Enrique Ochoa Antich: La transición es posible solo con un candidato unitario de las oposiciones al que el chavismo entregue sin trauma
El dirigente político Enrique Ochoa Antich reiteró este sábado que a pesar de que no es factible la unidad política entre todos los sectores opositores, sí es posible ponerse de acuerdo en una metodología para escoger a un candidato unitario para las elecciones presidenciales de 2024.
“El gobierno sabe que si las oposiciones hacen lo que tienen que hacer, el Psuv muy probablemente perderá esas elecciones. Pero para que esa «amenaza creíble» sea real, las oposiciones (todas ellas) deben anunciar cuanto antes una metodología para la escogencia de un candidato amplio que pueda nuclear a su alrededor a toda la sociedad democrática y al mayoritario sentimiento de rechazo hacia el gobierno”.
Para conocer un poco más a fondo su propuesta, ND consultó a Ochoa Antich, quien agregó que si el G4 escoge su candidato sin la participación de los otros sectores, «si esa metodología es resuelta como un coto cerrado por una sola de las oposiciones, se estaría decretando la división y la muy probable victoria del Psuv, aun siendo minoría, como Maduro en 2018, y el Psuv en 2020 y 2021″.
Para el exdirigente del MAS un eventual gobierno opositor debe incluir figuras del chavismo, “e incluso del chavismo-madurismo de cara a un Gobierno de Emergencia y Unidad Nacional como habría de ser el suyo».
Finalmente Ochoa Antich hila muy fino al agregar que el candidato opositor deberá contar con la aquiescencia del chavismo. De ocurrir la victoria opositora en 2024, “el Psuv debería explorar los términos de su participación en esa transición que fatalmente se abriría si ocurre la victoria de la oposición en 2024”. Para ello, una condición es que se “debe escoger un candidato a quien el chavismo-madurismo entregue el gobierno sin traumas. Esa escogencia no puede ser una provocación que haga más difícil una transición que de suyo lo es”.
A continuación nuestra entrevista:
En su carta dirigida a las «diferentes oposiciones», usted les recomienda que reconozcan que el gobierno interino ha fracasado. ¿Por qué cree esto si Guaidó es reconocido por EEUU, Colombia, Canadá y la UE, entre otros?
– Es sencillo. Su razón de ser era el derrocamiento a la fuerza del gobierno de Maduro, expresada con el eufemismo de «cese a la usurpación», y ése fue un objetivo no logrado. Por cierto, el fracaso del que hablo no sólo es del intinerato sino de las potencias que lo apoyan: los gringos también se equivocan y en esta oportunidad fracasaron.
– Y menos mal que fracasaron. El «cese a la usurpación» sólo era posible con una fractura de la Fuerza Armada, lo que habría conducido a una guerra civil entre venezolanos, o con una intervención militar extranjera gringo-colombo-brasileña, todo lo cual habría sido penoso y lamentable.
Usted habla de transición, pero Maduro frenó el revocatorio con artilugios a través del CNE, ¿cómo vislumbra que se dé un pacto como el que usted plantea en la carta?
– Es que justamente por definición un revocatorio jamás formaría parte de un pacto con el Psuv. Así se lo dijimos a sus promotores. Maduro no iba a escoger salir del gobierno derrotado en un revocatorio, y un régimen autoritario como el suyo tiene formas incluso legales para bloquear el revocatorio, como en efecto ocurrió.
– En cambio las presidenciales de 2024 son un «hito» constitucional que no es fácil de evitar. Y el gobierno sabe que si las oposiciones hacen lo que tienen que hacer, el Psuv muy probablemente perderá esas elecciones. Pero para que esa «amenaza creíble» sea real, las oposiciones (todas ellas) deben anunciar cuanto antes una metodología para la escogencia de un candidato amplio que pueda nuclear a su alrededor a toda la sociedad democrática y al mayoritario sentimiento de rechazo hacia el gobierno.
– Siendo así, el Psuv debería explorar los términos de su participación en esa transición que fatalmente se abriría si ocurre la victoria de la oposición en 2024.
¿Qué opina usted del anuncio del número dos del chavismo, Diosdado Cabello, y de Jorge Rodríguez, de suspender la negociación en México hasta que EEUU regrese a Saab y se elimine las sanciones?
– Yo les diría lo mismo que le decía a la MUD cuando se debatía si la oposición dialogaba o no: para eso precisamente se dialoga, lleven esa exigencia y pónganla sobre la mesa de negociaciones, pero no se levanten de ella.
Usted descarta la creación de unas plataformas como la MUD II, habla de primarias abiertas con dos vueltas y un amplio colegio electoral para seleccionar al candidato presidencial opositor para 2024. ¿Usted no cree que como primer paso debe intentarse una unidad sobre bases más amplias?
– La unidad política total de la oposición no es posible. En estos últimos años, en particular luego del necio dizque «interinato», han emergido diferencias de fondo. Por ejemplo las sanciones y la relación de vasallaje del G4 frente a EEUU, como peones del Departamento de Estado. Y hay muchas heridas que tomará tiempo sanar, como la trastada que les hicieron a Laidy Gómez, Henri Falcón y David Uzcátegui en las regionales del 21N.
– Pero sí es posible una alianza electoral para asegurar una victoria en 2024 y abrirle las puertas a un cambio. Sólo acordar una metodología para acudir a las presidenciales de 2024 con un candidato unitario. Ésa es la única unidad posible hoy. Luego, ese candidato sí habrá de conformar a su alrededor un amplio acuerdo no sólo electoral sino político y programático que debe por cierto incluir a sectores del chavismo e incluso del chavismo-madurismo de cara a un Gobierno de Emergencia y Unidad Nacional como habría de ser el suyo.
– Pero alerto que si esa metodología es resuelta como un «coto cerrado» por una sola de las oposiciones, se estaría decretando la división y la muy probable victoria del Psuv aun siendo minoría, como Maduro en 2018, y el Psuv en 2020 y 2021. Lo digo por el anuncio del G4 de comenzar a debatir un supuesto reglamento para unas primarias.
Usted habla que el candidato de la oposición debe contar con la aquiescencia del régimen autoritario. ¿Por qué esto es aceptable para usted?
– Seleccioné con cuidado la palabra aquiescencia, en el sentido de un consentimiento que se deduce del silencismo o la inacción del otro. Es decir, escoger un candidato a quien el chavismo-madurismo entregue el gobierno sin traumas. Esa escogencia no puede ser una provocación que haga más difícil una transición que de suyo lo es.
– He puesto el ejemplo de Ailwyn en Chile. Tal vez más derecho a ser candidato y presidente tenía el socialista Lagos, pero éste entendió que eso sería una provocación para Pinochet y los militares y él mismo rechazó la postulación de su nombre y apoyó al demócratacristiano, un hombre de centro-derecha. Algo parecido podría decirse de Mazowiecki en Polonia, designado por Solidaridad para cogobernar con los comunistas como primer ministro.
– No digo que el gobierno diga quién es el candidato pero sí que la oposición, a la hora de escogerlo, tenga en cuenta la opinión del chavismo-madurismo.
¿Por qué cree usted que el chavismo estaría dispuesto a arriesgar su estadía en el poder. ¿Qué incentivos tiene si la oposición está debilitada y el chavismo sigue encontrando formas de evadir las sanciones y de cobrar impuestos a los venezolanos como el reciente IGTF?
– Es cierto, el chavismo-madurismo no va a regalar el poder. Como dije, sólo la expectativa de una amenaza democrática creíble, que es la victoria electoral de la oposición en 2024, puede obligar al gobierno a negociar los términos de una transición.
– Aunque me gustaría agregar que no descarto para nada que al interior del chavismo-madurismo, y más allá de las pretensiones perpetuacionistas del chavismo-diosdadismo, haya sectores que comiencen a internalizar como parte de su proyecto la idea de alternancia republicana: salir del gobierno, pactar su permanencia en espacios de poder (TSJ, Fuerzas Armadas, etc.) y volver al gobierno luego, como hará pronto Lula, como hicieron el peronismo y acaba de hacer la izquierda chilena, como hicieron incluso los comunistas polacos devenidos en socialistas, y ejemplos sobran.
– Es lo que yo les recomendaría: irse a las duchas un rato, como les pedía a AD y Copei José Ignacio Cabrujas en los ’90. Volver al pueblo. Refundarse en la calle. Democratizarse con la gente. Y regresar al gobierno aggiornados, como decíamos en los ’70. Mejor eso que seguir achicharrándose en el poder, ejerciéndolo «a juro», reduciendo progresivamente su votación como les está ocurriendo.
– Y por cierto, «saltarse» las mal llamadas sanciones ilegales permite quizá sobrevivir pero nada que ver con propiciar el volumen de inversiones de capital nacional y extranjero que Venezuela requiere para salir del atolladero, lo que implica a la vez buenas relaciones comerciales con EEUU y con China, con Rusia y con la UE.