Constituyente y Colmenares Finol de ANCO

Opinión | marzo 29, 2022 | 6:26 am.

Recientemente, en Maracaibo, asistimos a una exposición presencial del ingeniero Enrique Colmenares Finol sobre su propuesta (y la de su grupo ANCO) de realizar una Asamblea Constituyente como manera de enderezar al país y salir de esta lacra de régimen autoritario y criminal que tenemos.

Confieso que, hasta ese día, la idea de una Constituyente me había parecido “un pajazo mental” e inviable pues, pensaba que, de crecer en aceptación, simplemente el régimen les diría a sus arrodillados del TSJ que sacaran algo para declarar ilegal esa iniciativa y le ordenaría al Fiscal que pusiera presos a los bochincheros. Pero, como explicaré de seguida, no estaba en lo cierto y Colmenares realmente hace una propuesta factible y poderosa.

La idea de una Asamblea Constituyente persigue redactar una nueva Constitución no solo para salir del malandraje rojo sino también para poner muchas cosas en su sitio y tener un mejor país.

Buena parte de su charla Colmenares la dedicó a exponer las propuestas de lo que incluiría esa nueva Constitución, tales como la de limitar el período presidencial a cuatro años y una sola reelección, tener una doble vuelta electoral para las elecciones de presidente, volver al sistema bicameral entre otras muchas.

Pero el mayor énfasis fue dedicado a la descentralización, cosa en la que se había avanzado algo, pero los chavistas lo volvieron trizas por su patológico deseo de controlarlo todo. Nos gustó oír que la nueva Constitución incluiría una intensa descentralización y en especial en la parte fiscal de manera que la mayoría de los impuestos se queden en las regiones y se administren e inviertan como las regiones lo decidan.

En efecto, un proceso de descentralización que no incluya lo fiscal es casi un saludo a la bandera pues de que nos vale escoger por votación a nuestros gobernantes locales si no les dan el dinero para actuar y tienen que andar de pedigüeños al poder central. Si quieren divertirse (o lo contrario) lean el artículo 167 de la Constitución donde dice que de todo lo que se recaude el 80% se queda en Caracas (claro no lo dice así de crudo y lo suaviza diciendo que el situado reparte 20% de la torta en las regiones, o sea menos del 1% para cada estado).

También Colmenares dedicó bastante tiempo y fue amplio en ejemplos sobre reformas en las estructuras de gobierno en regiones que lo ameriten. Por ejemplo, mencionó el caso de Municipio Libertador que necesariamente, por su enorme tamaño en población, debe dividirse en varias alcaldías y también el municipio Maracaibo pudiera, también por su tamaño, estar sujeto a algo similar. Como apoyo a esto mostró diversos casos de ciudades en el mundo donde se aplica ese criterio que mejora la gobernanza y, principalmente, la atención al ciudadano.

La otra casi mitad de su charla Colmenares la dedicó al proceso de la Asamblea Constituyente que, para ponerlo fácil, sería algo similar a la que se hizo en 1999.

Quizás lo más resaltante, es la claridad de que este delicado proceso no puede hacerse dentro del desbarajuste totalitario que tenemos en Venezuela y que la única posibilidad de lograrlo es que un organismo de dimensión internacional sea el garante y vigilante del asunto constituyente y ese organismo es la Organización de las Naciones Unidas.

Mencionó varios casos en donde se ha dado la intervención de la ONU en procesos eleccionarios de manera que si existe la experiencia. Por supuesto la consulta para realizar la Asamblea Constituyente incluiría a todos los compatriotas en el exterior y eso sería parte del convenio con la ONU.

Otro de los puntos interesantes que mencionó Colmenares fue el de la oportunidad. La guerra en Ucrania ha revuelto a la tradicional lentitud de la ONU y una decisión de condena en contra de la invasión rusa, que usualmente habría tomado semanas y hasta meses, se logró en pocos días. Esta nueva dinámica podría favorecer la decisión de respaldar a los venezolanos en contra de la dictadura.

Así las cosas, la propuesta que escuchamos es muy seria, bien pensada y con la claridad de que sin el respaldo de la ONU no será posible hacer la Constituyente, pero también es cierto que, si la ONU lo aprobase, al régimen del Super Bigote lo agarrarían por los testículos y solo le quedaría portarse bien e ir preparando las maletas.

Para los que pudieran aún ser escépticos (como yo lo era) frente a esta bien fundada propuesta los invito a que la reciban con el mismo entusiasmo que contagia Colmenares Finol a quien felicitamos por su extraordinaria exposición.

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