoridades en la masiva cobertura de vacunación de la población ecuatoriana y las bajas tasas de hospitalizaciones por covid-19 en el país.
«Nuestro exitoso plan de vacunación ha permitido que ahora 5 de cada 100 pruebas de covid-19 sean positivas, es una clara muestra de que prácticamente hemos vencido al covid-19», refirió.
El jefe de Estado recordó que, gracias a un esfuerzo conjunto de distintas instituciones y de la sociedad en general, se ha podido cubrir «con dos dosis de vacunas al 87 % de la población mayor de 3 años».
«Estamos cerca de 5 millones y medio de compatriotas inmunizados con dosis de refuerzo y avanza de la cuarta dosis», sostuvo.
1.000 millones de dólares en vacunas
El jefe del Gobierno ecuatoriano aseguró que el programa de compra de las vacunas anticovid-19 ha costado 1.000 millones de dólares, a pesar del déficit del 7 % del presupuesto estatal cuando sumió el poder hace 11 meses.
En paralelo, Lasso agradeció a la cooperación internacional, en especial de países como China cuyas vacunas representaron el 52 % de las dosis administradas en el país, tanto vendidas «a precios muy convenientes y otras donadas».
También se refirió a Estados Unidos por la donación de vacunas «en los momentos más difíciles» y la ayuda ofrecida por España, Canadá, Argentina, Alemania, México y Chile.
El último parte del Ministerio de Salud Pública, con fecha de corte del 27 de abril, recoge 869.124 casos reportados de covid-19 desde el 29 de febrero de 2020, cuando se detectó el primer positivo por en el país, cifra que representa un aumento diario de 157 positivos.
Los fallecidos por la enfermedad se elevan a 35.588, entre confirmados y probables, conforme a la estadística oficial.
Tras anunciar la decisión, el presidente agradeció especialmente la labor desarrollada por la ministra de Salud Pública, Ximena Garzón, y aseguró que «Ecuador ha sido uno de los primeros países del mundo en vacunar a la mayoría de su población, lo cual ha sido reconocido y aplaudido mundialmente».
Solo un fallecido en la última semana
La titular de Salud dijo que las curvas epidemiológicas están a la baja y se sitúan en el 0,09 % en la actualidad, cuando en la semana 46 de la pandemia alcanzaron el 1,41 %, lo que atribuyó al éxito de la vacunación masiva de la población.
«Prácticamente no tenemos pacientes covid-19 en hospitalización ni en cuidados intensivos, la semana anterior una persona fallecida por covid-19 en todo el país», detalló.
La decisión anunciada en Ecuador se suma a similares medidas adoptadas en otros países de la región que han decidido relajar el uso de la mascarilla tanto en espacios abiertos como cerrados.
Perú y Colombia resolvieron la semana pasada levantar el uso obligatorio de tapabocas en lugares públicos, al igual que lo hicieran México, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Costa Rica.
En Europa, países como Reino Unido, Francia, Italia, Grecia, España, Portugal, Países Bajos, Dinamarca, Bélgica, Irlanda, Hungría, Rumanía, Luxemburgo, Croacia, Estonia, República Checa, Eslovenia, Austria o Lituania también han ido levantando las restricciones impuestas por la pandemia y eliminaron el uso obligatorio de la mascarilla en interiores. EFE