OVP: Solo 8 mil quinientos de los 67.200 presos comen tres veces al día
La pesadilla que viven los presos venezolanos se ha convertido en una denuncia constante mientras el Estado parece vivir en otra realidad, una en la que las cárceles no están bajo el control del pranato, no hay hacinamiento, desnutrición, maltrato o extorsión. Así lo recoge el último informe del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
El hacinamiento en las 52 cárceles es “crítico”, de hasta 158%, comentó a VOA la directora del Observatorio, la abogada venezolana Carolina Girón.
«Los presos viven en pabellones y áreas comunes, no en celdas individuales. Esos espacios son dominados por pranes, que cobran en dólares por cupos de comida, puestos para dormir y la posibilidad de tener visitas conyugales. Todo se paga en dólares. Esto viene ocurriendo desde hace rato, desde que la economía se dolarizó de facto. Esos pagos se realizan en efectivo o, incluso, por transferencias bancarias».
Pero va más allá, Girón denunció que también cobran funcionarios del ministerio de servicios penitenciarios. Es una corrupción total de custodios y funcionarios de la Guardia Nacional. Esto ocurre en todas las cárceles, haya pranes o no.
Desnutrición en las cárceles
Marianela Herrera, profesora e investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo de la UCV y directora del Observatorio Venezolano de Salud, explicó que no existe personal especializado del Estado que diagnostique desnutrición severa en las cárceles. Los presos muestran su palidez cutánea y de mucosas, mejillas hundidas, tórax delgado con costillas evidentes, alteración el color del cabello y edema por falta de proteína.
Todos los presos en Venezuela tienen síntoma de desnutrición y cerca de 60% de ellos presentan síntomas de desnutrición severa, dijo Girón. “Es un problema sistémico. Todo el sistema está mal. La alimentación del preso está basada en carbohidratos, en harinas. No hay ingesta de proteínas”, detalla.
Según las investigaciones del Observatorio, solo 12,7% de los presos comen tres veces al día, mientras que 40,1% recibe alimentos una vez por día; 38%, dos veces; y 9,2% dice que nunca recibe comida en las cárceles.