¿De cuál poder mediático habla el régimen?
“El que no está con la libertad, puede conservar las cadenas del infortunio y con la desaprobación universal“ Simón Bolívar
Todos los males que padece el país le son imputados a los medios de comunicación, que el oficialismo denomina “privados”. No hay día en el que Maduro, ministros y funcionarios del estado, acusen de dichos males a la prensa independiente, cuando todos sabemos que el tan cacareado “poder mediático” del que acusan a la oposición descansa en manos del régimen, que además de VTV, TVes, TVAN cuenta con una inmensa red de medios impresos a la cabeza con los diarios Ciudad Ccs, El Correo del Orinoco y VEA, los cuales colman todos los espacios a lo largo y ancho del territorio nacional, a los que se le suman más de 400 emisoras y 82 canales de televisión comunitarias.
Entonces ¿de que poder mediático habla el gobierno y sus adláteres? Se trata de una excusa para atacar a quienes se niegan a “poner sus rodillas en tierra” , ni están dispuestos a defender lo indefendible, como admitir la presencia de súbditos cubanos, rusos e iraníes en la mayoría de las dependencias gubernamentales, y lo más grave aún en el ámbito militar.
No admiten quienes detentan el poder en este gobierno socialista, marxista, comunista y mal llamado que la función primigenia del periodismo es informar veraz y oportunamente al colectivo nacional y que los periodistas no se deben ajustar a sus caprichosos requerimientos, y mucho menos admitir que quienes los cuestionan se conviertan en censores de su profesión.
En otras palabras, en sus verdugos. No hay duda alguna que la crítica es su más mortal enemigo y la combaten a cualquier precio, bien cerrando un medio como RCTV, y amenazando con medidas punitivas y económicas como las de El Nacional en días recientes, el cual fue confiscado con todo sus bienes (terreno, edificio, maquinarias y demás)
Solo los gobiernos autoritarios imponen su voluntad sobre la Constitución y sus leyes, conculcando los derechos humanos y los procesos institucionales democráticos. Lo lideran casi siempre caudillos que luego arbitrariamente pretenden enquistarse en el poder eternamente, tal como lo pregonaba a todo gañote el finado y eterno huésped del Cuartel de la Montaña y que pretende emular con el trinar del ave que revolotea en su cabeza, el avenido inquilino actual del Palacio de Misia Jacinta.
Molesta a quienes por espacio de 23 años mantienen latente el mismo discurso, lleno de mentiras a punta de leyes y arbitrariedades, justificadas con el fin último de darle “la victoria a un pueblo redimido”, gracias a su “Comandante Eterno” que con sus fantasiosos discursos mantuvo expectante a las masas, entretenidas, con un circo diario para no dejarlas pensar en que sus problemas siguen sin resolverse.
Les molesta a estos seudo revolucionarios del siglo XXI que se oculte la realidad de la tragedia que vive una nación que siendo rica, vive en extrema pobreza y en manos de una desbordada delincuencia, que día a día cobra la vida de cientos de jóvenes cuyos cadáveres colman los espacios de las morgues en todo el país. Les molesta que se den a conocer las cifras del desempleo; el desabastecimiento; corrupción y de todos los males que aquejan a sus ciudadanos esperanzados de una vida en paz, armonía y tranquilidad.
Les molesta que se denuncie la irresponsabilidad de quienes, creyendo que el poder les será eterno, están sembrando una estela de odio y resentimiento, amén de haber creado una cultura del ocio, olvidando que la división de una sociedad es un proceso –según algunos sociólogos – que una vez iniciado no tiene vuelta atrás. Pero lo que si es cierto, es que una sociedad llena de resentimientos es una sociedad enferma, y que es doloroso y lamentable que quienes la causaron, sigan actuando sin vergüenza alguna y sin importarles el daño que están ocasionando.
Les molesta que en los medios de comunicación a los que califican de estar vendidos al imperialismo, se critique la demagogia y el populismo, y ahora casi a diario con aburridas cadenas nacionales por TV y radio, en las que pretende Maduro emular a su “muy querido padre”, pero abusivamente y sin la prosopopeya que adornaba a su mentor político, lo que hace más difícil ingerir a sus seguidores, con quienes busca alcanzar la empatía, desconociendo que estos no entienden de políticas macroeconómicas, seguridad jurídica ni relaciones internacionales, pues solo buscan sobrevivir cada día.
Para mantenerse en el poder utilizan el mismo discurso, prometiendo realizar reformas integrales para sacar al pueblo del estancamiento y atraso, sin dejar de lado su encendido verbo para atizar la odiosa división entre “ ricos y pobres”. El mismo mensaje que sin rubor ninguno transmiten a diario por televisión y radio, con la voz e imagen del fenecido “Comandante Supremo”, para hacer creer a sus conmilitones de que “Chávez vive” y que “la lucha sigue”…, claro que sigue, pero atormentando a millones de venezolanos que no votaron por su hijo putativo y heredero político.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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