¿Cómo actúan las bombas racimo y por qué son un peligro para los ucranianos?
La Otan confirmó este viernes que Rusia está usando bombas de racimo en Ucrania, las cuales no deberían emplearse contra objetivos militares en zonas pobladas ya que pueden tener repercusiones muy graves para la población.
Además de la Otan, la ONG Human Rights Watch (HRW) también indicó que las tropas rusas utilizaron las llamadas bombas de racimo contra la población ucraniana de Járkov este 28 de febrero y alertó que podría tratarse de crímenes de guerra.
«Járkov está bajo el ataque implacable de las fuerzas rusas y los civiles se esconden en los sótanos para evadir las explosiones y los escombros», expresó el director de Armas de HRW, Steve Goose según Europa Press. «El uso de bombas de racimo en áreas pobladas muestra un desprecio descarado e insensible por la vida de las personas».
HRW analizó al menos 25 videos y fotogafías en las que se evidencian tres ataques o sus secuelas inmediatas en zonas norte, noreste y sureste de la ciudad y otras imágenes. Uno de los videos publicado en Telegram a las 11.29 horas (hora local) del 28 de febrero, muestra múltiples explosiones consistentes con el uso de bombas de racimo en el distrito nororiental de Moskovskii, en la ciudad de Járkov. Dos videos más, uno publicado en Telegram a las 12.55 horas (hora local) de ese día y otro publicado en Twitter a las 2.23 horas de la tarde, grabados desde el centro de la ciudad hacia el distrito de Shevchenkivskyi, muestran explosiones similares.
«El uso de armas intrínsecamente indiscriminadas en áreas pobladas está prohibido por el Derecho Internacional humanitario, las leyes que rigen la conducción de la guerra. Un tratado internacional prohíbe las bombas de racimo debido a su efecto indiscriminado generalizado y al peligro duradero para los civiles», subrayó HRW en un comunicado.
¿Qué son las bombas de racimo o «cluster bombs»
Las bombas de racimo son armas que se abren en el aire, soltando submuniciones que se dispersan en un área amplia, con el objetivo de destruir múltiples blancos a la vez, estas pueden ser arrojadas por aviones, artillería y misiles, de acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Una nota del Cómite Internacional de la Cruz Roja del año 2003, explicó su postura sobre estas armas letales. «Al trabajar en zonas en conflicto, el Cicr es testigo directo de las consecuencias que tienen, en el plano humanitario, las bombas racimo y otras municiones. Esas armas siguen matando e hiriendo a personas civiles mucho tiempo después de terminado el conflicto. Asimismo, obstaculizan la prestación de asistencia humanitaria, impiden el cultivo de los campos y dificultan la reconstrucción de zonas afectadas por la guerra».
Las bombas racimo tienen una tasa elevada de fallo para estallar —de hasta un 40% en conflictos recientes-, lo que genera que haya secciones de tierra llenas de submuniciones que pudieran estallar en cualquier momento, por tanto, en esas zonas volver a la normalidad se vuelve casi imposible y peligroso, particularmente en áreas densamente pobladas. Algunos países afectados por guerras en el pasado se pasan años tratando de despejar zonas de bombas de racimo.
¿Dónde se han usado?
Las tropas del gobierno sirio han utilizado a menudo bombas de racimo —suministradas por Rusia— contra bastiones de la oposición durante la guerra civil, a menudo destruyendo objetivos civiles e infraestructura. Israel las ha lanzado en áreas civiles en el sur de Líbano, incluyendo la invasión de 1982.
Un reporte de Los Ángeles Times, precisó que durante la guerra de un mes en 2006 de Israel contra Hezbollah, Human Rights Watch y la ONU acusaron a las fuerzas israelíes de disparar hasta 4 millones de bombas de racimo hacia Líbano. Eso ha dejado municiones sin estallar que amenaza a los civiles libaneses hasta hoy.
Una convención para prohibir el uso de bombas de racimo tiene más de 120 países firmantes que acordaron no utilizarlas, producirlas, transferirlas o almacenarlas y se comprometen a despejarlas si han sido usadas. Rusia y Ucrania no se han sumado a la convención. Tampoco EEUU.