Los trampantojos políticos
El museo Thyssen en Madrid ofrece en estos días una exposición de este género artístico en donde nada es lo que parece”, y se expresa en 106 obras, desde el siglo XV al XXI. Los creadores se esfuerzan en fingir escenarios desafiando la realidad.
Ayer domingo 20 de marzo, en el programa de CNNE que dirige el periodista Juan Carlos López, se plantearon hipótesis, a propósito de la invasión rusa, y se analizaron aspectos de los que se deduce, como lo acotó el propio comunicador, “la hipocresía es característica de la política”. Añadiría: La mentira ha deformado la política.
Estos dos acontecimientos reseñados, nos trasladan a la comprensión de los trampantojos, entendidos como ilusión, trampa, engaño. En la política y la guerra, es práctica usual en el mundo.
Parten de la premisa de convencer con engaños, construyendo un falso paradigma y es demostrable durante la existencia humana. Aunque sea tarde se van desvelando las reales intenciones con nuestros semejantes.
Llamada “posverdad”, en esta era donde paradójicamente, – con el inmenso desarrollo de la tecnología comunicacional- se ha tomado el camino de la distorsión, y cada vez estamos saturados de manipulaciones. Laura Hazard-Owen, 2017, citada por el Profesor Del Prado, señala cuatro claves para comprender el éxito en las noticias falsas:
1. Estar dirigida a las emociones.
2. Tener apariencia de legitimidad.
3. Utilizar una publicación efectiva en internet.
4. Ser amplificada en la red (como Twitter o Facebook).
Son muchas las características y consecuencias de este submundo, donde se esconden todo tipo de ilícitos, que es imposibles tratarlos en este comentario.
En momentos complejos, tormentosos, insurgen los trampantojos. Revisemos dos situaciones: la guerra de los rusos contra Ucrania y la agónica situación que vive Venezuela.
El primer caso es un ejemplo enciclopédico, de como un dislocado tirano le miente al mundo sin ningún tipo de mesura. Bombardea un hospital pediátrico y declara que fue una acción del país agredido. Se compromete a respetar un corredor humanitario, para que los civiles emigren, y los masacra en el camino.
El analista Mark Satta califica los mensajes de este criminal como “el doble discurso Orwelliano, donde desvirtúa el sentido habitual de las palabras… por ejemplo, califica los actos de guerra como tareas de mantenimiento de la paz”. Ucrania crea armas nucleares, señala, precisamente lo que su secta hace.
Afirma una parlamentaria ucraniana, Kira Rudick: “cuando Putin dice quiero la paz, significa que estoy reuniendo mis tropas para matarte”. Parecieran frases de la novela distópica de Orwell “1984”, quien después señaló que las mentiras eran más peligrosas que las bombas. Hemos llegado a tal punto, que el invasor no da un paso sin fabricar una mentira. Se construirá una enciclopedia de las Fake News sobre estos episodios gansteriles.
El caso venezolano tiene que ver con esencia su totalitaria, que comienza por destruir los medios independientes y crear una gran red donde participan, no solo delincuentes cibernéticos, sino toda clase de alimañas con el estandarte rojo. Rojo de sangre, odio, falsedad: derramada, infinito, maligna.
El monstruo creado con la herencia de Owens Illinois, envuelve dictadura cruel con democracia. El tirano escondido en un falso lenguaje inclusivo, comete los peores atropellos contra las minorías.
Los análisis publicados de riesgo político desnudan el régimen, señalando datos conmovedores sobre el país:
El avance hacia el autoritarismo ha sido construido en 22 años y cada día se perfecciona.
No son ciertos los datos sobre la pandemia. Todos son trucados diariamente y es imposible saber la realidad.
La población de migrantes internacionales es de las más altas del mundo, mientras la otra heredera del secuestro de William Niehous, lo niega permanentemente. La cifra alcanza casi 6 millones de personas.
El desastre ambiental, origen de infinitos conflictos, es proporcionalmente el principal de la región.
El saqueo al país no tiene comparación.
En muchos de los aspectos analizados Venezuela no aparece. Es gigantesca su irrelevancia regional.
Estos lenguaraces de la tiranía montan en cadena sus falacias: trasladan a sus oponentes lo que ellos verdaderamente son: narcotraficantes, ladrones, asesinos y en general participantes de la delincuencia organizada mundial.
Los que quieren dialogar con la tiranía, les robarán sus carteras y dirán que fueron ellos los birlados.