La digitalización en Venezuela
Una de las variables para estudiar el subdesarrollo de estos tiempos es investigar el estado del ecosistema digital, trabajo asumido en América Latina principalmente por el observatorio “CAF”, a propósito de la pandemia.
Sus trabajos han desvelado para Venezuela resultados catastróficos, a lo cual se suma el desastre sanitario durante 22 años, la carencia total de políticas tecnológicas, destacando la poca penetración de internet y una política de restricción a la libertad de información, como suele suceder en todas las tiranías.
Venezuela aparece con los peores porcentajes de los ya discutibles resultados de América Latina y el Caribe, a la par de Honduras y Trinidad y Tobago.
Al revisar los indicadores de uso de plataformas, resiliencia digital en el hogar, en la producción, en la cadena de aprovisionamiento, comercio exterior, etc. Desaparece del mapa nuestro país y allí se explica la razón: los datos no son confiables, son falsos.
En Venezuela, donde la mentira es la principal actividad gubernamental, de seguir como va, alcanzaremos más de un siglo de atraso, con todos los efectos adversos en un mundo, donde a pesar de la pandemia, ya se enrumba hacia un súper desarrollo digital.
Ya Internet es pasado
Dramática esta situación cuando se perfeccionan los mecanismos para avanzar hacia “el metaverso”, anunciándose una revolución con las claves de este nuevo paradigma tecnológico, tomado de ciencia ficción por Neal Stephenson, en una de sus radiantes obras literarias.
Se acerca un avatar tridimensional casi idéntico al mundo real. La vida perfeccionará su transcurrir en entornos virtuales.
Sea o no tan exitoso como nos lo dibujan, Venezuela ya está colapsada y su red tecnológica es pobre e insuficiente, sin capacidad para impulsar lo que en todo el mundo tiene más de 20 años de desarrollo tecnológico en general, influyendo en la calidad de vida, en el proceso formativo, requiriendo nuevas plataformas y elementos versátiles, además de la acentuada brecha digital, será imposible superar la hecatombe sanitaria, restituir el aparato productivo y enfrentar la desocupación.
Es preocupante necesitar de un nuevo contexto industrial para el avance económico y social, sin la adopción de las novedosas tecnologías digitales de información y comunicación en toda la geografía nacional.
Se requiere un crecimiento planificado en la totalidad de estas áreas, pero es triste comprobar como en tiranía lo único a desarrollar es el odio, la mentira y la violencia sistemática de los derechos humanos.