Pacientes transplantados continúan a la espera de inmunosupresores en Venezuela
El drama de los pacientes trasplantados en Venezuela sigue vigente. Desde hace más de cuatro años el Estado venezolano suspendió el programa que podría darle una mejor calidad de vida a aquellas personas que lo necesitan al no poder garantizar el suministro de medicinas inmunosupresoras.
Mientras tanto, el programa continúa paralizado y la situación de los pacientes crónicos se acentúa cada día más.
El director de la organización Amigos Trasplantados de Venezuela (ATV), Reymer Villamizar, señaló que las personas en Venezuela que han recibido algún trasplante de órgano tienen dificultades por la escasez de inmunosupresores en las farmacias de alto costo del Instituto Venezolano de Seguros Sociales. La situación es más crítica para quienes viven en el interior del país, reseñó este martes el portal La Patilla.
Dicha escasez ha llevado a que varios adquieran sus inmunosupresores por cuenta propia, pero no todos tienen los recursos económicos para ello. Según Villamizar, el mantenimiento solo en medicinas para una persona trasplantada puede oscilar entre los 400 y 800 dólares mensuales. Si bien algunos optan por comprarlas en el país, otros prefieren traerlas desde afuera.
De acuerdo al último informe de ATV hasta noviembre de 2021, aproximadamente unas 209 personas rechazaron su órgano trasplantado por la misma escasez de inmunosupresores y algunos se han visto en la necesidad de regresar a terapias de hemodiálisis.
Villamizar cuenta que las instituciones de la administración de Maduro alegan que no hay medicamentos a causa del bloqueo y las sanciones internacionales, pese a que la crisis por los inmunosupresores inició antes de estas restricciones. Además, cuenta que hace dos años tuvieron la oportunidad de conversar con los responsables y evaluar algunas situaciones. Sin embargo, las promesas no fueron cumplidas y tuvieron que hacer la exigencia desde las calles y “poco a poco” han ido paliando la situación llevando medicamento inmunosupresores a varias regiones de Venezuela.
A la ya crítica situación de los pacientes crónicos, se sumó el contexto de la pandemia a causa del coronavirus y la debacle del sistema de salud pública en el país.
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