Cuba, Nicaragua y Venezuela comparten los mismos patrones para perseguir y encarcelar a opositores
Comunicado Instituto CASLA/. El mundo democrático tiene que hacer más por los presos políticos de los regímenes dictatoriales. En esta oportunidad, pedimos por los presos políticos de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Cada preso político es una historia de dolor y sufrimiento personal y familiar, sueños frustrados, niños y niñas que no disfrutaran de sus padres o madres , jóvenes que pasaran la mayor parte de su juventud entre rejas por soñar con vivir en Libertad y en Democracia, mujeres y hombres torturados y maltratados sin piedad e impunemente.
1.442 personas fueron detenidas en Cuba a raíz de las protestas ocurridas en julio pasado de los cuales 756 permanecen en prisión y al menos 147 ya han sido condenadas, incluyendo jóvenes a partir de los 16 años, utilizando el delito de “sedición” en la mayoría de las condenas para ejemplarizar el castigo impuesto, con penas que oscilan entre 10 y 20 años de cárcel, solo por manifestar.
179 personas permaneces detenidas en Nicaragua, incluyendo ex candidatos presidenciales, dirigentes políticos, estudiantes, periodistas, empresarios y miembros de la sociedad civil, a quienes la Fiscalía acusa según el caso, de distintos delitos, como promoción de actos terroristas, conspiración, Traición a la Patria e incluso, delitos de tipo administrativos y mercantiles.
Al menos 270 personas se encuentras detenidas en Venezuela por motivos políticos, incluyendo lideres sociales, miembros de Organizaciones no Gubernamentales, comunicadores sociales, lideres sindicales, jóvenes manifestantes, militares de alto, medio y bajo rango, policías y extranjeros o personas de doble nacionalidad, acusados en general por Traición a la Patria, Instigación a la Rebelión o Rebelión, Conspiración o supuestos actos “terroristas”.
Los tres gobiernos dictatoriales recurren a los mismos patrones para perseguir, intimidar encarcelar y castigar a quienes se oponen o disienten, como por ejemplo:
a) Detenciones Arbitrarias antes, durante o después del juicio, sin basamento legal, en muchos casos con forjamiento de expedientes y procedimientos falsos, violando los Derechos Humanos Universales contenidos en la Declaración Universal de DDHH y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, sin derecho a un juicio imparcial ni derecho a la Defensa, porque la Justicia en estos países está al servicio de quienes ostentan el Poder, e incluso, mantiene a los detenidos políticos encarceladas por años sin haber sido juzgados o habiendo cumplido sentencia, como ocurre en Venezuela.
b) Torturas y Tratos Crueles, Inhumanos y Degradantes que son aplicadas en cárceles políticas que no guardan las Normas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de Reclusos, sino que al contrario, son lugares construidos o remodelados para encarcelar y torturar especialmente a los oponentes, en celdas fétidas, sin luz y aire natural, donde la Tortura física aplicada en diferentes tiempos es complementada diariamente con la Tortura Blanca y la Tortura Psicológica, y las victimas sufren aislamiento prolongado, maltrato verbal, amenazas contra su vida, y la Tortura denominada como “Privación Deliberada de Medios de Vida” es aplicada de forma cruel, sometiendo a los detenidos a escaza o ninguna alimentación por días, escaza hidratación donde las victimas sobreviven con menos de un vaso de agua al día, y cuyas consecuencias derivan en graves enfermedades estomacales y digestivas, desnutrición y perdida de la masa muscular, además de enfermedades en la piel, cardiovasculares, etc. que los detenidos desarrollan por las condiciones carcelarias.
Los cubanos Armando Sosa Fortuny, Pablo Moya Delá y Cristian Pérez han muerto como consecuencia de las torturas y enfermedades adquiridas en prisión y la falta de atención medica oportuna. En Nicaragua, el preso político Hugo Torres murió por falta de atención médica. En Venezuela, 11 personas detenidas por motivos políticos han muerto bajo custodia del Estado, dos de ellos asesinados directamente en procesos de tortura, otros por maltratos psicológicos inducidos, deterioro físico y la falta de asistencia medica Ellos son: Rafael Acosta Arévalo y Fernando Albán, Raúl Baduel, Héctor Buitriago, Rodolfo González Martínez, Carlos Andrés García, Rafael Arreaza Soto, Nelson Martínez, Pedro Pablo Santana Carballo, Salvador Franco y Gabriel Medina Díaz han muerto
c) Cuba, Nicaragua y Venezuela desoyen y desobedecen los pronunciamientos y resoluciones de los Organismos Regionales y Universales a los cuales pertenecen, que exigen la liberación de los presos políticos, el cese de la represión y persecución, y el respeto de los DDHH. Decisiones como las Medidas Cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de DDHH (CIDH) o las impartidas por el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria y la Relatoría contra la Tortura de Naciones Unidas son burladas por estos regímenes descaradamente, sin que sirvan siquiera de presión para que cese la Tortura, el maltrato o la detención, según el caso.
Ante esto, el Instituto CASLA hace un llamado a las Autoridades y a los Representantes de los Estados Democráticos que integran los distintos Organismos Regionales y Universales que promueven y defienden los DDHH, apelando a la Responsabilidad que tienen ante la historia, para que busquen mecanismos reales ajustados al Derecho Internacional de Protección a la Victima y ejerzan la presión necesaria para la liberación de todas las personas detenidas por motivos políticos en estos países.
Cada preso político que se le arrebate a una dictadura es una victoria, una esperanza, un abrazo y reencuentro familiar. ¡Libertad para todos los presos políticos!