«No quiero morir, quiero que esto acabe», niña ucraniana pide a los rusos cesar sus ataques
En la ciudad portuaria de Mariúpol, en Ucrania, una pequeña niña de nombre Vlada pidió el fin de los ataques rusos que iniciaron la madrugada del jueves, manifestando sus deseos de vivir.
«No quiero morir. Quiero es que todo esto acabe lo más pronto posible», insiste la joven ucraniana.
Entre tanto en una calle del distrito de Obolon, periodistas de la agencia AP observaron un camión militar neutralizado, con sus cauchos desinflados.
El vehículo no mostraba algún distintivo que dilucidara si pertenecía a las tropas ucranianas y fue robado por los usos para escabullirse en la ciudad haciéndose pasar por locales.
En Horlivka, una ciudad situada en el territorio de dominio de los separatistas prorrusos, un cuerpo sin vida tapado con una sábana yacía junto a una casa destrozada. Cerca, un hombre hablaba por teléfono.
«Sí, mamá murió», dijo. «Mamá murió», repitió.
Rusia ha insistido en que no ataca a ciudades sino a objetivos militares, pero los enfrentamientos se han sentido excesivamente cercanos.
El cadáver de un militar muerto reposaba cerca de un paso a desnivel en Kiev. En otras zonas, los restos de un avión derribado aún expulsaban humo en un conjunto residencial, y plástico negro tapaban restos humanos en medio de viviendas de ladrillo destruidas.